Calderón ‘televisa’ los fichajes para contentar a la prensa

No pasa en ningún club del mundo. Lo habitual es callar y negar cada vez que surgen rumores sobre el fichaje de cualquier futbolista. Se trata de trabajar con discreción para evitar que la sobreexposición pública de nombres se traduzca en un aumento del precio de mercado. Sí, eso es lo normal cuando se obra con lógica. Pero en el Real Madrid la palabra precaución brilla por su ausencia. Se juega con dinero ajeno, del socio del Real Madrid, y se considera que para la imagen pública de su presidente, todavía Ramón Calderón, es mejor hacer ver que ya se está trabajando en las adquisiciones de la próxima temporada, aunque estemos todavía en octubre y aunque el propio entrenador, Bernd Schuster, diga que le parece una locura la catarata de nombres que comienza a aparecer.

El escaso brillo del equipo, líder en puntos, pero a la cola en cuanto a juego, también ayuda para que desde el propio club se estimule el baile de fichajes. La orden de Calderón es clara. Hay que alimentar a los medios, aunque los precios suban como la espuma y filtrar operaciones a diestro y siniestro. Es más, ya ha habido dos reuniones entre el propio Calderón, Mijatovic y el director general, José Angel Sánchez, en las que ambos le indicaron que la política de información debía cambiar. El presidente no hizo ni caso. "Hay que vender ‘burras’ y tener contenta a la plebe y a la prensa", fue su contestación.

Teniendo en cuenta que Calderón pagó 27 millones de euros por Gago, futbolista que unos meses antes pudo haber llegado al Getafe por seis millones de euros, cualquier cosa es posible. Las negociaciones por Drogba, que son las que realmente se han puesto ya en marcha, han sido casi transmitidas en directo desde las oficinas del club. El fichaje de Iniesta se frustró en verano porque Marca descubrió el pastel gracias a un directivo que contó con el beneplácito de Calderón, deseoso de hacer ver que flirteaba con una estrella del Barça, que se lanzaba a grandes aventuras tras los fracasos con Kaká y Cesc (Robben llegó más tarde). La rutilante nómina de estrellas del gran rival, que contrasta con el carácter más espartano de una plantilla madridista más propia de épocas de transición que de fulgor, influye para que se mantenga esta línea de vender lo que sea. Por cierto, para diciembre, cuando se entreguen el Balón de Oro y el FIFA World Player, volverán las portadas con los deseos de Kaká y Cristiano Ronaldo por vestir de blanco. Ya están programadas hasta las fotos.