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El deterioro físico del Rey fuerza a los médicos a operarle la cadera por tercera vez este año
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EL MONARCA SE SOMETERÁ A UNA NUEVA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA LA PRÓXIMA SEMANA

El deterioro físico del Rey fuerza a los médicos a operarle la cadera por tercera vez este año

El Rey reveló ayer por sorpresa, y en el escenario más inesperado, las razones de su deterioro físico, muy evidente en las últimas semanas: los médicos

Foto: El deterioro físico del Rey fuerza a los médicos a operarle la cadera por tercera vez este año
El deterioro físico del Rey fuerza a los médicos a operarle la cadera por tercera vez este año

El Rey reveló ayer por sorpresa, y en el escenario más inesperado, las razones de su deterioro físico, muy evidente en las últimas semanas: los médicos van a someterle a una nueva operación de cadera, la tercera en lo que va de año. El monarca lo anunció anoche, visiblemente emocionado, en presencia de los líderes que asisten a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. "Como habéis podido ver, tengo algunas dificultades mecánicas que han vuelto a aparecer en estos últimos días y que me van a obligar, siguiendo el consejo médico, a interrumpir mi agenda oficial para pasar por el taller, es decir, para operarme de la cadera izquierda, que tengo bastante maltrecha", dijo Don Juan Carlos al inicio de la cena oficial que ofreció a sus invitados.

El desgaste físico del jefe del Estado era patente desde hace, al menos, un mes. Y aunque la Casa del Rey trataba de transmitir una imagen de normalidad, la agenda oficial del monarca hablaba por sí sola: apenas dos audiencias en el palacio de La Zarzuela en las últimas semanas, una con los presidentes de las principales organizaciones empresariales iberoamericanas, a finales de octubre, y otra con el presidente del Patronato del Museo del Prado, José Pedro Pérez-Llorca, a principios de este mes. Ayer, su aspecto cansado y un rostro ostensiblemente hinchado, perceptibles en las imágenes ofrecidas por las cadenas de televisión, hacían patente ese deterioro. 

Si de sus médicos hubiera dependido, Don Juan Carlos, que caminaba apoyado en un par de muletas, no habría asistido ayer a la inauguración de la XXII Cumbre Iberoamericana. Pero el empeño personal del Rey por presidir el encuentro con la veintena de jefes de Estado y de gobierno finalmente presentes en Cádiz venció las resistencias de los facultativos. Y, de paso, evitó un problema diplomático de primer orden a Mariano Rajoy, porque su ausencia hubiera supuesto, tal vez, la puntilla a una cumbre herida de muerte por su falta de contenido político y el desinterés de muchos líderes iberoamericanos.

Concesión de los médicos

Pero la moratoria concedida por los médicos al monarca tiene una fecha límite: la semana que viene. Don Juan Carlos será intervenido quirúrgicamente de su cadera no más tarde del próximo viernes, esta vez en la zona izquierda del hueso, por el mismo equipo que ya le operó dos veces el pasado mes de abril, dirigido por el doctor Ángel Villamor y supervisado por Avelino Barros, jefe de los servicios médicos de La Zarzuela. La primera intervención se produjo el 14 de abril, tras el accidente sufrido durante el polémico safari en Botsuana; la segunda, 10 días más tarde, para recolocarle la prótesis que le había sido implantada en su paso inicial por el quirófano.

"Aunque los médicos me recomendaban pasar por el quirófano ya, he querido posponerlo al menos hasta la semana que viene para poder estar aquí con todos vosotros, mis hermanos iberoamericanos, para fortalecer juntos este extraordinario espacio de afinidades y afectos que es nuestra Iberoamérica", dijo anoche Don Juan Carlos al inicio del discurso que pronunció en el brindis de la cena oficial de la Cumbre. Para remarcar aún más que su deseo de ejercer de anfitrión estaba por encima de sus achaques, el Rey añadió: «No he faltado a ninguna de nuestras citas en 21 años y tampoco estaba dispuesto a estar ausente en ésta, en la que, además, España es el país anfitrión".

Los médicos, sin embargo, tendrán que hacer una última concesión al monarca. El próximo lunes, Don Juan Carlos ofrecerá un almuerzo en el Palacio Real de Madrid a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, presente en la Cumbre de Cádiz, al que asistirán también la reina Doña Sofía y los Príncipes de Asturias. Pero ésa será la única actividad de su agenda oficial. Más tarde, el jueves o el viernes, ingresará en la Clínica San José de la capital -la misma en la que fue operado en abril- para su nueva intervención de cadera. El viaje que tenía previsto realizar a París, donde iba a entrevistarse con el presidente francés, François Hollande, ha sido aplazado.

Tras la sorpresa causada anoche por su inesperado anuncio, el Rey leyó su discurso oficial, en el que advirtió a sus 150 invitados que "ser conscientes de lo mucho que hemos logrado es un buen punto de partida para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre dónde estamos y qué queremos para nuestra comunidad". Luego, el monarca dedicó sus mejores deseos al presidente saliente de México, Felipe Calderón, y una "afectuosa bienvenida" al nuevo jefe de Estado dominicano, Danilo Medina. También envió "un recuerdo lleno de emoción al querido pueblo guatemalteco", tras el reciente terremoto en aquel país, y un "saludo fraternal" a su presidente, Otto Pérez Molina, que canceló su participación en la Cumbre a raíz del seísmo.

El Rey reveló ayer por sorpresa, y en el escenario más inesperado, las razones de su deterioro físico, muy evidente en las últimas semanas: los médicos van a someterle a una nueva operación de cadera, la tercera en lo que va de año. El monarca lo anunció anoche, visiblemente emocionado, en presencia de los líderes que asisten a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. "Como habéis podido ver, tengo algunas dificultades mecánicas que han vuelto a aparecer en estos últimos días y que me van a obligar, siguiendo el consejo médico, a interrumpir mi agenda oficial para pasar por el taller, es decir, para operarme de la cadera izquierda, que tengo bastante maltrecha", dijo Don Juan Carlos al inicio de la cena oficial que ofreció a sus invitados.