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Preparando la final de waterpolo ante Estados Unidos en el McDonalds de la Villa
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LA SELECCIÓN ESPAÑOLA FEMENINA BUSCA COLGARSE UN ORO PARA LA HISTORIA

Preparando la final de waterpolo ante Estados Unidos en el McDonalds de la Villa

No podían dormir. Los nervios impedían a las finalistas olímpicas de waterpolo conciliar el sueño. Como los escolares cuando salen de excursión con el cole,

Foto: Preparando la final de waterpolo ante Estados Unidos en el McDonalds de la Villa
Preparando la final de waterpolo ante Estados Unidos en el McDonalds de la Villa

No podían dormir. Los nervios impedían a las finalistas olímpicas de waterpolo conciliar el sueño. Como los escolares cuando salen de excursión con el cole, unas a otras se fueron llamando. Y todas coincidían. "Imposible dormir". Saberse con una medalla al cuello, que puede ser de oro si hoy ganan a Estados Unidos a partir de las nueve de la noche, en un deporte que se estrenaba para España en unos Juegos, conocer que medio país saben sus nombres que vibran con la velocidad de Jennifer, las paradas de Laura o la astucia goleadora de Anni, las llevaron a estar presas de los nervios. Así, pasadas las dos de la mañana decidieron salir a dar una vuelta por la Villa. Nada por aquí, nada por allá y algo de hambre. Decisión, al McDonalds a matar el tiempo y los nervios más que el hambre. Y es que Miki Oca, campeón olímpico en Atlanta, confía plenamente en sus chicas. "Saben lo que hacen. Jóvenes, pero comprometidas", comenta el técnico de un grupo con una media de edad de 22,6 años. Además, las chicas pidieron a su técnico que las dejara meter a un familiar en la Villa y Oca, les concedió el deseo.

De repente se sienten protagonistas y los son por méritos propios. Superando por poco las 500 licencias federativas profesionales, han llevado a la selección a tocar la gloria, a sentirse unas conquistadoras de algo que parecía una quimera cuando iniciaron la competición goleando a China. "Algo ha cambiado", decían tras ese inicio. "Pues sí que había algo que se salía de lo normal", comenta la capitana Jennifer mientras sonríe ante lo que esta noche tiene ante sí. "No nos asusta pero es lógico que tengamos los nervios ahí. Días atrás decíamos que no habíamos hecho todavía nada, pero todo ha cambiado la verdad. Si al final de los Juegos conseguimos que diez, veinte niñas se apunten al waterpolo, perfecto".

Su juego, descaro y esos golpes que dan y reciben bajo y sobre el agua, las convierten en "guerreras, así nos gusta que nos llamen", aunque hay una versión más ligera, la de las "gatitas" por aquello de los arañazos. De eso la que puede escribir un libro es Maica, boya a la fuerza por su cuerpo y fuerza. Cerca del 1,90 es la encargada de fajarse de dar y recibir por las compañeras. "Me machaco con pesas y mucho gimnasio para que no lo hagan las rivales", afirma la boya del equipo, Maica García.

Al otro lado de esta equilibrada balanza que ha preparado Miki Oca está Anni Espar, máxima goleadora y que apunta para estrella de este deporte, tipo Manel Estriarte. Con 19 años ha recibido una oferta de una universidad de Estados Unidos para seguir jugando allí y prepararse para ser una top de su deporte. Campeona del mundo junior, su en apariencia frágil figura, contrasta con los moratones y golpes que lucen en su cuerpo. "No importa nada. Gajes del oficio. Todo con tal de ganar la medalla de oro", afirma con cierta timidez. Hoy las espera la final, contra Estados Unidos.