La Fundación Barrié acoge una exposición de 57 retratos femeninos de Picasso

La sede de la Fundación Pedro Barrié de la Maza de A Coruña acoge desde este jueves la exposición 'Picasso. Laboratorio de estilos', que consta de 57 retratos femeninos, 16 de ellos inéditos, y que podrán verse hasta el 3 de febrero de 2008.

Esta muestra complementa la inaugurada ayer por la tarde en Vigo, que se centra en la naturaleza muerta. Ambas componen "el programa expositivo más ambicioso diseñado por la Fundación Pedro Barrié de la Maza en toda su historia", organizado para conmemorar el 40 aniversario de la entidad, según ha destacado su directora, Marta Rey.

Durante su intervención en el acto inaugural, al que han asistido más de un centenar de personas, Rey ha añadido que esta muestra "consagra a la ciudad de A Coruña dentro del círculo de urbes ligadas a Pablo Picasso", junto con Málaga, Barcelona y París. "Han pasado casi cinco años desde que la Fundación consiguió devolver a esta ciudad al pintor", ha señalado la directora, que ha agregado que Picasso vivió en A Coruña, expuso aquí por primera vez y fue también aquí donde se formó. De este modo, se cierra el ciclo picassiano de la entidad, que comenzó, hace un lustro, con el joven Picasso.

La exposición tiene una amplitud cronológica que Marta Rey ha calificado como "extraordinaria", ya que abarca desde 1924 hasta 1972, sólo un año antes de su muerte. Asimismo recoge cómo la figura de su esposa, Jacqueline, marcó un antes y un después en la pintura del malagueño, tal como ha explicado la asesora de la exposición, María Teresa Ocaña, a quien Rey ha definido como "una de las máximas expertas mundiales en la obra del artista".

Ocaña, en su emotivo discurso, ha manifestado sus agradecimientos al coleccionista privado que les facilitó las obras, y ha incidido en que algunos de los lienzos que se podrán contemplar en la sede coruñesa formaron parte de una muestra que hace ocho años albergó el MOMA de Nueva York. "Y allí estuvo lo mejor de lo mejor", ha puntualizado.

En las exposiciones de Vigo y A Coruña puede percibirse la evolución estilística de Picasso, desde el clasicismo de sus primeras obras, que datan de los años 20, hasta las formas voluptuosas de finales de esa década y comienzos de los 30, el fenómeno de la distorsión, que da lugar a una nueva forma de belleza, alejada del retrato fiel de la modelo, y la vuelta a la figuración.

Al contrario de la creencia general de que la obra de Pablo Ruiz Picasso puede definirse como "abstracta", Ocaña ha aclarado que el pintor "no se alejó nunca de la realidad", sino que "destrozaba a sus modelos para volver a recuperarlas". En este sentido la asesora ha indicado que el asunto del pintor y la modelo es tan recurrente en la obra del artista que "casi puede considerarse como un subgénero". Cuando su mujer, Jacqueline, llega a su vida, se convierte en "la modelo", que aparece distorsionada, disfrazada, y evoluciona hasta la explosión de color que caracterizó los últimos años de la carrera del malagueño.

"Si los genios existen, Picasso lo era", ha manifestado Ocaña, ya que mantuvo "su vigor" durante toda su vida profesional. Así ha terminado la experta su discurso inaugural de una exposición que, a su juicio, refleja "la pasión por el arte, por el artista y por Galicia".