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¿Se imaginan a Vicente del Bosque siendo representante de Xavi, Iniesta y compañía?
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SU CONDICIÓN DE REPRESENTANTE HA SIDO UN OBSTÁCULO PARA RIVERA

¿Se imaginan a Vicente del Bosque siendo representante de Xavi, Iniesta y compañía?

Valero Rivera dio a España su segunda estrella. El seleccionador español, muy discutido desde su llegada a la selección por su condición de representante, ha sabido

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¿Se imaginan a Vicente del Bosque siendo representante de Xavi, Iniesta y compañía?

Valero Rivera dio a España su segunda estrella. El seleccionador español, muy discutido desde su llegada a la selección por su condición de representante, ha sabido sobreponerse a una presión mediática injusta en muchas ocasiones. El técnico (Zaragoza, 1953) , nombrado seleccionador por Juan de Dios Román en 2008, ha llevado a la selección la metodología que implantó en el FC Barcelona, con el que consiguió 70 títulos en los veinte años que estuvo al frente del banquillo azulgrana. Tras conseguir el bronce en el pasado Mundial de Suecia, Valero Rivera pone el broche de oro a una trayectoria impecable. “Una final que se recordará durante mucho tiempo”, decía al término del partido. El balonmano español no le olvidará nunca. Ha logrado inculcar en la selección el sello que le llevó al éxito con el Barcelona y que revolucionó el balonmano mundial en la década de los noventa.

La llegada de Valero Rivera a la selección española de la mano de Juan de Dios Román estuvo marcada por la condición de representante del nuevo seleccionador. Valero Rivera, tras dejar el banquillo azulgrana en 2004 y tras un breve período en la dirección de secciones del Barcelona, se centró en la representación de jugadores, asesoramiento de clubes y organización de eventos a través de su empresa Valero Rivera Asesoramiento Deportivo SL . El escepticismo que causaban ciertas convocatorias no le amilanó para convocar a los que consideraba que podían adaptarse a lo que él quería.

Rivera es un entrenador amante de la intensidad. Así insistió durante todo el Mundial. “Hemos de ganar a través de la defensa, nuestra portería…Y que en el momento en que no tengamos el balón estemos pendientes de recuperarlo”, contaba en una entrevista a El País.  El mismo sistema que había implantando en el Barça. “No entiendo el deporte sin velocidad”, ha declarado el seleccionador español en alguna ocasión. Ello obligaba a una preparación física muy alta, un gran sistema de rotaciones y una pulida mecanización del juego. Algo que implica una gran homogeneidad en el grupo. Siempre tuvo equipos que variaban muy poco de un campeonato a otro, lo que ha permitido a España jugar de memoria.

Aunque su idea inicial siempre fue la de continuar con el mismo bloque, los resultados le obligaron a hacer ciertas variaciones. A pesar del gran ruido que originaron las ausencias de hombres como Juanín García o Iker Romero, Rivera siguió convencido de estar haciendo lo correcto. Y el tiempo le ha dado la razón. Sólo reconoció haber errado en una ausencia en los pasados Juegos Olímpicos: la de Alberto Entrerríos, al que admitió haber echado de menos.

La otra gran clave para entender el excelso palmarés del seleccionador nacional es su gran capacidad como gestor de grupos humanos. “Su gran virtud ha sido la capacidad de adaptación a los recursos humanos de que disponía. Haber elegido a los jugadores que mejor se adaptaban a su idea del balonmano, aunque no fueran los mejores”, declaraba Manolo Cadenas, entrenador del Ademar de León. El grupo por encima de la individualidad. A pesar de tener que aguantar todo tipo de críticas por la convocatoria de hombres como Ugalde o Valero Rivera Folch, su hijo, el seleccionador hizo lo mejor para el grupo. El varapalo sufrido ante Francia en los pasados Juegos de Londres, unió aún más si cabe al grupo, que ya tenía la mente puesta en el Mundial de España. ‘Su Mundial’. ¿El resultado? Segundo estrella para España con la mayor diferencia de goles de la historia en una final de mundial. La final de Sant Jordi ya está grabada en la memoria colectiva del deporte español. Los ‘Hispanos’ tocaron la gloria. Valero Rivera, la eternidad.

 

Valero Rivera dio a España su segunda estrella. El seleccionador español, muy discutido desde su llegada a la selección por su condición de representante, ha sabido sobreponerse a una presión mediática injusta en muchas ocasiones. El técnico (Zaragoza, 1953) , nombrado seleccionador por Juan de Dios Román en 2008, ha llevado a la selección la metodología que implantó en el FC Barcelona, con el que consiguió 70 títulos en los veinte años que estuvo al frente del banquillo azulgrana. Tras conseguir el bronce en el pasado Mundial de Suecia, Valero Rivera pone el broche de oro a una trayectoria impecable. “Una final que se recordará durante mucho tiempo”, decía al término del partido. El balonmano español no le olvidará nunca. Ha logrado inculcar en la selección el sello que le llevó al éxito con el Barcelona y que revolucionó el balonmano mundial en la década de los noventa.

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