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Botín deja de ser primer accionista del Santander en favor de sus hijos Ana Patricia y Javier
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TRAS EL REPARTO DE LA PARTICIPACIÓN FAMILIAR

Botín deja de ser primer accionista del Santander en favor de sus hijos Ana Patricia y Javier

Cambio accionarial en el seno de la familia Botín. Ayer lunes por la tarde noche, el Banco Santander remitió un hecho relevante a la Comisión Nacional

Foto: Botín deja de ser primer accionista del Santander en favor de sus hijos Ana Patricia y Javier
Botín deja de ser primer accionista del Santander en favor de sus hijos Ana Patricia y Javier

Cambio accionarial en el seno de la familia Botín. Ayer lunes por la tarde noche, el Banco Santander remitió un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por el que informaba de las modificaciones del pacto parasocial referido al 0,768% del capital de la entidad financiera, porcentaje que aglutina el clan familiar. Un reporte que no significa "una elección" respecto al sucesor, según la versión oficial, pero que sin embargo deja como máximos accionistas individuales a dos de los cinco hijos, a Ana Patricia y Javier Botín.

Hasta el cambio notificado ayer, el máximo accionista a título personal era el propio Emilio Botín que, a través de distintas sociedades, controlaba más de la mitad del 0,768% del Banco Santander. El porcentaje que la familia controla se mantiene prácticamente inalterable desde 2006, año en el que se formalizó el pacto parasocial por el que sindicaron los derechos de voto correspondientes a las participaciones que aglutinaban los respectivos miembros de la familia, aunque el número de acciones en propiedad ha pasado de 44,4 a 79,2 millones.

Sin embargo, tras la notificación de ayer, Emilio Botín ha dejado de ostentar la hegemonía como primer accionista del clan. Tras los cambios de titularidad entre distintas sociedades, el patriarca se ha desprendido de 26,2 millones de acciones, que ha repartido arbitrariamente y de manera no proporcional entre sus cinco hijos, siendo Ana Patricia la máxima beneficiaria (7,9 millones), seguida luego por Javier y Paloma (6,7 millones cada uno) y Emilio (4,5, millones), mientras que Carmen ha sido la única en no recibir ningún título extra.

Tras estas modificaciones, Ana Patricia y Javier Botín han pasado a ser los primeros accionistas a título individual del clan familiar, por encima del propio padre, que ha pasado de acaparar un 52% de la participación familiar a sólo un 19%. Según el nuevo reparto, la presidenta del Banco Santander en Reino Unido aglutina un 21% de la participación familiar, equivalente a 17,2 millones de acciones, mientras que el fundador de JB Capital Markets ostenta un 20% del porcentaje del clan, que aglutina gracias a 16,2 millones de acciones. 

El resto de hermanos se reparten progresivamente el resto de acciones, siendo Emilio Botín el tercero en discordia con 13,5 millones de acciones (17%) y las otras dos hijas, Carmen y Paloma, las que menor número de acciones tienen, 8,6 y 7,8 millones de títulos, equivalentes al 11% y 10%, respectivamente, respecto al porcentaje familiar del 0,768% que permanece sindicado. En este sentido, a pesar de las modificaciones, las condiciones del acuerdo siguen vigentes y ninguno de los miembros del clan puede actuar de manera independiente.

¿En clave sucesoria?

Aunque tras el cambio titularidad no se esconde ninguna relación entre el número de acciones y el futuro de la entidad, según fuentes oficiales, cualquier movimiento dentro del clan familiar es analizado con lupa por parte del mercado. No en vano, el progenitor Emilio Botín (Santander, 1934) ha cumplido este ejercicio 78 años, mientras que su propio vicepresidente segundo y consejero delegado Alfredo Sáenz (Getxo, 1942) ha hecho 70 años, edades que invitan a pensar que el financiero cántabro deberá abordar más pronto que tarde la cuestión sucesoria.

En este sentido, el nuevo reparto viene a confirmar a dos de los hijos, Ana Patricia y Javier, únicos vinculados a la actividad financiera, como los dos delfines sobre los que decidirá la cesión del poder al frente del banco familiar, del que oficialmente poseen menos del 1%. En este sentido, tras ocho años al frente de la entidad filial Banesto, Ana Patricia (Santander, 1960), además de consejera del Santander desde 1991, pasó a dirigir el negocio en Reino Unido a finales de 2010, un mercado que representa ya el 13% de los beneficios del grupo.

Por su parte, Francisco Javier Botín (Santander, 1973), abogado de formación, es consejero del banco desde 2004 y no forma parte de ninguna comisión del consejo del Banco Santander, por las tres en las que participa su hermana (Ejecutiva, Internacional y Tecnología). En su caso, aunque su actividad profesional se centra en la sociedad de bolsa JB Capital Markets, uno de los principales brokers independientes de los que operan en el mercado nacional, su nombre nunca ha dejado de estar presente como aspirante a la sucesión.

Cambio accionarial en el seno de la familia Botín. Ayer lunes por la tarde noche, el Banco Santander remitió un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por el que informaba de las modificaciones del pacto parasocial referido al 0,768% del capital de la entidad financiera, porcentaje que aglutina el clan familiar. Un reporte que no significa "una elección" respecto al sucesor, según la versión oficial, pero que sin embargo deja como máximos accionistas individuales a dos de los cinco hijos, a Ana Patricia y Javier Botín.

Emilio Botín