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El hombre que organizó un Banco Popular paralelo en Cangas
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PESE A ADMITIR SU FRAUDE, NO HA SIDO DESPEDIDO TODAVÍA

El hombre que organizó un Banco Popular paralelo en Cangas

"Ahora estoy colaborando con la entidad en la investigación para cuadrar todas las cuentas, pero cuando concluya todavía no sé lo que voy a hacer. Lo

Foto: El hombre que organizó un Banco Popular paralelo en Cangas
El hombre que organizó un Banco Popular paralelo en Cangas

"Ahora estoy colaborando con la entidad en la investigación para cuadrar todas las cuentas, pero cuando concluya todavía no sé lo que voy a hacer. Lo que sí quiero es pedir perdón a todas las personas afectadas por el daño que les pude causar". Un mes después, aproximadamente, de que se descubriera que el director de una sucursal del Banco Pastor en la localidad asturiana de Cangas de Onís manipuló las cuentas de varios clientes y trasladó importantes cantidades de unas a otras, Manuel Mori, el ejecutivo implicado, sigue cobrando su sueldo, aunque está suspendido de sus funciones. 

La fusión entre el Banco Pastor y el Banco Popular sacó a la luz una operación de banca paralela en la que se utilizaron irregularmente unos tres millones de euros de hasta 25 clientes de la oficina de la que Mori era director. Ha pedido perdón, pero no ha explicado las razones por las que desviaba el dinero de esas cuentas a otras. Si hay que creerle, "Era para ayudar a aquellos clientes que pasaban más necesidades", explica a El Confidencial.

Ni los jefes de Manuel Mori han actuado disciplinariamente contra él ni han presentado denuncia ante la Policía, apelando a la presunción de inocencia y alegando que la colaboración que el propio director afectado está prestando a los auditores aclare las cantidades defraudadas. Tampoco se espera que lo hagan durante la auditoría interna, cuyo final se retrasará, al menos, un mes más. La dirección del Banco Popular prefiere la cautela a la hora de valorar el suceso y se limita pedir tranquilidad a los clientes afectados, asegurando que si existen "pruebas fehacientes del registro y evolución de las operaciones, no sufrirán perjuicio económico alguno".

El director de la sucursal del Banco Pastor en Cangas de Onís realizaba transacciones irregulares con los fondos de sus clientes y podría llevar obrando así hasta diez años, desde el momento en que accedió a la dirección de esa oficina. El modus operandi consistía en retirar dinero de unas cuentas de clientes a plazo fijo e ingresarlo en otras que el propio director controlaba personalmente y que algunos medios han vinculado con una operación inmobiliaria. Mori niega que se lucrara personalmente con estas operaciones, pero parece probable que terceras personas resultaran beneficiadas, no se sabe si para salir de las supuestas dificultades que el director alega para explicar los extraños movimientos bancarios o por otras causas. Algunos sospechan que Mori practicaba esta banca paralela para financiar algunas inversiones que no obtendrían créditos de manera oficial por su alto riesgo y que podrían reportarle buenos dividendos en un futuro no muy lejano.

Especulaciones sobre las verdaderas causas de este desfalco aparte, lo cierto es que Manuel Mori continúa trabajando en el banco, si bien apartado de las funciones que le eran habituales para ayudar a desentramar una madeja que parece estar tardando más tiempo de lo previsto en resolverse. "Estoy con médicos y bastante preocupado por las consecuencias de mi acción", manifestó a El Confidencial Mori, "pero sigo haciendo la misma vida de siempre, solo que procurando no ir a tomar cañas a los sitios donde antes iba. Salgo mucho menos, pero vivo en el mismo lugar y ni me fui a México ni me dedico al narcotráfico", ironiza.

En su conversación con este medio, el exdirector de la sucursal de Cangas de Onís afirma que ha pedido perdón a muchas personas y que seguirá haciéndolo personalmente a otras cuando las vea, pero justifica la legitimidad de las operaciones realizadas porque "tenían buen fin". Es consciente de que su figura es objeto de muchas críticas, aunque a él personalmente no le llegan de forma directa. "Algunos por dicen por ahí que soy un hijo de puta, pero no se atreven a decírmelo a la cara". También sabe que otros conciudadanos son comprensivos, dice, con su forma de proceder.

Lo cierto es que la fusión entre el Banco Pastor y el Banco Popular frustró las operaciones de Manuel Mori. Desde que se dio a conocer la unión de ambas entidades hasta que se materializó, en noviembre de 2011, el director de la sucursal de Cangas de Onís intensificó las operaciones para tratar de eliminar las huellas de su actuación irregular, pero lo logró otra cosa que alimentar las sospechas de los responsables de la auditoría interna.

El futuro de Mori se presenta complicado. Ni él mismo se explica por qué no lo han despedido. El propio exdirector afirma que si él fuera el responsable del banco prescindiría de sus servicios de inmediato, pero la entidad parece vincular su salida a la resolución del caso. A Mori, de momento, le ponen mucho más nervioso por sus problemas de salud y sólo se preocupa, dice, por dejar bien atado el lío de cuentas en que metió a su empleador. Aunque parezca increíble, de momento sólo sabe a ciencia cierta que el camino de la promoción interna a puestos de más alta responsabilidad lo tiene cerrado para siempre.

"Ahora estoy colaborando con la entidad en la investigación para cuadrar todas las cuentas, pero cuando concluya todavía no sé lo que voy a hacer. Lo que sí quiero es pedir perdón a todas las personas afectadas por el daño que les pude causar". Un mes después, aproximadamente, de que se descubriera que el director de una sucursal del Banco Pastor en la localidad asturiana de Cangas de Onís manipuló las cuentas de varios clientes y trasladó importantes cantidades de unas a otras, Manuel Mori, el ejecutivo implicado, sigue cobrando su sueldo, aunque está suspendido de sus funciones.