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La SEPI afronta un agujero de al menos 37 millones de la privatizada Inespal
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La SEPI afronta un agujero de al menos 37 millones de la privatizada Inespal

Si las cuentas públicas han originado un boquete fiscal mayúsculo, al grupo empresarial del Estado, SEPI, le crecen los enanos. Empresas que se habían privatizado han

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La SEPI afronta un agujero de al menos 37 millones de la privatizada Inespal

Si las cuentas públicas han originado un boquete fiscal mayúsculo, al grupo empresarial del Estado, SEPI, le crecen los enanos. Empresas que se habían privatizado han comenzado a originar una sangría de recursos debido a algunas cláusulas que se introdujeron en los contratos de venta. El caso más sorprendente es el de la fabricante de aluminio Inespal, que fue vendida a Alcoa en 1998 (el contrato previo a las autorizaciones administrativas se firmó el 29 de julio de 1997), siendo responsables de la operación el entonces ministro de Industria, Josep Piqué.

 

La multinacional estadounidense Alcoa pasó una factura a la SEPI en 2008 de 37 millones de euros en concepto de consumo de luz extraordinario, acogiéndose a una cláusula del contrato, según la cual el Estado pagaría el coste extra energético a partir de unas variables establecidas. Fuentes de la SEPI han confirmado a El Confidencial este hecho pero se han negado a cifrar la cantidad pagada el ejercicio pasado y los desembolsos futuros previstos.

Todo apunta a que este nuevo lastre para los fondos públicos ha aumentado muy considerablemente desde entonces, ya que el año pasado se suprimió la conocida tarifa eléctrica especial G4, que suponía un precio muy bajo para los mayores consumidores de energía eléctrica del país, Alcoa, Asturiana del Zinc y Arcelor. El precio que pagaban por kilowatio era en torno a la mitad del coste de generación, y sirvió de referencia en la venta a Alcoa. España tuvo que negociar con Bruselas la supresión de estas subvenciones vía tarifa.

El incremento del coste eléctrico para Alcoa que supone la retirada de este precio de ganga, y sobre el que estaba referenciado el contrato de la privatización, no ha sido hecho público por la empresa, pero algunas fuentes señalan que la nueva tarifa pactada con las eléctricas, para cuatro años, se encarece en más del 40%, por lo que la SEPI debería estar pagando una cifra muy superior a los 37 millones reconocidos de 2008. Fuentes del Consejo Consultivo de Privatizaciones han informado a este periódico que Alcoa tenía derecho a recibir la contraprestación dineraria por el mayor coste energético durante 15 años, por lo que SEPI está atada hasta el ejercicio 2013, con un tope establecido: que el desembolso del grupo público “no superase el precio pagado por el comprador Alcoa” que fue de 63.450 millones de pesetas (383 millones de euros). El resultado previsible es que el primer Gobierno de José María Aznar haya regalado la empresa Inespal.

Un elemento a tener en cuenta es que en 1995, antes de que el PP llegase al poder, los representantes del grupo público Teneo, el predecesor de SEPI, pararon la venta de la empresa de aluminio a Alcoa por la imposibilidad de llegar a un acuerdo para garantizar el coste energético futuro, según documentos del citado Consejo Consultivo de Privatizaciones.

Compromiso de Alcoa

Alcoa cerró hace dos años su planta de alúmina en Cerdeña (Italia) debido a los costes de la energía y es ahora la de San Ciprián, en Lugo, la única que produce la materia prima básica (procedente de la bauxita) para todo Alcoa en Europa. La multinacional estadounidense se comprometió en la privatización a realizar inversiones por valor de 390 millones de euros y mantener el empleo. Sin embargo, los sindicatos han denunciado que las inversiones realizadas no han superado los 155 millones porque “el Estado había modernizado generosamente las plantas de Inespal”, y que se han perdido más de 1.500 empleos (la plantilla actual se acerca a los 3.000). La multinacional niega estas cifras, y afirma que sólo en Galicia ha invertido más de 300 millones, y que un millar de empleos perdidos se deben a la venta de plantas, especialmente la de Sabiñánigo, a Bavaria, y subraya que siempre se ha ajustado la plantilla de forma no traumática para hacer competitivas las plantas. En la de producto final, situada en Alicante, de 400 empleos, se han concertado varios EREs con una reducción final del 10% de la plantilla.

La estadounidense ha conseguido incrementar la producción de las plantas de forma considerable, en especial la de la fundición clave del grupo, la lucense de San Ciprián, pasando de producir 800.000 toneladas anuales, a casi 1,5 millones en el momento más alto del ciclo en 2008, según cifras de los sindicatos.

A pesar de la crisis, las plantas españolas operan en torno al 90% de su capacidad, según las mimas fuentes, quienes subrayan que las cuentas de resultados de los negocios españoles, que no se hacen públicas, dependen en buena medida “de los precios de transferencia” dictados por la multinacional, y que con la compra de Inespal  “ha hacho un negocio redondo”.

Alcoa ya ha advertido a las autoridades españolas que la energía supone casi el 40% del total de los costes de explotación del negocio, por lo que una vez que se acabe el “acuerdo” con la SEPI, está en el aire la competitividad de las plantas españolas, y alertan de que el coste energético de la industria en España está en “la parte alta” de los europeos.

Si las cuentas públicas han originado un boquete fiscal mayúsculo, al grupo empresarial del Estado, SEPI, le crecen los enanos. Empresas que se habían privatizado han comenzado a originar una sangría de recursos debido a algunas cláusulas que se introdujeron en los contratos de venta. El caso más sorprendente es el de la fabricante de aluminio Inespal, que fue vendida a Alcoa en 1998 (el contrato previo a las autorizaciones administrativas se firmó el 29 de julio de 1997), siendo responsables de la operación el entonces ministro de Industria, Josep Piqué.

SEPI Josep Piqué