La producción industrial de alimentos ha degradado el 25% de los suelos productivos del planeta, además de esa primera materia prima de la producción alimentaria que es el agua: cada día más escasa, cada día más contaminada
El cemento, el asfalto, los metales, es decir, todo lo artificial es ya mayor que el verde de las plantas, la levedad de las aves o, incluso, lo que nos alimenta como fruto de la agricultura
Etimológicamente, otoño quiere decir el tiempo de lo cumplido. Lo prometido por la primavera y cocinado por el verano está ahora listo para llenar nuestras despensas, cocinas y estómagos
A todos, incluso a los que sacian su sed de vivacidad, se les olvida que aceptar el autodestierro a las ciudades es convocar el desierto, que cunda la soledad más aterradora que hay en nosotros mismos
Llamo, desde hace casi 30 años, naturismos a estos fugaces destellos de comprensión. Palabra que une el término 'aforismo' al de vivacidad que entra de lleno en la palabra 'natura'
De pequeños, nuestra vinculación con el entorno natural es total y sincera y, según pasan los años, los dibujos animados, los móviles y el sistema educativo acaban con ella
El desarrollo de las energías renovables debe compatibilizarse con la conservación de los espacios naturales y la biodiversidad que albergan. Ni un solo molino, ni una sola placa solar contra la natura
El respeto a lo común, a lo espontáneo y natural puede depararnos maravillosas alianzas. Como la que nos propone esta planta, tan humilde como prodigiosa
Para frenar el calentamiento global de nuestro mundo y el incesante goteo de la pérdida de biodiversidad, necesitamos que todos y cada uno de estos árboles sigan en pie
Parece que la única destreza de la economía ciega que manda es endeudarse. Como si el futuro ya fuera aquello con menos futuro. Eso que intenta advertirnos la catástrofe climática
Nada levanta tanto como las hojas cayendo. Tus ojos se desmallarán para comprender aquello que nadie resumió con mayor acierto y belleza que Jorge Guillén: “Piso tesoros”
De la misma forma que calentarnos y cocinar nos formó, el que se nos esté quemando el planeta tendríamos que valorarlo como enemigo directo de cara a nuestra supervivencia
La relación entre los muertos, los vivos y la naturaleza es un ciclo que nunca cesa y que debemos potenciar. Al final de nuestros días, podemos seguir honrando la vida: tanto la de los que dejamos atrás como la de la naturaleza que nos acoge
Buena parte de los males que aquejan a nuestra sociedad y al planeta se debe a la pérdida de ese valor fundamental que apuntala todas las convivencias, las pacifica, mejora y dignifica