Johan Vonlanthen: el proyecto de estrella que colgó las botas por "la llamada del Señor"

El caso de Johan Vonlanthen es un claro ejemplo de cómo la fe puede mover montañas. Un jugador llamado a ser una de las grandes estrellas del fútbol Mundial ha decidido cambiar el balón por la religión. Con sólo 26 años, ha decidido alejarse de los focos para regresar a su Colombia natal: el que fuera considerado como la gran perla del fútbol suizo ha dejado el deporte rey en un segundo plano para centrarse en las sagradas escrituras.

Nacido en Santa Marta (Colombia) el 1 de febrero de 1986, Johan Rodríguez Benavídez comenzó a mostrar desde muy joven sus aptitudes con el balón. Pero la separación de sus padres iba a convertirse en un duro golpe para el joven, cuya vida iba a cambiar radicalmente desde ese preciso momento. Su madre, de quien dependía su custodia, decidió emigrar a Suiza en busca de trabajo, donde Johan tuvo que forjar su carácter.

Introvertido, tímido y muy bueno con el balón en los pies, pronto comenzó a destacar en Suiza como una joven promesa. Después de adoptar el apellido de su padrastro, Johan Vonlanthen empezó a recibir ofertas de los clubes más importantes del país helvético, donde comenzó a hacerse un nombre. Así, a los 16 años debutaba en el BSC Young Boys de la primera división suiza, convirtiéndose en el jugador más joven en jugar en la Swiss Super League.

Tras dos temporadas a muy alto nivel, el PSV Eindhoven decidió hacerse con sus servicios. Su primera temporada en el club holandés fue muy buena -de hecho, en la Eurocopa de 2004 se convirtió en el jugador más joven en marcar en la historia del campeonato europeo de selecciones-, pero en su segundo año no dio el salto cualitativo que se esperaba de él. Por ello, el jugador fue cedido al Brescia y después al NAC de Breda, donde volvió a mostrar su nivel.

La religión le comenzó a apartar del balón

Después de regresar de sus cesiones, el Red Bull de Salzburgo decidió contratarlo para su millonario proyecto. Sus primeros años siguieron en la línea de buenas actuaciones deportivas, pero en 2008 algo cambió en su cabeza. Después de sufrir varias lesiones de poca importancia pero que le mantuvieron varias semanas fuera de los campos, Vonlanthen comenzó a leer la Biblia para superar los malos momentos, hábito que ya jamás abandonó.

Pronto se abrazó a la corriente adventista, lo que empezó a limitarle para jugar al fútbol: pidió al equipo no jugar los sábados y, poco a poco, fue perdiendo las ganas y la ilusión de seguir jugando. Ello le valió su cesión al Zúrich, donde mostró buenas maneras, pero a cuentagotas. Decidido a dejar el fútbol, su próximo paso estaba claro: regresar a su Colombia natal donde, a los 24 años, comenzó a preparar su retirada del deporte en activo.

Seis partidos en el modesto Itagüí le convencieron de colgar las botas: "Cuando comencé a saber lo que es el sábado, que es el día del Señor, comencé a ver lo que es el séptimo día. Ahí fue cuando me enteré de que el día sábado bíblico es el día de reposo y comencé a ver que en ese día había una bendición. Había escuchado la llamada del Señor y cada vez que iba al campo los sábados era más difícil, así que decidí dejarlo", asegura.

Desde entonces, la religión se ha antepuesto al deporte. Ha decidido olvidar que hubo un tiempo en el que estaba llamado a ser uno de los mejores jugadores del mundo para vivir una vida tranquila y en paz, alejada de los focos. "Ahora me siento libre, libre de verdad, puedo ser como yo soy": Vonlanthen ha decidido cambiar los tacos y el linimento por las oraciones. A los 26 años, el otrora estrella del fútbol suizo vive en paz y lejos de los focos en su Colombia natal.