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Una joven uruguaya desmonta los mitos sobre la comida española: "Me quedé en 'shock' total"
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Una joven uruguaya desmonta los mitos sobre la comida española: "Me quedé en 'shock' total"

¿A que no imaginabas que para algunas personas es una locura que comamos bocadillo de tortilla o que la paella de marisco no sea la original? Gracias a TikTok, ahora lo sabemos

Foto: Fuente: Tiktok
Fuente: Tiktok

De estereotipos está el mundo lleno. No solo nosotros pensamos que los portugueses venden toallas o que los franceses se pasean por París con boina, camisa de rallas y una baguette bajo el brazo mientras dicen "oh la la". Los españoles tampoco nos salvamos de los tópicos, y en el imaginario colectivo de todo el mundo somos toreros que duermen la siesta y beben sangría por las calles.

¿O no? ¿Hay acaso estereotipos más fieles o curiosos sobre nosotros? En realidad sí, como ha demostrado en TikTok la usuaria Emiliana Artagaveytia (@emi__grando), en un vídeo que se ha hecho viral recientemente y que ya acumula más de 500 comentarios y 7.000 'me gustas'.

La chica cuenta su perplejidad al enterarse de que, contrariamente a lo que mucha gente piensa, la paella original no es de marisco sino de pollo o conejo. Parece que en otros países la versión con marisco es la más aceptada, y por ello mismo se sorprenden cuando vienen a España. De la misma forma, también le sorprende el "refuerzo de tortilla", es decir, el bocadillo con tortilla de patatas de toda la vida.

También hay otra cosa que le sorprende: el hecho de que cuando te pides una caña te la acompañen con patatas y aceitunas gratis

A Emiliana también hay otra cosa que le sorprende sobremanera: el hecho de que cuando te pides una caña te la acompañen con patatas y aceitunas gratis. Un vídeo muy gracioso que, sin duda, demuestra las diferencias que hay entre unas regiones y otras, y que lo que a nosotros nos parece tan normal en otro sitio puede no serlo.

De estereotipos está el mundo lleno. No solo nosotros pensamos que los portugueses venden toallas o que los franceses se pasean por París con boina, camisa de rallas y una baguette bajo el brazo mientras dicen "oh la la". Los españoles tampoco nos salvamos de los tópicos, y en el imaginario colectivo de todo el mundo somos toreros que duermen la siesta y beben sangría por las calles.

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