El PSOE quiere a Álvarez fuera del Gobierno pero Zapatero la protege

Son muchos en el PSOE los que quieren a Magdalena Álvarez fuera del Gobierno, pero ni ella tiene la menor intención de presentar su dimisión ni José Luis Rodríguez Zapatero de destituirla. Esa convicción se ha extendido de forma generalizada en las filas socialistas tras el caos desatado por la tormenta de nieve que azotó el pasado viernes a media España, y del que el PP y gran parte de la opinión pública han responsabilizado directamente a la ministra de Fomento.

Su situación es insostenible, admiten en el partido. Álvarez vuelve a estar tocada y en el punto de mira de la oposición, y ni el Gobierno ni el PSOE la defienden ya en público. Pero la estrategia de Zapatero, asumen las fuentes consultadas, pasa por mantenerla en el cargo contra viento y marea. Al menos por ahora.

Ningún dirigente socialista o miembro del Gobierno ha acudido en auxilio de Álvarez desde el viernes. No lo hizo la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, en la rueda de prensa que ofreció tras el Consejo de Ministros celebrado el mismo día de la nevada; ni siquiera el propio Zapatero la respaldó el domingo en Ourense, donde abrió con un mitin la precampaña de las elecciones gallegas; y el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, evitó ayer darle su apoyo de forma explícita: se limitó a decir, sin el menor entusiasmo, que Álvarez, al menos, "ha pedido disculpas a los ciudadanos", y cargó contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, por no haberlo hecho.

"Nadie entiende en el partido por qué Zapatero no prescinde de ella de una vez, cuando gente mucho más valiosa ya no está en el Gobierno", afirma un ex alto cargo del Ejecutivo socialista y actual diputado del PSOE. "Fomento es un ministerio para lucirse", añade, "pero está claro que Álvarez no ha sabido aprovechar esa circunstancia y ha cometido muchos errores. Y luego está su estilo de hacer política, su soberbia...".

¿Por qué, entonces, se empeña Zapatero en proteger a la titular de Fomento, uno de los miembros peor valorados del Ejecutivo y un filón inagotable para el PP? "No va a hacer una crisis de Gobierno, en plena precampaña de las elecciones vascas y gallegas, para cambiar a un solo ministro, por muy quemado que esté", sostiene una diputada socialista. "Eso equivaldría a reconocer que Fomento ha sido el único culpable del caos de la semana pasada, y no es así. Para muchos sigue siendo un misterio por qué Zapatero la ha mantenido en el Gobierno en esta legislatura, pero él ya dijo en diciembre que ahora no toca la remodelación, y estoy segura de que de momento va a dejar las cosas como están".

"El partido no la quiere"

Nada parece indicar que Álvarez piense llevarle la contraria al presidente del Gobierno anunciando su renuncia al cargo. Más bien al contrario. El mismo viernes por la tarde, cuando cientos de miles de ciudadanos aún sufrían las consecuencias del temporal, la ministra de Fomento ya anunció que cesar no entra en sus planes porque, según dijo, cuenta con el apoyo de Zapatero. Y para que no quedaran dudas, repartió las culpas de lo ocurrido no sólo con Aguirre o Gallardón -por el colapso en el aeropuerto de Barajas o en las carreteras que son competencia de la Comunidad de Madrid-, sino incluso entre sus compañeros de Gabinete, al señalar a la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa -de la que depende la Agencia Estatal de Meteorología-, por no haber previsto la intensidad de la nevada.

"Está claro que ella no va a presentar la dimisión; eso no va con su carácter. Y si lo hiciera, Zapatero no se la aceptaría en estos momentos", señala un diputado del PSOE. "Él sabe que el partido no la quiere. ¡Claro que lo sabe! Y ella también", añade. "Pero si no la ha destituido antes, cuando la reprobó el Senado y el PSC lo pedía a gritos por la cadena de desaciertos que hubo en Cataluña, no lo va a hacer precisamente ahora, porque en esta ocasión se han cometido muchos errores de los que ella no es la única responsable. Y es lógico que no quiera comerse el marrón que les toca a otros. Aquí lo que ha fallado, además de la coordinación entre las diferentes administraciones, incluidas las autonómicas, que tienen transferidas las competencias de Protección Civil, ha sido la predicción meteorológica, y eso no depende de Álvarez, sino del Ministerio de Medio Ambiente".

Pero hay otro argumento de peso para explicar por qué la ministra sigue aferrada al cargo: las cuotas territoriales. "El problema no es sólo Magdalena Álvarez, sino las parcelas de poder que reclaman los barones y las federaciones, que se ha convertido en un mal endémico de la política de este país y que afecta a todos los partidos, incluido el PSOE. A nadie se le oculta que ella es ministra porque Manuel Chaves y la federación andaluza querían mantener su cuota en el Gobierno. Ése es el problema", opina un miembro de la Ejecutiva socialista. "Y luego está el modelo de gestión de los aeropuertos, que necesita una reforma urgente y Álvarez no lo ha querido abordar, y el conflicto de los controladores aéreos, que lleva demasiado tiempo enquistado. Y su carácter, desde luego, no ayuda... Dicen los que la conocen de cerca que trabajar con ella es un infierno".