La palabra de Zidane convierte hasta a un 'antimadridista'

Algo está cambiando en el Real Madrid. Y no sólo por la marcha de José Mourinho. El paso a la primera línea del club de Zinedine Zidane ha dado un vuelco al statu quo madridista en el asunto fichajes. Si hasta la fecha era Florentino Pérez el ‘ser superior’ al que no había jugador en el planeta fútbol capaz de decirle que no, ahora ese papel está pasando a manos de ‘Zizou’. El presidente parece haber perdido la persuasión de antaño y ha declinado esa responsabilidad en Zidane. Y por lo visto en el fichaje de Isco, no se le da nada mal al francés.

Zidane, que hará también las veces de segundo entrenador de Ancelotti, fue el encargado de descolgar el teléfono para convencer a Isco de que su casa estaba en Madrid y no en Manchester, por más que Pellegrini lo tuviera todo atado para vestirle de azul City. O eso creía hasta que llegó el francés para deshacer el nudo. 'Zizou' jugó su carta de exfutbolista para hacerle entender al Golden Boy que no se podía decir nunca que no al Real Madrid. Un sacrilegio más cuando quien te invita a vestir de blanco es uno de los mejores futbolistas de la historia. La respuesta del ya exdelantero del Málaga ya la sabemos: el próximo miércoles será investido como nuevo jugador del Real Madrid en el palco de honor del Bernabéu. 

Claro que Zidane tuvo que emplearse a fondo porque Isco no es precisamente uno de esos jugadores "nacidos para jugar en el Real Madrid", como tanto le gusta decir al presidente. Más bien todo lo contrario. El joven talento andaluz  ha confesado en más de una ocasión su animadversión hacia el equipo blanco. "Soy un poco antimadridista", confesaba Isco en una entrevista a Superdeporte cuando empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo del fútbol de la mano del Valencia. Un sentimiento razonado: "Tengo la impresión de que es un club arrogante y sin humildad no se llega a ninguna parte". De su 'amor' al Barça da fe una foto que, por supuesto, corre como la pólvora en las redes sociales en la que aparece con la camiseta del eterno rival blanco y el nombre de su perro: Messi.

Quizá por casos como el de Isco, Florentino Pérez ha preferido que Zidane sea el encargado de descolgar el teléfono y 'cerrar' los fichajes. Nadie entiende mejor los códigos y el lenguaje de los futbolistas que un futbolista. La maniobra del presidente, por lo tanto, parece muy inteligente pese a que no ha podido redondear su estrategia sentando a 'Zizou' en un despacho. Ese era su objetivo para poder delegar toda responsabilidad en él. O al menos alejarse del foco. Pérez, por lo tanto, tendrá que conformarse con verle en el banquillo y confiarle las llamadas de gracia para ver al futbolista de turno vestido de blanco. No parece mala opción