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Cuatro finales después... España demuestra que también es humana
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ESTA SELECCIÓN PIERDE SU PRIMERA FINAL

Cuatro finales después... España demuestra que también es humana

España ya sabe que todo tiene una primera vez. Los campeones de todo sufrieron en Maracaná un revés como no recordaban. Después de dos Eurocopas (2008

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Cuatro finales después... España demuestra que también es humana

España ya sabe que todo tiene una primera vez. Los campeones de todo sufrieron en Maracaná un revés como no recordaban. Después de dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) el equipo de Vicente del Bosque parecía invencible, un abonado a ganar finales. Pocos imaginaban otra cosa que no fuera vencer a Brasil en Maracaná para alzar la Copa Confederaciones, el único título que le falta a esta generación irrepetible en sus vitrinas. Sin embargo, a la cuarta fue la vencida y España mordió el polvo por primera vez en una final. Iniesta, Xavi, Casillas y compañía son humanos…

La derrota, eso sí, llegó en el trofeo menos importante por más que esta Copa Confederaciones en Brasil despertara las ansias de los jugadores españoles, nostálgicos de jugar contra la pentacampeona del mundo y en un estadio tan mítico como Maracaná. Pero el peso de la historia aplastó a España, el mejor equipo del mundo en los últimos años y el más admirado por su fútbol. Nada salió como estaba previsto y Brasil pasó por encima como un rodillo de los exhaustos jugadores españoles.

Quizá lo más preocupante más allá del resultado fue la nula capacidad de reacción del equipo, que se vino abajo estrepitosamente con el gol de Fred a los dos minutos. De ahí en adelante todo fue un suplicio. Brasil con una presión asfixiante, pierna dura y un contragolpe vertiginoso comandado casi siempre por Neymar no dio opciones a España, incomoda y desconocida. Ausente por momento y sin el sentido coral tan habitual en ellos. Un  desastre, en definitiva.  

Nada que ver con la España de la final de Viena ante Alemania, donde fue dueña y señora del partido y del marcador. O del la finalísima del Mundial en Sudáfrica, donde fueron mejores que Holanda por más todo se tuviera que decidir en una prórroga agónica resuelta por el ya legendario gol de Iniesta. Y, sobre todo, muy lejos de la goleada a Italia en la Eurocopa del pasado verano, donde España despachó a los italianos con cuatro goles un fútbol que sombre de nuevo al mundo. Nada de todo esto se vio anoche en el césped de Maracaná.

Quizá como consuelo para España quede la estadística. Esa que recoge que nunca el campeón de la Copa Confederaciones salió campeón del siguiente Mundial. El próximo año de nuevo en Brasil tendrán la revancha y la posibilidad de demostrar si esta ‘tradición’ sigue vigente. En sus manos está. Ganas, desde luego, no les van a faltar. De momento y pese a la derrota, no se les ha olvidado competir: en su cuarto torneo importante también alcanzó la final.

España ya sabe que todo tiene una primera vez. Los campeones de todo sufrieron en Maracaná un revés como no recordaban. Después de dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) el equipo de Vicente del Bosque parecía invencible, un abonado a ganar finales. Pocos imaginaban otra cosa que no fuera vencer a Brasil en Maracaná para alzar la Copa Confederaciones, el único título que le falta a esta generación irrepetible en sus vitrinas. Sin embargo, a la cuarta fue la vencida y España mordió el polvo por primera vez en una final. Iniesta, Xavi, Casillas y compañía son humanos…

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