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Odriozola y su coqueteo con el lado oscuro del deporte
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EL PRESIDENTE DEL ATLETISMO NO ESCUCHÓ AL CSD EN EL CASO MULLERA

Odriozola y su coqueteo con el lado oscuro del deporte

José María Odrioloza ha hecho mutis por el foro. Acostumbrado a cacarear una ristra de medallas que sólo cabían en su cabeza cada vez que se

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Odriozola y su coqueteo con el lado oscuro del deporte

José María Odrioloza ha hecho mutis por el foro. Acostumbrado a cacarear una ristra de medallas que sólo cabían en su cabeza cada vez que se atisbaba una gran cita, el presidente de la Federación Española de Atletismo esta vez ha optado por un silencio sepulcral. El motivo, sin embargo, no obedece a un recatamiento autoimpuesto a la hora de pronosticar resultados, que a buen seguro agradecen los atletas, sino a su ya habitual callada por respuesta cuando sobre la mesa se le plantean presuntos casos de dopaje. Así al menos es el actual Odriozola, otrora conocido por ser un cruzado contra el dopaje.

La mutación del veterano presidente, en el cargo desde el 14 de enero de 1989, ha vuelto a quedar en evidencia después de hacer caso omiso a las indicaciones del Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Comité Olímpico Español (COE) para impedir la participación de Ángel Mullera en estos Juegos. Una participación, por otro lado, que quedó reducida a 8:38.07 y un triste undécimo puesto en las series previas de los 3.000 metros obstáculos. Pero la carrera no es más que una anécdota, lo realmente importante –a la par que lamentable- es el hecho por el que ha sido protagonista indiscutible de la delegación española: su presunta relación con el dopaje. Unos mails publicados por el diario AS abrieron la espita.

El atleta gerundense intercambió varios correos electrónicos con un 'preparador' que le recomendó productos prohibidos como Mircera y Dynepo para mejorar su rendimiento y le explicó la fórmula para no dar positivo en los controles. Un interés que fue más que suficiente para que el presidente del CSD, Miguel Cardenal, pidiera a Odriozola la expulsión de Mullera del equipo olímpico. Y así se hizo. La Federación comunicó al corredor el pasado 8 de julio su salida del equipo olímpico. Sin embargo, la medida fue revocada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), ya que el organismo deportivo admitía que, al no haber dado positivo en ningún control, no había dopaje alguno.

Con la controvertida decisión del TAS acaparando todas las miradas en Londres, Miguel Cardenal y Alejandro Blanco exigieron a Odriozola que, en su condición de presidente de la Federación de Atletismo y seleccionador del equipo olímpico, hiciera caso omiso al TAS y excluyera a Mullera de los Juegos. A su modo de ver, los correos electrónicos del campeón de España de 3.000 obstáculos atentan contra el ‘fair play’, cuando no con la ética en el deporte, por más que no haya sido ‘cazado’ en ningún control antidoping. Pero las exigencias no van con Odriozola, que gobierna la Federación a su antojo desde hace más de 23 años. Así que no se dio por enterado y permitió a Mullera participar en la prueba de 3.000 obstáculos para sonrojo del deporte español.

El de Ángel Mullera no es el primer caso relacionado con el dopaje que gestiona con permisividad José María Odriozola. Ya fue duramente recriminado por Albert Soler, el predecesor de Cardenal en el cargo, cuando el presidente del atletismo español se negó a sancionar al atleta etíope nacionalizado español Alemayehu Bezabeh por dopaje sanguíneo, tal y como demostró la instrucción de la Operación Galgo.

José María Odriozola también dejó escapar una oportunidad de oro para demostrar que es intransigente con el dopaje. Sólo la exigencia del CSD hizo que el presidente excluyera a Digna Luz Murillo, la mejor velocista española en la actualidad, del último campeonato de Europa. El motivo no era otro que la relación directa de Murillo con Manuel Pascua, uno de los técnicos imputados en la Operación Galgo. Tampoco se mostró tajante en  casos como los de Onyia o Estela García, donde fue incluso salpicado por acusaciones de ocultación y falsedad. Decisiones todas ellas que han levantado polvareda entre la familia del atletismo. Nadie entiende este conqueteo de los últimos tiempos con el lado oscuro del deporte.

Odriozola y Eufemiano Fuentes

José María Odriozola, catedrático de Bioquímica en la universidad Complutense de Madrid, formó parte de la comisión científico-médica de la Federación Española de Atletismo a mediados de los 80 antes de alcanzar la presidencia. Fue en aquel tiempo donde conoció al a hora considerado gurú del dopaje, el doctor Eufemiano Fuentes. El ginecólogo grancanario era el director médico de la federación y Pascua Piqueras, segundo en el staff técnico. Tras escuchar las peticiones de Eufemiano y Pascua para hacer modificaciones en las normativas federativas e instaurar un plan de preparación biológica de los atletas becados, Odriozola decidió presentar su dimisión. La vuelta del pontevedrés como presidente en el año 1988 significó el adiós del médico y el técnico.

Quizá por este pasado sorprende tanto la permisividad con la que actúa ahora el José María Odriozola. O no, porque muchos son los que critican, incluido en CSD, la mano de hierro con la que gobierna la Federación. Nada escapa a su alcance después de 23 años. Miguel Cardenal, con la ayuda de Alejandro Blanco, lucha por controlar a un presidente que está mirando demasiado para otro lado con todos los casos de dopaje que han salpicado a su disciplina. 

José María Odrioloza ha hecho mutis por el foro. Acostumbrado a cacarear una ristra de medallas que sólo cabían en su cabeza cada vez que se atisbaba una gran cita, el presidente de la Federación Española de Atletismo esta vez ha optado por un silencio sepulcral. El motivo, sin embargo, no obedece a un recatamiento autoimpuesto a la hora de pronosticar resultados, que a buen seguro agradecen los atletas, sino a su ya habitual callada por respuesta cuando sobre la mesa se le plantean presuntos casos de dopaje. Así al menos es el actual Odriozola, otrora conocido por ser un cruzado contra el dopaje.