Un técnico sanitario explica el peligro del 'corte de digestión': "Díselo a tu madre"

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Todos los veranos, en las horas más cercanas a las comidas, hay niños y niñas junto a la piscina o en la arena esperando impacientes a hacer la digestión. Por fin podrán bañarse cuando termine este proceso que, dependiendo de los padres y de la cantidad de comida que hayan ingerido, puede durar entre 30 minutos y 2 horas.

¿Qué pasa si se zambullen antes de tiempo? El nombre de la amenaza es conocido popularmente como: ‘corte de digestión’. Si la digestión se corta, dice la creencia popular, te puedes llegar a ahogar.

Sin embargo, desde el punto de vista médico y científico, el llamado corte de digestión se trata de una fábula y no es del todo cierta.

Es justemente por lo común que resulta esta idea que un técnico sanitario ha aprovehado su cuenta de TikTok para aclarar este mito. Se trata de Miguel ASSAL, un miembro de Protección Civil que no ha perdido momento y ha compartido un vídeo explicando lo que esconde esta idea.

Centrar la prevención en la temperatura

En el vídeo, el técnico sanitario explica que el verdadero peligro no es el corte de digestión, sino el cambio brusco de temperatura que sufre nuestro cuerpo tras exponerse por un tiempo prolongado a altas temperaturas y zambullirse en el agua de un solo golpe.

“Llevas varias horas expuesto al sol y a altas temperaturas o vienes de correr, de realizar un ejercicio físico intenso con calor, y solo se te ocurre a ti hacer esto”, dice en el vídeo el técnico sanitario saltando a la piscina.

El experto continúa explicando que el verdadero peligro lleva por nombre ‘síndrome de hidrocución’, un shock térmico que conlleva un riesgo para la salud.

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“Puedes llegar a sentir mareos, vómitos, una bajada de la tensión arterial y el síncope. Si estás solo, vas a morir ahogado. En casos más graves podrías padecer un bloqueo respiratorio con fallo cardiaco, una muerte súbita, y te vas a hundir”, continúa diciendo.

El mensaje importante, insiste el técnico, es entrar en el agua de forma progresiva, mojándose poco a poco, y tener en cuenta si estamos acalorados. En las piscinas ducharse siempre antes porque si entramos tirándonos, el cambio de temperatura es más brusco.

“Cuando te vayas a meter al agua hazlo de forma gradual. Ese pequeño truco: ingles, axilas y cuello. De esta manera no te va a pasar absolutamente nada. No importa el tiempo, sino que lo hagas bien”, asegura.

En definitiva, no existe ninguna evidencia de que haya que esperar las dos o tres horas, que todos hemos sufrido, entre la comida y el momento en el que entramos en el agua. Sino que siempre hay que evitar un cambio brusco de temperatura en nuestro cuerpo, entre la que tenemos en el exterior y la que adquirimos al sumergirnos.