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La Generalitat se aprovecha de las herencias sin dueño para destinarlas a la promoción del catalán
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ESTOS FONDOS SUELEN UTILIZARSE PARA PROYECTOS SOLIDARIOS

La Generalitat se aprovecha de las herencias sin dueño para destinarlas a la promoción del catalán

Las herencias intestadas son una mina. Eso es lo que ha ocurrido con varias de fortunas cuyos dueños no tenían herederos y, por lo tanto, la

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La Generalitat se aprovecha de las herencias sin dueño para destinarlas a la promoción del catalán

Las herencias intestadas son una mina. Eso es lo que ha ocurrido con varias de fortunas cuyos dueños no tenían herederos y, por lo tanto, la Administración se ha hecho cargo de ellas. A veces, el dinero que se deja en herencia sirve para proyectos solidarios y se destina a asociaciones o fundaciones de ayuda a diferentes colectivos como personas en riesgo de exclusión, enfermos mentales o entidades religiosas que realizan una labor social.

Sin embargo, otras veces el destino de los fondos es más dudoso. Es lo que pasa, por ejemplo, con dos herencias del año 2006, que fueron destinadas directamente a “la promoción del catalán”. Se trata de los fondos dejados por Amelia Veiga Cadaveira y Manuel Carreras Mas. La herencia de la primera se dividió en varios lotes que se destinaron a diversos fines: adquisición de material informático, montaje de un espectáculo de teatro, compra de un tractor y dos vehículos, puesta en marcha de un taller de encuadernación y mejoras en un piso de reinserción para drogodependientes. Sin embargo, la mayor tajada se la llevó el ‘fomento del catalán’: 80.318,82 euros.

La herencia de Manuel Carreras era más pequeña: alrededor de 80.000 euros que fueron destinados a la adquisición de un piso para acoger a familias de enfermos de fibrosis quística, adecuación del servicio de consulta externa de la asociación de Parálisis Cerebral ASPACE y para fomento del idioma. En este caso, el dinero destinado a este último fin fue de 9.317,12 euros.

La asociación premiada con estos casi 90.000 euros es un pequeño colectivo vinculado a movimientos independentistas llamado L’Esbarzer (El Zarzal), con sede en Barcelona y núcleo de la Plataforma per la Llengua. Esta última ha desarrollado una intensa actividad en los últimos años realizando informes sobre el uso de la lengua catalana en distintos ámbitos, como el etiquetaje, el cine o el aeropuerto y promoviendo campañas diversas para potenciar el uso de este idioma en sectores como el de los juguetes, la restauración o la telefonía móvil.

Dinero para las etiquetas ‘en català’

Otras herencias cuyo destino tienen poco que ver con las ayudas sociales son las otorgadas por la Generalitat a la Asociación en Defensa del Etiquetaje en Catalán (ADEC), que ha recibido unos 54.000 euros para “la gestión y actualización del nuevo catálogo de empresas que etiquetan en catalán y muestra de productos etiquetados en catalán”. ADEC se llevó la mayor parte de la herencia de Josep Pujol Pérez: 38.323,57 euros. Los restantes 2.263,33 euros de esta herencia se adjudicaron a la Asociación Cívica de Ayuda Mutua para el “mantenimiento y modernización de las instalaciones y creación de un centro residencial”.

ADEC también recibió los 7.989,17 euros que había dejado María Sala Puig al morir y otros 7.619,66 euros de Concepción Sánchez Lama. De la herencia de esta última, se destinaron 8.941,11 euros a la asociación Sida Studi para la digitalización de su fondo documental.

Se da la circunstancia de que ADEC colabora en varias campañas con la Plataforma per la Llengua. Entre otras cosas, impulsan juntas varias campañas de fomento del catalán. Una de ellas es “A taula, en català” (“En la mesa, en catalán”). En el marco de esta campaña, quieren conseguir “la aprobación de una moción por parte de los ayuntamientos, universidades, consejos comarcales, entidades privadas o partidos políticos que desarrolle normativas a fin de que los productos que se consuman, comenzando por las aguas, bebidas refrescantes, cervezas, vinos y cavas, tanto estas instituciones como los organismos que de ellas dependan, estén etiquetados en catalán”.

Para cada uno de estos organismos, distribuyen un modelo de documento a fin de que sea aprobado. De momento, según consta en su propia página web, más de 200 ayuntamientos catalanes -aproximadamente una quinta parte, aunque todos ellos pequeños- se han adherido a la campaña, así como una cincuentena de entidades. Los partidos políticos que han suscrito la iniciativa son Convergència Democràtica, Unió Democràtica, Partit dels Socialistes de Catalunya, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya.

En un caso similar está el Casal dels Infants del Raval. Esta asociación fue reconocida el año pasado por la Consejería de Vicepresidencia, que ostenta Josep Lluís Carod-Rovira, como una entidad que “tiene por finalidad el fomento de la lengua catalana”. En el listado aprobado el pasado verano, Carod mantuvo esta calificación a 37 entidades, excluyó a cinco e incluyó en el censo a seis, entre las que se encontraba el Casal dels Infants del Raval. Este colectivo recibió 11.124,67 euros de la herencia de Marina Husillos López, los 389,96 euros que dejó intestados Ana María Jiménez Ferrer y otros 13.285,37 euros de Francisco Lamarca Sereñana. Este dinero fue destinado a “equipamiento y materiales diversos del taller de electricidad”.

661.000 euros para òmnium Cultural

Tan curioso como éste es el caso de òmnium Cultural, la más potente organización soberanista que tiene Cataluña y que preside Jordi Porta. Ómium fue una de las entidades más beneficiadas por herencias intestadas. El año 2006, recibió 60.000 euros para la financiación de su sede. Esta cantidad fue desgajada de la herencia de Teresa Alberich Maseras. El resto del dinero, fue destinado a obras en diversos hospitales o asociaciones que ayudan a diversos colectivos.

El caso más llamativo, sin embargo, es el de Carmen Pintó Valls, una millonaria de Castellón que murió en Barcelona en 1998 y dejó unos 12 millones de euros en inmuebles y dinero. Entre otras propiedades, Carmen Pintó tenía dos edificios en la céntrica calle Ausias March y una casa de 490 metros cuadrados en la calle Manila, en el selecto barrio de Pedralbes. A pesar de que tenía un sobrino político, que asistió a su entierro, la fortuna fue distribuida entre diversas Organizaciones No Gubernamentales. La parte del león se la llevó òmnium Cultural y la Fundación Catalana para el Síndrome de Down. Cada una de estas entidades recibió 601.000 euros para financiar sus sedes sociales.

Las herencias intestadas son una mina. Eso es lo que ha ocurrido con varias de fortunas cuyos dueños no tenían herederos y, por lo tanto, la Administración se ha hecho cargo de ellas. A veces, el dinero que se deja en herencia sirve para proyectos solidarios y se destina a asociaciones o fundaciones de ayuda a diferentes colectivos como personas en riesgo de exclusión, enfermos mentales o entidades religiosas que realizan una labor social.

Generalitat de Cataluña Antonio Catalán