El PP apunta a una bicefalia para que González no herede la presidencia del partido

Ignacio González se convertirá la próxima semana en presidente de la Comunidad de Madrid como sucesor de Esperanza Aguirre y con los votos de los todos los diputados regionales del PP, pero no está nada claro que se haga a continuación con la presidencia del partido en Madrid. El plan de 'la lideresa' es convocar inmediatamente una reunión de la junta directiva regional del partido para que González sea también su heredero al frente de la formación. Aguirre dijo que no quería 'bicefalia'. Pero desde la dirección nacional recuerdan que tienen que ser consultados y militantes tan cualificados como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, piden un congreso extraordinario.

La diferencia entre una u otra vía para elegir al próximo presidente del PP en Madrid es fundamental. En la junta regional la inmensa mayoría de sus miembros son altos cargos y cuadros medios incondicionales de Aguirre y, por lo tanto y hasta ahora, de Ignacio González. En un congreso extraordinario estaría representada toda la militancia, desde las bases a los dirigentes de ámbito nacional de la máxima confianza de Mariano Rajoy.

La Junta, presidida y dirigida por Aguirre, sería un paseo militar para Ignacio González. En un congreso extraordinario, con compromisarios de todos los sectores, la elección quedaría abierta a otros aspirantes porque la dirección nacional tendría un gran margen de maniobra. Botella se ha adelantado con su propuesta pero en fuentes de la sede central de Génova reconocen que es una buena idea. Allí no descartan la 'bicefalia' ni dan por hecho que Ignacio González se pueda convertir de forma automática en presidente del partido en Madrid, y menos que lo vaya a hacer sin consultar con la ejecutiva nacional.

Aguirre ha tenido hasta ahora los dos cargos de presidenta, el institucional y el del partido, pero en el PP de Madrid se han aplicado otros modelos antes. En medios del Partido Popular se recuerda que Pío García Escudero, hoy presidente del Senado, se hizo en 1993 con la presidencia del partido en Madrid apoyado por José María Aznar desde Génova. Luego Alberto Ruiz-Gallardón llegó a la presidencia de la Comunidad, cargo que desempeñó durante ocho años, pero nunca estuvo al frente del partido.

García Escudero cuidaba los equilibrios internos entre los sectores de la organización más proclives al presidente autonómico y los partidarios de Rodrigo Rato. Antes había tenido que lidiar con el poder interno que emanaba desde la Alcaldía con José María Álvarez del Manzano.

Los precedentes se citan porque en Génova no gusta nada que Ignacio González herede la presidencia del partido en Madrid contando sólo con los partidarios de Aguirre ni se han olvidado los desplantes y críticas a Rajoy del futuro jefe del ejecutivo regional madrileño en los peores momentos: en los prolegómenos del congreso de Valencia. Además, buscar un presidente del partido distinto de González, que integrara a los disidentes o marginados de Aguirre, permitiría al PP perfilar otra figura de peso político para preparar la candidatura para las elecciones de 2015.