Domingos Paciencia deja el Deportivo y llega en su lugar Fernando Vázquez

La derrota ante el Granada en Riazor, que hasta no hace mucho era uno de los campos más complicados del campeonato, parece haber dinamitado una situación que por momentos empieza a ser insostenible, que comienza con la salida de Domingos Paciencia del Deportivo de la Coruña. El entrenador portugués presentó su dimisión ante el presidente. En un primer momento fue rechazada, pero el técnico luso ha decidido no acudir al entrenamiento del equipo este lunes, situación que ha dinamitado el problema. El club y el técnico han acordado que Paciencia deje de ser entrenador del Deportivo, y será Fernando Vázquez el nuevo entrenador del Deportivo. El que fuera técnico del Celta de Vigo, Compostela, Rayo Vallecano o Betis, entre otros, se ha convertido en el nuevo inquilino del banquillo deportivista. El técnico será presentado en las próximas horas, y todo hace indicar que ya estará en el banquillo en el próximo compromiso del equipo, que será ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

La dimisión de Paciencia tiene su origen en la derrota del pasado sábado ante el Granada (0-3), después de poner su puesto a disposición del presidente Augusto César Lendoiro, aunque el dirigente, en una reunión en la que también estuvieron los tres capitanes, Manuel Pablo, Valerón y Riki, trató de hacerle llegar al entrenador luso el apoyo de la directiva y de la plantilla. El técnico prometió meditar su decisión después de esa reunión en Riazor, pero finalmente ha tomado la determinación de abandonar el Deportivo y no dirigir ni siquiera el primer entrenamiento de esta semana en Abegondo. Domingos tomó el relevo de José Luis Oltra en el banquillo del Deportivo hace tan sólo un mes y medio, con un balance de una victoria, un empate y cuatro derrotas en su corta trayectoria como técnico del conjunto coruñés.

La figura de Augusto César Lendoiro, artífice del gran ‘Super Depor’ y venerado durante años en A Coruña, está en entredicho. La historia más fascinante de los últimos  30 años en el fútbol español se resquebraja. La peña de los ‘Blues’, referente de la afición del Deportivo, terminó pitando a los jugadores primero y posteriormente a su presidente. Algo que no había sucedido en los últimos 25 años. El ‘hombre milagro’ creador del gran Deportivo de los noventa e inicio de este siglo está en el punto de mira de una afición que empieza a recelar de su figura.

El futuro inmediato del Deportivo da cuanto menos vértigo. El equipo se encuentra colista, con 16 puntos, a seis de la salvación que ahora mismo marca Osasuna. En los próximos cinco partidos recibirá a Real Madrid, Rayo y Celta, mientras que visitará a Sevilla y Barcelona. Marcada la salvación teóricamente en los 42 puntos, el Deportivo debería sacar 26 puntos de los 45 que restan para la conclusión del campeonato.

Una situación muy complicada

“Cuando descendimos hace dos años no había la actitud que hay ahora.  Hace dos años veías que hacían malos partidos, pero se percibía actitud, ganas de cambiar las cosas”, afirma Rosa, aficionada del Deportivo, que ve como su equipo se ahoga cada semana en el césped incapaz de poner fin a una situación que comienza a tener un cariz dramático. La fractura entre la afición y el equipo, construido con jugadores de paso venidos de la ‘factoría Mendes’, empieza a ser insalvable.

Ahogado en los despachos y actualmente acogido a un Concurso de Acreedores, el regreso ‘express’ a Primera en un año se antojaba complicada. Sostenido el club por una afición admirable, la falta de compromiso de jugadores ‘temporeros’ ha enturbiado a un entorno que empezó a temblar con la destitución de Oltra. “Echar a Oltra no era la solución. Si ves los resultados puedes pensar que se necesita un cambio, pero ha sido a peor. Se necesita un entrenador que diga ‘yo voy a sacar este equipo de abajo y lo voy a hacer ya’.  No a un entrenador que a los seis partidos de llegar dice que la mejor solución puede pasar por su marcha”, nos sigue contando Rosa.

Lastrado por su situación económica tras rozar el cielo en aquella fallida semifinal de Liga de Campeones ante el Oporto de Mourinho, Lendoiro anunció una ampliación de capital que resultó fallida. “Nada de esto hubiera ocurrido si no hubiésemos querido ganar. Nos endeudamos por ello”, declaraba Lendoiro tras anunciar el Concurso de Acreedores. La afición empieza a recelar de su presidente, profesionalizado al cobrar el 1%  del presupuesto. ““Lendoiro tiene a la gente quemada, hizo mucho por el Depor y nadie se lo niega, pero no se puede vivir eternamente de aquello”, contaban aficionados a la salida de Riazor.

La afición empieza a tener miedo por la viabilidad de la entidad, después de haber saboreado títulos no hace mucho tiempo. “La gente tiene miedo, no por descender sino por lo que podría pasar si se desciende”, afirma Carlos, otro deportivista de cuna. Con el panorama más oscuro que se recuerda en los últimos años en la entidad de Plaza de Pontevedra, la afición seguirá apoyando hasta que quede esperanza. “ Hay más derrotismo que la otra vez por la actitud de los jugadores. La afición del Depor es luchadora y noble. Mientras quede una mínima posibilidad va a creer en el equipo”, finaliza Rosa. El ‘Super Depor’ camina sobre el alambre.