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Una explosión de júbilo recibe a los campeones del mundo
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Una explosión de júbilo recibe a los campeones del mundo

Decenas de miles de personas recibieron anoche a los jugadores de la selección española de baloncesto, campeona del mundo, con una explosión de júbilo y alegría

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Una explosión de júbilo recibe a los campeones del mundo

Decenas de miles de personas recibieron anoche a los jugadores de la selección española de baloncesto, campeona del mundo, con una explosión de júbilo y alegría en la madrileña Plaza de Castilla, que se convirtió en el escenario de una gran celebración. Los campeones del mundo entraron en la plaza, pasadas las 00:41 horas -casi una hora después de lo previsto por el retraso de los vuelos-, en un autobús descubierto que los trasladó desde la Federación Española de Baloncesto, tras su regreso del Mundial 2006 de Japón.

La fiesta estalló con la presencia de los ídolos del baloncesto, ante quienes se rindió un público encendido que agitaba banderas de España y gritaba "campeones, campeones, oé, oé, oé".

Los aficionados parecían mantenerse ajenos al fuego que se declaró en la última planta de una de las torres en construcción en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, pese a que a sus espaldas se podían contemplar las llamas en la última planta del edificio así como la fuerte humareda que de ella se desprendía.

Entre cohetes, bengalas y confeti, los jugadores se subieron al escenario habilitado para la ocasión con la copa de campeones en manos de Carlos Jiménez, el capitán de la selección, y con las medallas de oro colgadas al cuello.

El seleccionador, José Vicente "Pepu" Hernández, fue uno de los primeros en intervenir, al invitar a los presentes a "escuchar una palabra" que, sentenció, "a partir de ahora va a ser muy importante: Baloncesto".

"Pepu" se sumó a la celebración, con gran ovación de los asistentes, aunque el lunes no quiso participar en los festejos porque su padre había fallecido la noche anterior a la final.

La estrella del equipo Pau Gasol se dirigió a sus seguidores para hacerles partícipes de la victoria, al señalar, con la medalla de oro en su mano: "esto es también vuestro".

El jugador, que caminaba con muletas debido a la lesión que sufrió en un tobillo, indicó que era "un placer gozar de esto" con todos los aficionados y resaltó que el equipo al que pertenece es "maravilloso, deportivo y humano"

Un día "histórico"

Jorge Garbajosa, integrante del mejor quinteto del mundial, confesó que no podía imaginarse lo "maravillosa" que es la afición del baloncesto y contó, como anécdota, que no se había cambiado los pantalones de entrenamiento "desde el primer día de concentración".

El integrante de los Toronto Raptors José Manuel Calderón calificó este día de "histórico" y proclamó ante la afición: "un trocito de todo esto es vuestro".

Los campeones, al son del clásico de Queen 'We are the champions', bailaron unidos y cantaron uno de sus temas favoritos, "Hombre despechado" de Ricky López, así como melodías en clave de humor que dicen "camarero una de champiñones, una de kiwi..".

El vicealcalde del Ayuntamiento de Madrid, Manuel Cobo, excusó la presencia del regidor, Alberto Ruiz Gallardón, por encontrarse supervisando la extinción del incendio declarado en uno de los cuatro rascacielos que se construyen en la antigua Ciudad Deportiva. "Os hemos recibido con un incendio", ironizó.

Los campeones del baloncesto no negaron, al finalizar el acto, que estaban "bastante cansados" del largo viaje y del festejo, aunque expresaron sus ilusión por las recepciones que tendrán hoy por la mañana con distintas autoridades, entre ellas, los Reyes y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Finalmente, el combinado nacional se dirigió a un restaurante de la capital para celebrar con una cena su llegada a España así como la victoria.

Decenas de miles de personas recibieron anoche a los jugadores de la selección española de baloncesto, campeona del mundo, con una explosión de júbilo y alegría en la madrileña Plaza de Castilla, que se convirtió en el escenario de una gran celebración. Los campeones del mundo entraron en la plaza, pasadas las 00:41 horas -casi una hora después de lo previsto por el retraso de los vuelos-, en un autobús descubierto que los trasladó desde la Federación Española de Baloncesto, tras su regreso del Mundial 2006 de Japón.