El PP asume que el objetivo de Bárcenas es liquidar a Rajoy

El Gobierno y el PP, en defensa de Mariano Rajoy, le dan la vuelta a la última remesa de papeles o textos (esta vez SMS) de Luis Bárcenas contra el presidente del Gobierno. Dicen que demuestran una relación de confianza entre ambos que dura hasta que aparecen las cuentas en Suiza, pero también el descarado intento de chantaje del extesorero, cómo el jefe del Ejecutivo le daba largas y destacan que, al final, no movió un dedo en su favor. Un capítulo menor –dicen- de la campaña contra Rajoy que se presenta larga y tiene su cita clave en la declaración de Bárcenas ante el juez Pablo Ruz prevista para hoy.

Según proceda el extesorero en el ámbito judicial después de poner su defensa legal en manos de Javier Gómez de Liaño (la mediática la lleva El Mundo), el Partido Popular moverá pieza. En fuentes populares repiten que sigue sin haber nada nuevo que obligue a Rajoy a dar explicaciones, como ya hizo en febrero pasado, pero también reconocen que visto el éxito obtenido por esta edición de papeles, al final el presidente del Gobierno tendrá que salir a dar la cara ante la opinión pública más pronto que tarde. Hoy tendrá la primera oportunidad de decir algo en la conferencia de prensa convocada en la Moncloa con el primer ministro de Polonia, Donal Tusk.

“Una cosa es que el presidente fuera a responder a lo que diga su extesorero desde prisión a través de un periódico y otra que no tenga más remedio que replicar a las acusaciones que pueda hacer ante el juez, si es que las hace”, apuntan en los citados medios, además de insistir en que cualquier respuesta legal por parte del partido, demanda o querella, también depende de la misma declaración.

“El contenido de los SMS no refleja más que la confianza de Rajoy en su extesorero hasta que aparecen las cuentas millonarias en Suiza y cómo se acaba en ese momento”, añaden en las mismas fuentes, que no aciertan a explicar la ingenuidad de Rajoy al responder personalmente los mensajes y llamadas de Bárcenas casi hasta el último momento y cuando el extesorero ya había planteado abiertamente su intento de chantaje. “En todo caso –advierten- el hecho de mantener esas comunicaciones sólo indicaría que el presidente no consideraba que tenía nada que ocultar”.

El extesorero guardó los SMS desde el principio del cerco judicial por el caso Gürtel y posteriormente cuando se empezó a desvelar la cuantía de su fortuna. Se preparaba para lo que pudiera ocurrir, sobre todo cuando comprobó que no surtían efecto sus exigencias para que el Gobierno cambiara al juez que le investigaba, a las fiscales que le perseguían (ascendidas en su día por el ministro socialista Bermejo), e incluso a los inspectores de Hacienda que destapaban sus engaños a la Agencia Tributaria.

No faltan los teóricos de la conspiración interna y de las luchas entre sectores del partido como clave de la campaña contra el presidente del Gobierno

En fuentes de la Moncloa destacan que el presidente del Gobierno no ha cedido a las presiones y, como máxima prueba, recuerdan que el extesorero está encarcelado por decisión del juez Ruz. En el PP también asumen que la campaña contra Rajoy será larga, tire por donde tire hoy el preso de Soto del Real.

No faltan los teóricos de la conspiración interna y de las luchas entre sectores del partido como clave de la campaña contra el presidente del Gobierno, pero están en los aledaños de la formación, no en su núcleo directivo. El objetivo primero de Bárcenas y sus defensores puede ser Rajoy; pero el caso que lleva su nombre, si se prueba algún delito de financiación ilegal del partido o corrupción personal de sus principales dirigentes, podría arrastrar a la dirección actual en pleno, a la vieja guardia en cuya etapa empezó el extesorero a amasar su fortuna, y a todo el Gobierno si entrara en crisis o parálisis por el acoso a su jefe.

“A nadie le puede interesar la herencia de un partido y un Gabinete hundidos y desacreditados ante la opinión pública”, sostienen en el PP. Otra cosa es que el chantaje se pudiera haber lidiado mejor desde el partido o desde el Ejecutivo, pero Rajoy tiene sus tiempos y para este asunto no ha tenido ni tiempo, según arguyen en Génova.