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El euro, Draghi y el año en que vivimos peligrosamente
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SE APUNTA UN 9% DESDE JULIO

El euro, Draghi y el año en que vivimos peligrosamente

Como en una tormenta de verano, el euro se encontraba el pasado mes de julio en medio de su particular tempestad. Ingresado en cuidados intensivos, con

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El euro, Draghi y el año en que vivimos peligrosamente

Como en una tormenta de verano, el euro se encontraba el pasado mes de julio en medio de su particular tempestad. Ingresado en cuidados intensivos, con los inversores atacando sin cuartel en los mercados de deuda y con su futuro en entredicho, la moneda única atravesaba la crisis más profunda de su corta historia, y las especulaciones situaban fuera del euro a Grecia, Italia o España. Y entonces, cuando arreciaba con más fuerza, llegó Draghi.

Unas pocas palabras bastaron para marcar un punto de inflexión en los mercados. Era un 26 de julio y el presidente del BCE daba una conferencia ante inversores internacionales en Londres. “Dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro… y créanme, será suficiente”. Y lo fue.

Para muchos, aquel día el presidente del BCE sólo ganó algo de tiempo. Para otros tantos, marcó el punto de inflexión de la crisis reciente del Viejo Continente. El tiempo lo dirá, pero lo que resulta innegable es que desde aquel día en que el euro tocó mínimos desde 2006 en 1,21 dólares, la moneda de referencia en buena parte de Europa se ha revalorizado casi un 9% hasta los 1,32 dólares a los que hoy cotiza. Las tensiones en el mercado de deuda también se han mitigado al materializarse los planes del BCE en el anuncio de un nuevo programa de compra de deuda pública en el mercado secundario -Outright Monetary Transactions (OMT)-.

Así, el euro ha ido ganando terreno frente al dólar y se encuentra a un paso de sus máximos de abril. En esta revalorización de la divisa europea durante la segunda mitad del año también han contribuido, y mucho, las medidas de estímulo puestas en marcha por la Reserva Federal. Ben Bernanke no ha dudado en poner toda la carne en el asador para tratar de hacer carburar la economía y reducir los datos estructurales de desempleo. Así, el 13 de septiembre anunció a bombo y platillo el lanzamiento del QE3, un programa por el que se comprometía a comprar 40.000 millones de dólares mensuales en bonos hipotecarios hasta reducir la tasa de paro, si bien este se ha mostrado menos ambicioso que sus predecesores.

Estas medidas han acarreado la consecuente devaluación del billete verde en el mercado y han llevado a la mayoría de los expertos a dibujar un futuro para el euro en los 1,4 dólares, si bien algunas voces consideran que, a corto plazo, el cruce euro-dólar se moverá en un nivel por debajo del actual, entre los 1,25 y 1,30 dólares al considerar que la moneda estadounidense está infravalorada en términos de paridad de poder de compra (PPP). “Su carácter de activo refugio es atractivo para diversificar riesgos en carteras, a pesar de que la política laxa de la Fed es un factor evidente de debilidad”, apuntan los expertos de Banca March.

Respecto al yen es donde la moneda única ha ganado más terreno, en concreto un 11%, ante una economía japonesa estancada y endeudada que se ve obligada a devaluar su divisa con cada nueva inyección de liquidez. "El nivel de los cien yenes por euro es más que previsible a lo largo del próximo año -hoy cotiza a 110 euros-", señalan desde XTB.

Entre el resto de divisas europeas, la libra se ha movido, como ha sucedido en los últimos años, al calor de las crisis de confianza de la zona euro. Hoy se deja menos de un 2% respecto al euro en lo que va de año y las perspectivas apuntan a que los malos datos que ha registrado la economía inglesa acabarán pasando factura a lo largo de los primeros meses de 2013. El franco suizo, por su parte, se ha mantenido estabilizado por el banco central del país a lo largo del año en el nivel de los 1,2 euros, cota clave en la que la entidad no interviene.

Como en una tormenta de verano, el euro se encontraba el pasado mes de julio en medio de su particular tempestad. Ingresado en cuidados intensivos, con los inversores atacando sin cuartel en los mercados de deuda y con su futuro en entredicho, la moneda única atravesaba la crisis más profunda de su corta historia, y las especulaciones situaban fuera del euro a Grecia, Italia o España. Y entonces, cuando arreciaba con más fuerza, llegó Draghi.

Mario Draghi