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La sincronizada busca la segunda medalla sin añorar la ausencia de Gemma Mengual
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LA COMPENETRACIÓN DENTRO Y FUERA DE LA PISCINA ENTRE TODAS ES ABSOLUTA

La sincronizada busca la segunda medalla sin añorar la ausencia de Gemma Mengual

Ya tienen una medalla, pero quieren más. Hoy empiezan la búsqueda del segundo metal, tal y como hicieron en Pekín. El ejercicio del dúo formado por

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La sincronizada busca la segunda medalla sin añorar la ausencia de Gemma Mengual

Ya tienen una medalla, pero quieren más. Hoy empiezan la búsqueda del segundo metal, tal y como hicieron en Pekín. El ejercicio del dúo formado por Andrea Fuentes y Ona Carbonell valió la plata tras la inalcanzable composición hecha por el equipo ruso. Hoy verán el primero de esos bailes acuáticos que preparan al detalle, pero antes hay mucho trabajo, risas, tensión y momentos de bajón, de llantos al borde de la piscina del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat.

Durante el año, viven ocho horas al día dentro del agua. Incluso a veces no salen de la piscina ni para ver las repeticiones de los ejercicios. Ahí, en remojo, ven sus fallos y corrigen lo que hacen mal. Es la 'factoría Tarrés', la máxima responsable del boom de la natación sincronizada y que ha tenido a Gemma Mengual como máximo exponente. Ya no está. Ahora es una comentarista de televisión y una restauradora y, por lo visto y oído, no la echan mucho de menos.

Once meses al año, su vida se mueve por parámetros muy semejantes. Compiten dos veces a nivel internacional un par de veces por temporada, pero su trabajo siempre está en enfocado hacia los Juegos y hacia esas dos medallas que reparte el programa de la especialidad. Una ya está conseguida, la segunda la empiezan a pelear hoy. Del grupo de Pekín repiten tres, que son Alba Cabello, Thais Henríquez y Andrea Fuentes. Conviven como pocos deportistas y si hay algo que deben de demostrar en sus ejercicios es compenetración, sincronización. Algo que el grupo demostró al vivir la medalla del dúo como si fueran de todas. "¿Quiénes son las mejores?", gritaban por dos veces. "Las mejores somos nosotras". Lo tienen claro.

Dicen, los que están cerca y en el día a día, que ahora hay mejor ambiente en el grupo de diez chicas que trabajan con Ana. "Me compenetro con Ona como no había hecho en la vida con nadie. Llevamos año y medio, pero es increíble la magia que tenemos. Jamás pensé que me podía llevar con alguien de esta manera", señala Andrea Fuentes, sembrando de dudas respecto a su relación con la hoy comentarista.

Corrigen y vuelven a corregir los ejercicios hasta la saciedad. "Tras lo que se ve en la piscina hay muchas horas de trabajo, de entrega, de imaginación, se busca crear algo novedoso. Se graba todo para que ellas vean no lo que hacen bien y sí lo que hacen mal. Esa es la clave del éxito", afirma Ana Tarrés en su camino de la búsqueda de la que sería su cuarta medalla olímpica tras las dos de Pekín y la conquistada el martes en Londres.

Ya tienen una medalla, pero quieren más. Hoy empiezan la búsqueda del segundo metal, tal y como hicieron en Pekín. El ejercicio del dúo formado por Andrea Fuentes y Ona Carbonell valió la plata tras la inalcanzable composición hecha por el equipo ruso. Hoy verán el primero de esos bailes acuáticos que preparan al detalle, pero antes hay mucho trabajo, risas, tensión y momentos de bajón, de llantos al borde de la piscina del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat.