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De la claúsula 'antiflorentino', a la tasadora de Agüero o la inconcebible de Kaká
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LOS GRANDES BLINDAN A SUS JUGADORES Y OTROS HACEN CAJA

De la claúsula 'antiflorentino', a la tasadora de Agüero o la inconcebible de Kaká

Primero fue Thiago Alcántara y ahora Pedro. El Barça no quiere que le 'roben' ninguno de sus jóvenes tesoros y ante el interés de otros clubes

Foto: De la claúsula 'antiflorentino', a la tasadora de Agüero o la inconcebible de Kaká
De la claúsula 'antiflorentino', a la tasadora de Agüero o la inconcebible de Kaká

Primero fue Thiago Alcántara y ahora Pedro. El Barça no quiere que le 'roben' ninguno de sus jóvenes tesoros y ante el interés de otros clubes por hacerse con ellos ha optado por mejorar sus condiciones. Esta mejora incluye una ampliación de contrato, una subida de sueldo y sobre todo, un considerable aumento de la claúsula de rescisión, ese curioso mecanismo con el que los grandes clubes españoles blindan a sus jugadores tasándoles en cantidades impagables para evitar que ni las fortunas de Florentino Pérez (Real Madrid), Abramovich o algún jeque futbolero les arrebate a sus estrellas. Otros, sin embargo, bajan el precio de compra de sus 'cracks' para posibilitar algún traspaso millonario que le ayude a sanear sus cuentas.

El club que preside Sandro Rosell no solo necesita dinero para fichar, sino para hacer frente a esas mejoras económicas, entre las que se encuentra la de Dani Alves, ahora en la mismo escalón salarial que Puyol, Piqué y Valdés (cinco millones anuales). Pero, según afirmó Joan Laporta en declaraciones a Ràdio 4, ése no es un problema gracias al crédito de 150 millones que le acaban de conceder el Banco Santander y La Caixa. Por el traspaso de Bojan a la Roma -operación que se concretará en los próximos días-, el Barça recibirá cerca de 10 millones, y otros 30 provienen de la explotación publicitaria de la camiseta.

El gran final de temporada de Thiago, así como su papel en el Europeo conquistado por la sub'21, hicieron que más de un equipo se fijara en él y que empezasen a circular rumores sobre su posible salida del Barça. Su calidad y proyección no pasaron desapercibidos y clubes como Sevilla o el Málaga del jeque Al Thani se interesaron en el hijo de Mazinho. Pero no fueron los únicos, porque también se habló de Thiago como moneda de cambio con el Arsenal en la operación Cesc, y de posible objetivo del Real Madrid.

Para frenar los rumores el club azulgrana ha dado carpetazo al asunto en los despachos: renovación y claúsula 'antiflorentino'. El precio de salida de Thiago ha pasado de los 20 millones de euros a los 90 actuales, mientras que el de Pedro se ha elevado de los ya escandalosos 90 millones a los 150. Hasta Fontás, recién ascendido al primer equipo, tiene una claúsula de 30 millones. Algo propio del fútbol español que no se estila en el resto de las grandes ligas europeas, donde directamente los clubes negocian los traspasos de los jugadores. En España, para asegurar la continuidad de sus baluartes, los equipos engordan sin límite las cantidades que se mueven en el mercado.

De los 1.000 millones de Cristiano o Kaká a la rebaja del Kun

Y es que las cifras que ponen los clubes más poderosos de la Liga rozan el ridículo. Lejos quedaron los 4.000 millones de pesetas del 'Rivaldazo', los 10.000 que pagó Florentino para vestir a Figo de blanco, o los 14.500 millones de la claúsula de Roberto Carlos en la era Lorenzo Sanz. Si los 100 millones de euros que habría que pagar para fichar a Afellay o los 250 en los que están tasados Özil y Messi parecen demasiados, los 1.000 millones de euros con los que blindó el presidente del Real Madrid a Cristiano Ronaldo y a Kaká se quedan sin calificativo. Sobre todo porque dichas claúsulas no sirven de nada cuando el club quiere deshacerse del jugador y puede venderlo por una cantidad sensata a otro equipo. Es el caso de Kaká, de quien el Madrid podría desprenderse y por quien ningún club pagaría los 1.000 millones de euros que figuran en el papel.

Pero mientras unos 'atan' a sus hombres a base de ceros, otros, los clubes vendedores, intentan hacer caja con sus estrellas realizando la operación contraria, es decir, ampliando sus contratos a cambio de una rebaja de la claúsula. La intención no es otra que abrir la puerta a posibles compradores y poner precio a sus jugadores. Así lo hizo el Atlético de Madrid con el Kun Agüero. El argentino amplió su vínculo con la entidad rojiblanca hasta 2015, pero su claúsula paso de los 60 a los 45 millones, una cantidad mucho más asequible para los equipos que pudieran estar interesados en él.

 

Primero fue Thiago Alcántara y ahora Pedro. El Barça no quiere que le 'roben' ninguno de sus jóvenes tesoros y ante el interés de otros clubes por hacerse con ellos ha optado por mejorar sus condiciones. Esta mejora incluye una ampliación de contrato, una subida de sueldo y sobre todo, un considerable aumento de la claúsula de rescisión, ese curioso mecanismo con el que los grandes clubes españoles blindan a sus jugadores tasándoles en cantidades impagables para evitar que ni las fortunas de Florentino Pérez (Real Madrid), Abramovich o algún jeque futbolero les arrebate a sus estrellas. Otros, sin embargo, bajan el precio de compra de sus 'cracks' para posibilitar algún traspaso millonario que le ayude a sanear sus cuentas.

Thiago Alcántara