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Anímese: dejar la adicción al tabaco es contagioso
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Anímese: dejar la adicción al tabaco es contagioso

La decisión de dejar el cigarrillo es personal, pero quien la toma puede contagiar sin saberlo a quienes le rodean, según un estudio realizado por científicos

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Anímese: dejar la adicción al tabaco es contagioso

La decisión de dejar el cigarrillo es personal, pero quien la toma puede contagiar sin saberlo a quienes le rodean, según un estudio realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California. Según los investigadores, dejar de fumar es algo que ocurre en grupos y difícilmente es un acto individual, como creería quien la adopta. "Hemos descubierto que cuando se analizan grandes redes sociales, hay personas que sin conocerse dejan de fumar al mismo tiempo", según Nicholas Christakis, profesor de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

"Por lo tanto, si hay un cambio en las tendencias de esta red social, como un cambio cultural, todo un grupo de personas que está vinculado pero no se conoce entre sí, abandona la adicción al mismo tiempo", agregó en un estudio publicado por la revista New England Journal of Medicine. Christakis ofrece un ejemplo de un conjunto de tres personas. La primera persona, A, es amiga de B, y B es amiga de C. Pero A y C no se conocen. Si C deja de fumar, las posibilidades de que A deje de fumar aumentan 30%, no importa si B fuma o no.

El individuo medio, en este caso B, actuaría como "el portador" de una norma social, según señala. Christakis y James Fowler, investigador de la Universidad de California, llegaron a esa conclusión tras analizar los datos proporcionados por un estudio de problemas cardiovasculares iniciado en 1948 y concluido en 1971. Su objetivo era determinar de qué forma la salud está vinculada a las relaciones sociales de una persona.

Según los científicos, lo más sorprendente fue el descubrimiento de que desde una perspectiva social amplia, la gente deja de fumar como grupo y no individualmente. Fowler manifiesta que al analizar el período se ve que el tamaño medio de cada conjunto de fumadores sigue siendo el mismo. "Lo que ocurre es que cada vez hay menos de esos conjuntos con el paso del tiempo". Esa apreciación coincide con las cifras oficiales que señalan que durante los últimos 30 años el número de fumadores en Estados Unidos se ha reducido de manera gradual, lo cual es resultado de las campañas de salud pública.

Para los científicos, la educación de las personas también es muy importante. "Recibimos más influencia para dejar de fumar si quienes lo hacen tienen un alto nivel de educación. Más aún, somos más influenciables cuanto mayor sea nuestra educación", según los científicos. Por otra parte, quienes fuman son ahora cada vez más marginados de sus propias redes sociales.

Los científicos indican que en los primeros años del decenio de 1970, era irrelevante si una persona fumaba o no. Sin embargo, en las décadas siguientes "vimos un dramático alejamiento de los fumadores hacia la periferia de la red social. Fumar se ha convertido en una muy mala estrategia para hacerse popular", según Fowler.

La decisión de dejar el cigarrillo es personal, pero quien la toma puede contagiar sin saberlo a quienes le rodean, según un estudio realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California. Según los investigadores, dejar de fumar es algo que ocurre en grupos y difícilmente es un acto individual, como creería quien la adopta. "Hemos descubierto que cuando se analizan grandes redes sociales, hay personas que sin conocerse dejan de fumar al mismo tiempo", según Nicholas Christakis, profesor de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

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