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La crisis del Barça acaba con las aspiraciones políticas de Joan Laporta
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La crisis del Barça acaba con las aspiraciones políticas de Joan Laporta

 El presidente azulgrana, Joan Laporta.El presidente del Barcelona ha dado esta semana un fenomenal paso atrás en sus aspiraciones de hacer una transición exitosa desde la

El presidente del Barcelona ha dado esta semana un fenomenal paso atrás en sus aspiraciones de hacer una transición exitosa desde la presidencia del Barça, que deberá abandonar ineludiblemente en el 2010 al terminar su segundo mandato, y la primera línea de mando de Convergencia, su gran objetivo desde hace bastante tiempo.

Y no han sido sólo los resultados deportivos los que han puesto un palo en la ruedas de este joven abogado, sino su manera de reaccionar, la agresividad que mostró el domingo pasado ante las peñas, y que han hecho pensar a muchos barcelonistas, especialmente a los catalanistas, que el Laporta auténtico está mucho más cerca del personaje populista, autoritario, irascible, aquel que reaccionó airadamente en un control del aeropuerto de El Prat amenazando con bajarse los pantalones, que no del "bon noi", el "bon Jan", que la cara juvenil y amable del presidente azulgrana había vendido hasta ahora.

Laporta perdió los nervios el domingo ante el Congreso Mundial de Peñas. Les dijo que "os hemos acostumbrado muy bien", acusó de hipócritas y embaucadores a los que criticaban la actual marcha del Barça y dijo cosas como que apoyar al club era también hacerlo a su junta directiva, olvidando que él mismo tomó una decisión inaudita en plena temporada 1997-98 al presentar una moción de censura en medio del campeonato contra el entonces presidente Josep Lluís Núñez.

Tiene a la prensa en contra

¿Consecuencia? Todos los periódicos generalistas y deportivos de Barcelona se han levantado contra él: "El peor momento de Laporta" (El País), "Joan Laporta se cae del pedestal" (ABC), "Los excesos de Laporta cansan al club" (El Mundo), o la encuesta on-line de El Mundo Deportivo en la que el 71% de los casi 5.000 votantes cree que "Laporta debía dimitir".

La mayoría de las personas consultadas por este diario, próximas al entorno barcelonista, consideran que Laporta ha sido víctima de su propio éxito inicial cuando desarrolló aquellas teorías del círculo virtuoso sobre las finanzas blaugranas y la entidad mostraba una estabilidad envidiable desde la capital de España.

Pero en la vida todo es efímero y en el fútbol mucho más. Esos éxitos que empujaron a Laporta a ser cada vez más protagonista, para capitalizar mejor las victorias, hoy le convierten en el pim pam pum de todas las desilusiones. Por eso el pasado domingo, en el Camp Nou, tras el empate contra el Getafe, una parte mayoritaria del público se sumó al grito de "Laporta, dimisión", un cántico que un ensoberbecido presidente tradujo ante sus fieles como una protesta contra los jugadores, no contra la directiva que gobierna el club con mano de hierro.

Con graves problemas deportivos, la buena estrella política se difumina. Fuentes de CiU que habían apostado por Laporta como un político emergente que podría aportar al partido nacionalista el activo de una gestión exitosa al frente, nada más y nada menos, del Barça, "més que un club", prefieren hoy tomarse su tiempo.

¿Laporta como alternativa a Mas?

Se habló de Laporta incluso como alternativa a Mas, hoy sólo se recuerda que en política hay que sumar y no restar, algo que no puede ofrecer con seguridad el hombre que llegó a la presidencia del Barça gracias a una imagen, un equipo y un programa auténticamente renovadores y a los 500 millones de las antiguas pesetas gastados por su ex suegro, Juan Echevarría.

Pero todo lo dicho puede cambiar como por encanto si el Barça consigue pasar de eliminatoria hoy ante el Schalke 04 y sale victorioso después en su enfrentamiento con el Manchester United. Desgraciada o afortunadamente a los dirigentes del fútbol no se les mide tanto por su cuenta de resultados como por las veces que una cosa redonda, llamada balón, entra en una red sujetada por palos, llamada portería.

El presidente del Barcelona ha dado esta semana un fenomenal paso atrás en sus aspiraciones de hacer una transición exitosa desde la presidencia del Barça, que deberá abandonar ineludiblemente en el 2010 al terminar su segundo mandato, y la primera línea de mando de Convergencia, su gran objetivo desde hace bastante tiempo.