El temor a Bildu paraliza la venta de Euskaltel a los fondos de inversión

La venta de Euskaltel tiene un nuevo obstáculo. La convocatoria de elecciones anticipadas en el País Vasco ha terminado por reventar una operación que hace unos meses estaba a punto de caramelo. Las ofertas presentadas por los fondos de capital riesgo Apax y Trilantic para quedarse con el operador vasco de telecomunicaciones han quedado bloqueadas hasta que se conozca el resultado de los comicios fijados para el próximo 21 de octubre, según fuentes informadas del proceso.

El actual lehendakari, el socialista Patxi López, anunció el pasado 21 de agosto el adelanto de la cita electoral un año sobre el calendario previsto, una vez que el pacto de gobierno del PSOE con el PP ha terminado por agotarse antes de tiempo. Aunque esta convocatoria se daba por hecha en el mundo político, el reciente anuncio tiene también consecuencias directas en distintos ámbitos del mundo empresarial, como por ejemplo en la venta de Euskaltel.

De esta manera, la incertidumbre sobre quién gobernará Ajuria Enea a partir de noviembre ha provocado la suspensión provisional de la subasta de la operadora. Los dos competidores finales -Apax y Trilantic- presentaron sus ofertas en la segunda quincena de julio, antes de que el dirigente del PSOE pusiera en marcha la maquinaria electoral. Unos comicios que pueden acabar con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) o con Bildu, la formación de la izquierda abertzale heredera de Batasuna, en la presidencia del País Vasco.

Según reconocen fuentes de la operación, no es lo mismo negociar con un partido que con otro los asuntos de tarifas, de redes, de inversión o de pago de impuestos. En este sentido, cualquier comprador quiere seguridad jurídica y protección ante cualquier factor -nacionalista o independentista- que pueda poner en riesgo su inversión, sobre todo si se tiene en cuenta que el Gobierno local es dueño del 7,5% del operador a través de ETB y del Ente Vasco de la Energía. 

Con esta posición accionarial, en el entorno financiero se da por hecho que si Bildu gana las elecciones tratará de obligar a Kutxabank, el principal accionista, a retener la mayoría de Euskaltel, un hecho que podría hacer desistir a alguno de los compradores. Por su parte, la entidad financiera vasca tiene el 68% del capital, que se llegó a valorar a principios de año en cerca de 900 millones de euros.

La subasta atrajo el interés de grandes firmas de capital riesgo, como CVC y Carlyle, además de Apax y Trilantic. Sin embargo, el hecho de condicionar la venta a no más del 49% del capital ahuyentó a algunos candidatos. Los dos últimos se mantuvieron hasta el pasado mes de julio, dando por hecho que Iberdrola y Endesa, propietarias del 23% restante, también se desprenderían de su participación y contando con que al final Kutxabank cedería el control, ya que el grupo bancario también necesita capital para reforzar sus recursos propios (este año vendió un 1% de Iberdrola).

Otros problemas

No obstante, el hecho de que se descuente que el próximo gobierno será de corte claramente nacionalista supone un nuevo hándicap para los compradores, los cuales ya habían condicionado sus ofertas a la situación financiera de la propia Euskaltet. El operador vasco tuvo que hacer frente antes del verano a una sanción de 222 millones de euros por un conflicto con Orange.

El pago se hizo con un préstamo convertible en acciones por la mitad del capital, concedido por Kutxabank, y con recursos propios de la empresa de telecomunicaciones. Este desembolso provocó que tanto Apax como Trilantic rebajasen sustancialmente el precio de sus ofertas, hasta tal punto de que el banco vasco se quedaba sin apenas plusvalías si vendía parte de su paquete.