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La izquierda se desmarca de la ofensiva de Rubalcaba contra Rajoy por la reforma laboral
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EL PSOE SE VUELCA EN LAS CORTES PARA DESGASTAR AL PP ANTE EL 25-M

La izquierda se desmarca de la ofensiva de Rubalcaba contra Rajoy por la reforma laboral

Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido jugarse su arranque como jefe de la oposición al choque con el Gobierno, en las Cortes y en la calle, por

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La izquierda se desmarca de la ofensiva de Rubalcaba contra Rajoy por la reforma laboral

Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido jugarse su arranque como jefe de la oposición al choque con el Gobierno, en las Cortes y en la calle, por la reforma laboral. Pero a sus previstas derrotas en las votaciones suma el desapego del resto de la izquierda, que no le perdona ni le apoya en su reencontrado entendimiento con los sindicatos y anoche se desmarcó en bloque de su alternativa al decreto del Ejecutivo. El PSOE se quedó solo, con el único aval de sus 103 diputados presentes más dos de Coalición Canaria.

Mariano Rajoy demostró mayoría sobrada y margen para sumar apoyos en las Cámaras con el objetivo de cambiar de arriba a abajo el mercado laboral frente a una izquierda que se conforma con tener un papel subsidiario ante los intereses de las centrales sindicales. El PP sumó a CiU, UPyD y parte del Grupo Mixto hasta alcanzar 200 diputados que votaron en contra de la propuesta del PSOE de devolver al Ejecutivo el citado decreto.

La izquierda en bloque está en contra de los planes del Gobierno, pero IU y los grupos nacionalistas no quieren saber nada de Rubalcaba. Gaspar Llamazares recordó a los socialistas su pasado en el poder con medidas que también le costaron una huelga general.

La alternativa del PSOE a la reforma laboral del Gobierno era volver a la etapa de Zapatero: partir de cero y abrir un nuevo compás de espera para que empresarios y sindicatos se pusieran de acuerdo en los cambios sobre la contratación colectiva como sí han hecho para pactar el capítulo de moderación salarial. Al pedir que esa parte fuera votada por separado llegó la desbandada del resto de la izquierda y los nacionalistas de todo signo. Una cosa es oponerse al decreto del actual Ejecutivo y otra pretender que la propuesta socialista era viable. El PSOE se quedó solo con el voto a favor de dos diputados de CC, partido al que apoya para que gobierne en Canarias.

En el Congreso han empezado las dos semanas de pasión que los socialistas trazan contra el Ejecutivo a cuenta de la reforma laboral, con la vista puesta primero en las elecciones andaluzas del 25 de marzo y después en la huelga general que los sindicatos planean para la semana siguiente, previsiblemente el día 29. Es la baza que le queda a Rubalcaba para desgastar al Gobierno recién llegado y buscar algún oxígeno en las próximas encuestas.

Perder en los comicios autonómicos el último bastión de poder autonómico que le queda a los socialistas y no levantar cabeza en los sondeos ante un Ejecutivo que toma medidas necesarias y urgentes, pero impopulares, presentaría para el nuevo secretario general del PSOE un panorama negro para su proyecto de asentarse como líder del partido.

Rubalcaba empezó el acoso a Rajoy en el Senado por medio de su portavoz Marcelino Iglesias, hoy lo retoma él en persona en el Congreso en el pleno de control, mañana vuelve a la carga en el trámite de convalidación del decreto para ir contra Fátima Báñez, sigue el domingo en la manifestación de los sindicatos (sólo enviará delegados) y culminará, según funcionen los pasos anteriores, en una huelga general y/o gran concentración en la que tendrá que decidir si acude en representación del PSOE. Entre medias le toca apoyar o criticar los mínimo las medidas de Rajoy para la estabilidad financiera, la reestructuración bancaria y los límites para el déficit de las Comunidades Autónomas.

Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido jugarse su arranque como jefe de la oposición al choque con el Gobierno, en las Cortes y en la calle, por la reforma laboral. Pero a sus previstas derrotas en las votaciones suma el desapego del resto de la izquierda, que no le perdona ni le apoya en su reencontrado entendimiento con los sindicatos y anoche se desmarcó en bloque de su alternativa al decreto del Ejecutivo. El PSOE se quedó solo, con el único aval de sus 103 diputados presentes más dos de Coalición Canaria.

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