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El drama cotidiano, en pocas palabras
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El drama cotidiano, en pocas palabras

El gran cuentista noruego Kjell Askildsen publicó Desde ahora te acompañaré a casa en 1953, libro que fue censurado por inmoral. Hoy cuesta imaginarse el porqué,

El gran cuentista noruego Kjell Askildsen publicó Desde ahora te acompañaré a casa en 1953, libro que fue censurado por inmoral. Hoy cuesta imaginarse el porqué, sólo si acudimos a las excusas habituales de la censura: amoralidad erótica o política. Pero, tras leer éste, o cualquiera de los libros que ha publicado en España Los perros de Tesalónica, Últimas notas de Thomas F. para la humanidad, Un vasto y desierto paisaje, los tres en Lengua de Trapo y hace poco recopilados en Debolsillo-, no es difícil advertir el temor que asaltó al represor de turno. Los once relatos del conjunto no están tan conseguidos como sus obras posteriores, es inevitable, pero las líneas están trazadas con decisión; los temas, el estilo despojado y abrupto, están aquí, en esta obra temprana, bien perfilados. Su crítica de la sociedad contemporánea, también.

Askildsen sorprende a sus personajes en un momento cualquiera de sus vidas, como si les fotografiase un momento de su crisis permanente. Su empeño consiste en exhibir el fracaso emocional consecuencia de una sociedad desestructurada, en la que la falta de Dios –más acusada en este volumen: 'Canícula' o 'Encuentro' versan sobre ello- o los conflictos relacionales, bien paternofiliales –de nuevo 'Encuentro', o 'La noche de Mardon'-, bien de pareja –'Nada por nada', 'Pamela'- echan al individuo a los pies de los caballos. Un individuo que, por otro lado, jamás es inocente; la inocencia no se contempla en su “vasta y desierta” obra, es la culpa, el miedo, la soledad, la derrota, la incapaz para comunicarse, son las coordenadas de su mundo literario, que pretende asemejar al nuestro.

Su estilo, parco como la muerte, contiene momentos memorables y terribles como la siguente frase, que ya es un clásico: “Somos flechas disparadas del vientre de nuestra madre que aterrizamos en un cementerio. Qué importancia tiene, entonces, en el momento de aterrizar, si hemos volado bajo o alto o hasta dónde hemos volado o a cuántos hemos herido en el camino”. No extrañe al lector sentirse envuelto en una glacial niebla nórdica, pues tal parece ser la pretensión del casi octogenario cuentista.

LO MEJOR: el estilo desnudo, tan efectivo como una puñalada.

LO PEOR: los momentos menos Askildsen, más convencionales.

El gran cuentista noruego Kjell Askildsen publicó Desde ahora te acompañaré a casa en 1953, libro que fue censurado por inmoral. Hoy cuesta imaginarse el porqué, sólo si acudimos a las excusas habituales de la censura: amoralidad erótica o política. Pero, tras leer éste, o cualquiera de los libros que ha publicado en España Los perros de Tesalónica, Últimas notas de Thomas F. para la humanidad, Un vasto y desierto paisaje, los tres en Lengua de Trapo y hace poco recopilados en Debolsillo-, no es difícil advertir el temor que asaltó al represor de turno. Los once relatos del conjunto no están tan conseguidos como sus obras posteriores, es inevitable, pero las líneas están trazadas con decisión; los temas, el estilo despojado y abrupto, están aquí, en esta obra temprana, bien perfilados. Su crítica de la sociedad contemporánea, también.