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Juez del Madrid Arena: “Aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra”
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LA POLICÍA MUNICIPAL Y SEGURIBER, EN LA DIANA

Juez del Madrid Arena: “Aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra”

La noche de Halloween en el Madrid Arena hubo un auténtico descontrol. No se controló a la gente que entraba, que ya se habla de, por

Foto: Juez del Madrid Arena: “Aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra”
Juez del Madrid Arena: “Aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra”

La noche de Halloween en el Madrid Arena hubo un auténtico descontrol. No se controló a la gente que entraba, que ya se habla de, por lo menos, unas 15.000, no se pedían los carnés de identidad y no se registraban los bolsos. Como bien indicó el juez encargado del caso por la avalancha que acabó con la vida de cuatro chicas, Eduardo López Palop, con ese descontrol se pudieron meter bengalas, petardos, explosivos. “Simbólicamente, aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra. No había control de lo que entraba”.

Así lo manifestó el juez al promotor de la macrofiesta y principal imputado del caso, Miguel Ángel Flores, durante su interrogatorio realizado este martes. Flores aseguró que el control de las entradas al recinto era de Seguriber, la empresa contratada por Madrid Espacios y Congresos (Madritec), dependiente del Ayuntamiento de Madrid. “Me consta -dice el imputado- que entra una avalancha coincidiendo con la actuación del DJ. Lo vi. Hasta ese momento, hay una fila en un lateral y entra la gente poco a poco, pero en un momento dado hay una avalancha que ocupa toda la puerta”.

López Palop le insiste: “Ahí no hay control de ningún tipo. Puede entrar un tío con una ametralladora”. Y Flores lo confirma: “Ahí entró todo”. A partir de ese momento del interrogatorio, el instructor se centró en la presencia y actuación de los policías municipales. Pregunta al imputado el número de efectivos pero Flores es rotundo: “Nada, no había nada. Hubo diez policías juntitos arriba en los coches. Se toleró todo. La venta ambulante, todo. Es que no iban borrachos, iban muy mal. A la una de la madrugada ya estábamos recogiendo chavales bebidos”.

El dueño de la empresa Diviertt explicó que en una macrofiesta similar que organizó en el mes de marzo había en torno a 150 policías realizando registros, con furgones, haciendo requisas. Pero en la noche de Halloween “no hubo nada”.

A las preguntas del juez de si atribuye la tragedia a la avalancha de gente que entró sobre las tres de la mañana cuando comenzaba la sesión del DJ estrella de esa noche, Flores apunta al botellón como causa principal. Se permitió la venta ambulante de alcohol y la gente iba muy borracha. “Estaban todos a su libre albedrío. Es imposible que los de Seguriber les pudieran controlar en la entrada”, sostiene.

López Palop también se centró en los escasos medios médicos contratados para la fiesta e insistió a Flores que dos médicos, dos enfermeros y dos ambulancias para 15.000 personas parecía ser insuficiente. “No es una ópera en el Teatro Real. Son eventos en los que la gente va bebida. Dos médicos para una ópera está muy bien pero en un evento de estas características, que de antemano se sabe que es gente joven, bebida y que hacen botellón antes de entrar, es de sentido común que ese servicio médico es escaso”, asestó el juez. Aún así, Flores insistió en que durante diez años que lleva organizando fiestas, siempre ha utilizado este servicio y nunca antes había tenido ningún problema.

El instructor de la causa también centró sus preguntas ayer al propietario de Kontrol 34 -la empresa contratada por Flores para coordinar el interior de la fiesta-, Carlos Manzanares, acerca de la presencia de la Policía Municipal en los alrededores del Madrid Arena, quien aseguró que no vio agentes esa noche, algo que le sorprendió porque en otras fiestas lo normal es que varias patrullas controlen, registren y pidan documentación a la entrada del perímetro.

Palop se dejó la pregunta clave para el final: quién tenía la responsabilidad de controlar la entrada de la gente a la fiesta y pedir las entradas. “Y por último, la pregunta del millón: cuando se produce esa supuesta avalancha, quién o quiénes son los encargados específicamente de que no se produzca una entrada desordenada, en tropel, en avalancha”. El imputado es claro: “Los vigilantes de seguridad, de Seguriber”. Insiste el juez: “¿No es competencia suya la de impedir que esa gente bebida produzca una avalancha, sin orden ni concierto, sin entrada, ni cristo que lo fundó? Si llega a entrar un señor con una pistola y se lía a meter tiros, lo hace”. La responsabilidad, según Manzanares, era de Seguriber.

Tras finalizar esa declaración, López Palop acordó citar en calidad de imputado al responsable de la empresa de Seguridad contratada por el Ayuntamiento, Seguriber, quien se someterá a las preguntas de las acusaciones y Fiscalía y el próximo 11 de diciembre.

Mientras tanto, las acusaciones están estudiando ampliar la petición de imputaciones. No descartan pedir responsabilidad a altos cargos del Ayuntamiento, que preside Ana Botella, y al jefe de la Policía Municipal, Emilio Monteagudo, por dejación de funciones.

La noche de Halloween en el Madrid Arena hubo un auténtico descontrol. No se controló a la gente que entraba, que ya se habla de, por lo menos, unas 15.000, no se pedían los carnés de identidad y no se registraban los bolsos. Como bien indicó el juez encargado del caso por la avalancha que acabó con la vida de cuatro chicas, Eduardo López Palop, con ese descontrol se pudieron meter bengalas, petardos, explosivos. “Simbólicamente, aquí viene un señor de Al Qaeda con una granada en la mano y entra. No había control de lo que entraba”.