Lillo versus Guardiola: enemigos íntimos

Maestro contra alumno, o lo que es lo mismo: Juan Manuel Lillo frente a Pep Guardiola. Este sábado se enfrentarán desde el banquillo dos hombres de fútbol que se profesan una admiración mutua. Lillo y Guardiola, dos filósofos del balompié, jugarán su particular partida de ajedrez en el estadio de los Juegos Mediterráneos, si bien la distribución de las 'piezas futbolísticas' es bien distinta en ambos casos.

"Guardiola ha nacido para ser entrenador", "Lillo ha sido el mejor técnico que he tenido en mi vida", "Pep será uno de los grandes en el banquillo" o "Me alegro que Lillo esté en primera, donde le corresponde", son algunos de los piropos que se han lanzado mutuamente ambos técnicos a lo largo de esta jornada, pero su 'romance' viene de lejos.

Corría el año 1996, y el Barcelona, con Guardiola como verdadero cerebro azulgrana, se enfrentaba al Oviedo en el Carlos Tartiere, entrenado por Juanma Lillo. A la conclusión del partido, Pep pidió 'audiencia' con el, por aquel entonces, técnico ovetense. El Barcelona había goleado al Oviedo, una situación indiferente para Guardiola, que había visto 'algo' en el técnico.

El jugador del Barcelona entró al vestuario 'azulón' y fue tajante, elogiando el trabajo del técnico en el banquillo ovetense. Años más tarde, como el propio Lillo reconocería, Guardiola daría un pasó más para afianzar la relación entre ambos: "Me quede de piedra cuando leí que no quería retirarse del fútbol en activo sin jugar en un equipo entrenado por mí", reconocía el técnico.

Dicho y hecho. En el año 2006, en los últimos compases de la vida deportiva de Guardiola, el genial mediocentro decidió fichar por los Dorados de Culiacán mexicanos, evidentemente entrenados por Lillo. En esta etapa, ambos compartieron muchos minutos de fútbol, que sirvieron para terminar de despertar el espíritu de entrenador de Guardiola.

En México se forjó una amistad entre dos hombres de fútbol que comparten la misma filosofía. La importancia de la salida de balón desde la defensa, la necesidad de contar con un mediocentro organizador encargado de mandar en el campo y la presión desde la delantera son algunos de sus fundamentos futbolísticos.

Algunos años después, el destino pudo unir a ambos en el Barcelona. Lluís Bassat, candidato a las elecciones presidenciales del Barcelona en el año 2003, incluyó a Lillo y Guardiola en su proyecto, el primero como entrenador y el segundo como secretario técnico. Sin embargo, Joan Laporta venció en los comicios, lo que impidió que ambos se embarcaran de manera conjunta en el proyecto azulgrana.

Ahora, maestro y alumno se enfrentan cara a cara en un partido más que emocionante. Mismos conceptos, misma filosofía, misma estrategia... pero con distinta plantilla. Así, se podrá ver en el estadio de los Juegos Mediterráneos un choque de poder a poder. Dos amigos que, una vez suene el pitido inicial, sólo pensaran en la victoria de los suyos.