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El deporte, una terapia eficaz y económica
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TRES PASOS PARA CAMBIAR TU VIDA

El deporte, una terapia eficaz y económica

Desde el 2008, muchos países de nuestro entorno están viviendo una de las peores crisis económicas de la Historia. Millones de personas sin trabajo; empresas que

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El deporte, una terapia eficaz y económica

Desde el 2008, muchos países de nuestro entorno están viviendo una de las peores crisis económicas de la Historia. Millones de personas sin trabajo; empresas que cierran; impuestos que no paran de subir y sueldos que no dejan de bajar. En España ya hay 6 millones de parados y no parece que hayamos tocado fondo.

Esta situación tan prolongada en el tiempo y, sobre todo, sin visos de solucionarse a corto plazo, eleva el riesgo de aparición de nuevas enfermedades (depresión, ansiedad, insomnio…) o, incluso, puede agravar el estado de personas con enfermedades diagnosticadas previamente.

El pesimismo se ha instalado en la sociedad. Hay desmotivación, desilusión y confusión. Cada día supone una cuesta arriba marcada por la incertidumbre de no saber si será nuestro último día de trabajo o el de nuestra convivencia con la pareja. Quedan pocas, ningunas, ganas de hacer cosas.

Quedan pocas ganas de hacer cosas, pero el deporte puede ayudarEl cansancio, la fatiga generalizada, la pérdida de calidad del sueño, las alteraciones en el tránsito intestinal (alternancia de episodios de diarrea con estreñimiento) y hasta la pérdida del apetito sexual o las relaciones sexuales dolorosas, son algunos de los síntomas que están detrás del estrés, el miedo y la ansiedad que está padeciendo la población.

En algunos casos pueden presentarse dolores en el pecho (dolor precordial), similar al que sufre un paciente en el trascurso de un infarto de miocardio. Un dolor que puede deberse a un aumento en la frecuencia respiratoria (hiperventilación) o, en otras ocasiones, a problemas de estómago.

El círculo se cierra, la autoestima se resiente y perdemos la confianza en nosotros mismos. No vemos qué podemos hacer.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Hay una salida. Podemos hacer algo, sencillo y eficaz, para derrotar este estado anímico negativo que sólo conduce al aumento del malestar y al riesgo de enfermar: hacer deporte. ¿Cómo? A través de esta sencilla guía.

PASO 1. QUIERO CAMBIAR

Es el paso más difícil, el primero. Reconocer que es necesario cambiar para ser diferentes, mejores. No debemos dejarnos llevar por el pesimismo y la derrota. Hay que activarse. Esa necesidad puede partir de un problema físico como el sobrepeso o el sedentarismo, o de una necesidad mental, como un estado de ansiedad o depresión.

Una estrategia efectiva es mirarse al espejo y preguntarse si la persona que hay delante es la que queremos ser. Si la respuesta es no, debemos cambiar. Sólo hay dos días en los que no podemos hacer nada, ayer y mañana. Hay que hacerlo hoy.

Hay que entrenar nuestra mente para que el cuerpo nos siga. Ese es el secreto del primer paso. Tenemos un cuerpo, luego todos somos atletas en potencia.

PASO 2. CÓMO PUEDO LOGRARLO

Por muy mala condición física que tengamos o creamos tener, podemos evolucionar hacia mejor. Podemos pasar de la nada al algo. Nada es imposible. Seguramente, en esta travesía nos resultará difícil encajar nuestra actividad deportiva en las obligaciones del día a día y nos encontremos con personas que nos desanimen, pero este hecho no debe alterar nuestra decisión cuando ya ha sido adoptada. Debemos estar preparados para ello, es parte del reto.

Toda actividad debe ser progresiva y gradualEs fundamental pensar en una actividad, la que sea, que nos guste e intuyamos que somos capaces de darle continuidad. Puede ser caminar, ir al gimnasio o a la piscina. Algo que nos guste y no nos resulte difícil de cumplir, al menos, tres veces por semana. Debemos conocer nuestro punto de partida tanto físico como mental. No es conveniente comenzar a hacer ejercicio sin control. El papel del médico es, por tanto, clave. Una exploración concienzuda, que incluya la valoración de la  tensión arterial y unos análisis sanguíneos antes del inicio de la actividad son recomendables. Ocasionalmente, puede ser necesario un electrocardiograma o una radiografía de tórax, incluso una prueba de esfuerzo en individuos sanos o con factores de riesgo coronario, como fumadores, bebedores, personas con antecedentes de mareos, dolor torácico, palpitaciones o fatiga precoz.

De esta forma, se valoran muchas posibles enfermedades metabólicas y carencias que podamos tener: colesterol, problemas del sistema inmunitario o de vitamina B12, ácido fólico, ácido úrico...  

Una vez que empecemos a practicar ejercicio, lograremos que varias sustancias se segregen en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Son las endorfinas. Las mismas que nos proveerán de esa sensacion placentera después del esfuerzo, de ese “cansancio agradable’. Se dice de ellas que son más potentes que la morfina y es que constituyen la “droga fisiológica” (el veneno nos mata, la droga nos hace adictos) que nos va a hacer continuar la progresión en el deporte.

Volver a salir a caminar, al gimnasio o a la piscina. Puede que los primeros días tengamos las típicas “agujetas” o sobrecargas musculares y que, al día siguiente, caminemos como los zombis del vídeo Thriller de Michael Jackson. Es normal. Nuestro sistema músculo-esquelético debe adaptarse a los nuevos requerimientos de esfuerzo regular, de contracción y elongación. Es el pequeño precio a pagar por pasar de estar “oxidados” a estar en plena forma. Lo mismo le ocurre al músculo más importante de nuestro organismo, el corazón. Es importante controlar sus pulsaciones y no sobrepasar los límites normales. Es por eso que toda actividad debe ser progresiva y gradual.

PASO 3. QUÉ NECESITO PARA CAMBIAR

Este paso es clave. Dependiendo de la actividad deportiva que hayamos decidido realizar (nos ejercitamos nosotros, no ejercitamos una actividad deportiva), así actuaremos. La equipación deportiva es clave. Por ejemplo: las zapatillas, en función del tipo de actividad y pisada, son los dos elementos básicos e imprescindibles que nos evitarán problemas como ampollas, rozaduras, exceso de sudoración o resfriados.

Nuestra vida, carácter, cuerpo y, sobre todo, nuestra mente, cambiarán con la práctica deportivaSi la ansiedad nos puede y queremos perder peso deprisa, cometeremos el error del novato de ir demasiado abrigado para sudar más y creer que, de esta manera, se pierde peso. Es un error. Lo único que perderemos es líquido que será reintegrado en su totalidad una vez lo hayamos ingerido tras el esfuerzo. Además, corremos el peligro de sufrir un golpe de calor o un síncope por exceso de temperatura.

Con estos tres sencillos y accesibles pasos, ya estamos preparados para comenzar nuestra ‘metamorfosis’ particular. Nuestra vida, carácter, cuerpo y, sobre todo, nuestra mente, cambiarán. Como decía un cartel en una de nuestras maratones, “si hay sitio en tu mente, hay sitio en tu vida”.

Antonio Ríos y Manuel Villanueva* son especialistas en medicina deportiva y traumatología, maratonianos senior que han completado las cinco grandes maratones y son socios fundadores de la plataforma Tu lesión deportiva. El doctor Ríos acaba de publicar su primer libro, Del sillón a la maratón. Correr es la mejor decisión de tu vida (Plataforma Actual) en el que explica cómo podemos preparar una maratón sin tener experiencia deportiva anterior.

Desde el 2008, muchos países de nuestro entorno están viviendo una de las peores crisis económicas de la Historia. Millones de personas sin trabajo; empresas que cierran; impuestos que no paran de subir y sueldos que no dejan de bajar. En España ya hay 6 millones de parados y no parece que hayamos tocado fondo.