Como en el Titanic: el músico callejero que no deja de tocar pese a lo que sucede a su alrededor

Uno de los grandes momentos de la película 'Titanic' se produce cuando el barco está a punto de hundirse tras chocar contra un iceberg, pero la banda de música no deja de tocar a pesar del caos que se vive a su alrededor, con miles de personas corriendo para tratar de salvar su vida a toda costa. Ahora, algo similar ha pasado en el metro, aunque a menor escala, lógicamente.

Ha sucedido en el metro de la Ciudad de México, uno de los más importantes del mundo gracias a sus 12 líneas y 195 estaciones, por las que pasan a diario millones de usuarios. Ahí, como en otras partes del planeta, es habitual que algunas personas aprovechen para pedir algún tipo de ayuda mientras amenizan el viaje a los pasajeros tocando algún instrumento.

Eso es lo que estaba haciendo un joven que intentaba conseguir algunas monedas a cambio de interpretar la canción 'Mi Credo', un clásico de la música mexicana obra de K-Paz de la Sierra. El problema llegó porque, a mitad del viaje, se produjo un incidente entre varios de los pasajeros que desembocó en una trifulca que trastocó la tranquilidad del vagón de metro.

Nunca deja de tocar

Tal y como se puede ver en el vídeo que ha subido @fernand_oxrg a su cuenta de TikTok, la mayoría de los pasajeros intenta pasar desapercibido ante lo que ocurre, mientras de fondo varias personas se agolpan unas sobre otras. Pero lo más curioso de todo es que el joven artista no deja de tocar en ningún momento, al igual que sucedió con la banda del Titanic durante el hundimiento.

En el vídeo, que ya supera el millón y medio de reproducciones, se puede ver cómo el artista sigue tocando mientras al fondo del vagón el lío es tremendo. Incluso se puede ver a una persona bailando al ritmo de la música, dando un toque de surrealismo aún mayor a las imágenes que se han hecho virales.

En los comentarios, algunas personas apuntan a que la causa del alboroto fue que uno de los jóvenes había bebido de más y sus amigos tuvieron que ponerse firmes para que no montara un alboroto con otras personas. Pero, sobre todo, se alaba a ese artista callejero que, como los músicos del Titanic, nunca dejó de tocar a pesar de lo que sucedía a su alrededor.