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Málaga despierta de un sueño: se van las estrellas y llegan 'anónimos'
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EL CONJUNTO ANDALUZ SE VE OBLIGADO A REESTRUCTURAR Y AJUSTAR SU PLANTILLA

Málaga despierta de un sueño: se van las estrellas y llegan 'anónimos'

Acostumbrados a los Joaquín, Isco, Saviola, Demichelis, Toulalan y compañía, los aficionados del Málaga CF ven como ahora los que llegan a La Rosaleda son los

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Málaga despierta de un sueño: se van las estrellas y llegan 'anónimos'

Acostumbrados a los Joaquín, Isco, Saviola, Demichelis, Toulalan y compañía, los aficionados del Málaga CF ven como ahora los que llegan a La Rosaleda son los Anderson, Ferreira o Juanmi. Sin duda, algo ha cambiado en el proyecto del jeque Abdullah Al Thani, quien llegó a la Costa del Sol con la intención de hacer del Málaga uno de los grandes de España y de Europa (a cambio de llevar a cabo una serie de proyectos muy beneficiosos para sus intereses), pero que ya se ha cansado de poner dinero apenas tres años después. Eso sí, para el recuerdo de la hinchada boquerona quedarán dos temporadas de ensueño, la 2011-2012, con la clasificación por primera vez en su historia para la Liga de Campeones, y la 2012-2013, donde el Málaga se dio a conocer en todo el continente con una actuación más que sobresaliente, cayendo en cuartos de final ante el Borussia Dortmund.

Pero ese bonito sueño parece que puede quedar atrás. La necesidad de cuadrar balances hace que ya no lleguen estrellas al equipo andaluz, sino que se vayan, y que sí aterricen jugadores de los llamados 'clase media' para iniciar otro proyecto que nada tiene que ver, a priori, con el vivido en los últimos tiempos y más acorde con la realidad económica de las arcas de la entidad. Málaga se ha codeado en las últimas dos campañas con los más grandes, se ha convertido en una referencia de nuestro fútbol y en la gran sensación del balompié continental, pero quizá ha vivido en una realidad paralela.

Lo que suceda esta temporada, con Bernd Schuster al mando de la nave, definirá el sitio que debe ocupar realmente este Málaga. Lo anterior no es que haya sido ficticio, ha sido real como la vida misma, pero viviendo muy por encima de sus posibilidades. Vamos, como nuestro país durante todos estos años atrás. El técnico alemán tiene una buena papeleta, la de sustituir a Manuel Pellegrini, toda una institución entre la hinchada blanquiazul, y los jugadores la de intentar hacer olvidar a esos que tantas tardes de gloria han dado sobre el césped de La Rosaleda en las últimas dos campañas.

No será fácil dejar de comer el caviar de la Champions y las competiciones europeas, pero el Málaga CF debe rehacerse y volver a luchar con sus armas de siempre. Ahora es difícil adivinar por dónde puede moverse el equipo la próxima temporada, pero está claro que la gente debe pasar página, mantener en la memoria todos los grandes momentos vividos en los últimos años y esperar que los profesionales que llegan ahora puedan también dar grandes alegrías a su afición.

Lo anterior era insostenible, a no ser que un gran mecenas (supuestamente Al Thani) siguiera poniendo dinero a fondo perdido. Teniendo en cuenta las actuales circunstancias que vivimos, el 'fair play' financiero que reina en el fútbol actual y la caída de una serie de ingresos (patrocinios, grandiosos contratos de televisión…) que antes eran la panacea, mejor será perder algo de nivel competitivo pero mantener la estructura y la identidad de club. En la mente de un aficionado del Málaga, ahora sólo cabe pensar aquello de 'fue bonito mientras duró', pero quién dice que no se puede repetir más tarde o más temprano.

Acostumbrados a los Joaquín, Isco, Saviola, Demichelis, Toulalan y compañía, los aficionados del Málaga CF ven como ahora los que llegan a La Rosaleda son los Anderson, Ferreira o Juanmi. Sin duda, algo ha cambiado en el proyecto del jeque Abdullah Al Thani, quien llegó a la Costa del Sol con la intención de hacer del Málaga uno de los grandes de España y de Europa (a cambio de llevar a cabo una serie de proyectos muy beneficiosos para sus intereses), pero que ya se ha cansado de poner dinero apenas tres años después. Eso sí, para el recuerdo de la hinchada boquerona quedarán dos temporadas de ensueño, la 2011-2012, con la clasificación por primera vez en su historia para la Liga de Campeones, y la 2012-2013, donde el Málaga se dio a conocer en todo el continente con una actuación más que sobresaliente, cayendo en cuartos de final ante el Borussia Dortmund.