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El informe anti Guti
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El informe anti Guti

Algún día se hará un libro sobre las meteduras de pata de los técnicos, de los presuntos sabios que sacan pecho cuando uno de sus descubrimientos

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El informe anti Guti

Algún día se hará un libro sobre las meteduras de pata de los técnicos, de los presuntos sabios que sacan pecho cuando uno de sus descubrimientos encadena tres pases seguidos y que se esconden tras un telón de excusas a la hora de justificar un fichaje frustrado, una apuesta perdida o una comisión que pierde el norte y se escapa por el oeste. En el Real Madrid abundan esos especímenes. Mientras el Barcelona va sacando remesas con Messi, Giovanni o Bojan, los blancos siguen tirando de Raúl, Guti y Casillas como arquetipos de su cantera. Por todas estas cosas, es normal lo que ocurrió el pasado mes de agosto, cuando un informe técnico acampó en el despacho de Ramón Calderón y dejó una perla para la historia. "Ante la oferta del Tottenham por Guti, lo más razonable, dada la edad del futbolista es aprovecharla y aceptarla tratando al menos de subir la cantidad ofrecida". Es más, se ahondaba en la irregularidad del jugador, como si Diarra, por ejemplo, no tuviera regularidad en su rendimiento tan plano...

Esa cantidad era irrisoria dado el nivel del personaje sondeado. Apenas nueve millones de euros. Pero lo más grave es que en la pieza literaria, que no tenía desperdicio, se indicaba que, aún reconociendo la calidad de Guti, estaba claro que dada su edad (está a punto de cumplir los 31 años), ya había dado todo de sí y no iba a crecer más. Se recomendaba encarecidamente tomar en consideración la posibilidad de concretar esa operación. Y lo más curioso es que ese documento se redactó antes de que el Madrid fichara al holandés Sneijder. Es decir, no había un solo pelotero con capacidad para tocar, y dirigir. De hecho, Guti es hoy día un futbolista insustituible. Hasta Schuster ha dado su brazo a torcer y lo ha situado como titular indiscutible, entre otras cosas porque no tiene más remedio.

Por una vez y sin que sirva de precedente, Ramón Calderón obró con coherencia y tino. Sí, es verdad, es capaz en ocasiones de olvidar su modelo de gestión y pensar en el club. Desde el primer momento dejó claro que Guti no se vendía porque eso sería dejar sin cabeza pensante al equipo. Pensar en un Real Madrid sin Guti, con una plantilla tan escasamente lujosa como la actual, equivaldría al suicidio y Calderón no tiene esa mentalidad. Hay un dato que falta por esclarecer. Quién fue el técnico que firmó ese infame informe. En la casa hay varios y cada uno tira para un lado. Por cierto, hubo al menos dos directivos muy cercanos a Calderón que recomendaron el traspaso. Unos lumbreras. Guti tiene el enemigo en casa, pero al menos, por el momento, sigue tirando del carro.

Algún día se hará un libro sobre las meteduras de pata de los técnicos, de los presuntos sabios que sacan pecho cuando uno de sus descubrimientos encadena tres pases seguidos y que se esconden tras un telón de excusas a la hora de justificar un fichaje frustrado, una apuesta perdida o una comisión que pierde el norte y se escapa por el oeste. En el Real Madrid abundan esos especímenes. Mientras el Barcelona va sacando remesas con Messi, Giovanni o Bojan, los blancos siguen tirando de Raúl, Guti y Casillas como arquetipos de su cantera. Por todas estas cosas, es normal lo que ocurrió el pasado mes de agosto, cuando un informe técnico acampó en el despacho de Ramón Calderón y dejó una perla para la historia. "Ante la oferta del Tottenham por Guti, lo más razonable, dada la edad del futbolista es aprovecharla y aceptarla tratando al menos de subir la cantidad ofrecida". Es más, se ahondaba en la irregularidad del jugador, como si Diarra, por ejemplo, no tuviera regularidad en su rendimiento tan plano...