Una española en EEUU muestra las 5 cosas que más le molestan de Nueva York: "Una inseguridad tremenda"

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La bilbaína Keltse Arroyo, de 36 años, vive y trabaja en la ciudad de Nueva York desde hace algo más de un año y desde entonces ha compartido en su cuenta de TikTok consejos para las personas que quieren mudarse a Estados Unidos y vídeos contando su día a día en la ciudad de los rascacielos y su adaptación a la cultura norteamericana.

En uno de sus últimos vídeos en la red social china, que se ha hecho viral con 1,2 millones de visualizaciones, ha explicado las cinco cosas que “son raras, no entiendo o me molestan” del apartamento de Nueva York donde vive. La primera de ellas hace referencia a la mirilla, que es “gigante para ambos sentidos”, lo que significa que “se ve lo mismo de fuera hacia dentro que de dentro hacia afuera, con lo cual desde fuera se ve todo”, ha afirmado Keltse.

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“La calefacción es central, lleva encendida desde octubre y no la puedo ni cerrar, ni poner más baja, ni nada de nada”, ha dicho la bilbaína como segunda cosa que no entiende, antes de asegurar que “llevo todo el invierno con las ventanas abiertas y, aun así, la casa está a 31,5º C”, ha asegurado, pese a estar a dos grados en el exterior.

"Es lo que más rabiosa me pone"

La escalera de incendios es la tercera en su listado. “Muy Nueva York, muy bucólico, muy bonito, pero cualquiera que suba a la terraza, baja la escalera y entra en mi casa”, ha advertido la tiktoker que vive en una última planta y ha asegurado que “me da una inseguridad tremenda”.

En el número cuatro, Keltse ha señalado el horno nuevo que le instalaron al entrar a vivir y al que no ve sentido al no tener ventana. “No veo lo que estoy haciendo, tengo que abrir para ver lo que hay dentro, y no solo eso, solo tiene gas por abajo”, lo que dificulta que los alimentos queden bien cocinados por arriba.

La quinta y última cosa que no entiende de su apartamento y con el que más problemas ha tenido es el telefonillo que tiene tres botones: “Si alguien me toca el timbre, yo tengo que decidir si quiero hablar y que me oigan (talk) u oírles yo a ellos (listen) y es muy difícil coordinar, no hay Dios que se entere”. Además, el botón de door, que sirve para abrir la puerta, “no ha funcionado nunca”, por lo que, si la traen un paquete, tiene que bajar todos los pisos andando. “Es la que más me molesta y más rabiosa me pone”, ha concluido.