Quique ficha hasta junio y vera desde fuera a su ‘Atleti’

Quique Sánchez Flores comenzará a planificar su nuevo Atlético lejos del banquillo. Ayer, finalmente, firmó su contrato hasta junio próximo, y será presentado este lunes a las 10.30 de la mañana, sin embargo, debido a que el ex técnico de Valencia y Benfica fichó ayer a última hora, y por lo tanto no tuvo tiempo suficiente ni de entrenar a la plantilla ni de charlar con sus pupilos, será Santi Denia, segundo entrenador, quien diriga el equipo en Ono Estadi para intentar apagar el fuego que terminó por ‘incinerar’ a Abel. La afición colchonera tendrá que esperar hasta el partido de Copa de la próxima semana para ver a su nuevo entrenador.

 

La tarea de Quique no será fácil. Recibe el legado de un equipo que tiene heridas por todo el cuerpo. A simple vista, los rasguños comienzan en la directiva, que ha dado un giro importante después de que Cerezo se convirtiera en el jefe de jefes y Gil Marín se escapara dejando al club con el agua al cuello. Con el cambio de poderes, el Atlético intentará, una vez más, recuperar la salud de la que carece.

 

Esta lesión, aunada a la herida de haber conseguido sólo seis de los 21 puntos posibles y estar al borde de la eliminación en la Liga de Campeones, tener una plantilla corta y mal planificada, sin un cerebro capaz de erigir como líder, con una delantera de talla mundial pero sin el respaldo de un pelotón que la dote de balones, son algunas de las carencias del nuevo equipo que dirigirá a partir del lunes Quique Sánchez Flores.

 

El madrileño aceptó el reto convencido de que tarde o temprano llegará el buen tiempo y las nubes se irán con la llegada del sol naciente, a diferencia de Laudrup, que después de escuchar la propuesta de Jesús García Pitarch declinó su invitación al banquillo rojiblando y reafirmó sus deseos de entrenar al Villarreal. Definitivamente, si a esta semana se le designara un nombre, sería Atlético de Madrid, porque entre confusiones, errores, cambios y destituciones, la sensación es que el conjunto colchonero estaba más enfermo de lo que aparentaba.

 

Por lo pronto, Quique Sánchez Flores es el medicamento que los ‘doctores’ Cerezo y García Pitarch recetaron al enfermo. El paciente determinará si el ungüento realmente funciona, porque después de tantos días de agonía, en los que el Atlético no levantaba cabeza, los jugadores perdían confianza, la directiva se exhibía sembrando dudas y confusiones, Gil Marín se iba y Cerezo se hacía con el poder, Laudrup decía que no por una oferta del Villarreal, Luis Aragonés declinaba la invitación, la ‘operación Quique’ no se cerraba, Abel no sabía si se quedaba o se iba aunque finalmente se fue con un triste adiós, el equipo y la afición más romántica del fútbol español necesitan algo más que un medicamento. Necesitan resultados. Y si es posible, de inmediato.