Chris Froome es el 'capo' de este Tour de Francia y confirma que no le hace falta equipo

Nos las prometíamos muy felices cuando el pasado jueves, en la etapa con llegada en Saint Amand, Alberto Contador y el Saxo Tinkoff recortaban algo más de un minuto en la general con respecto al líder Chris Froome. Hasta entonces, el corredor británico no había dado ningún síntoma de debilidad, es más se había despachado con actuaciones espectaculares sobre la cima de Ax 3 Domaines y en la contrarreloj de Mont Saint Michel. Pero ese día se demostró algo que era un secreto a voces, que el Sky no es el equipo tan fuerte que se preveía al inicio de este Tour de Francia. Quizá por ahí Contador y el resto de rivales habían encontrado la forma de meter mano al hasta entonces 'invencible' líder de la carrera. Pero su gozo, en un pozo. Este domingo llegó la primera toma de contacto con los Alpes, la mítica ascensión al Mont Ventoux, y el gran favorito solventó de un plumazo todas aquellas dudas que se cernían sobre su estado de forma.

La exhibición que el corredor de origen keniata dio en la subida al 'gigante de Provenza' fue absolutamente soberbia. A siete kilómetros de meta, cuando el ritmo de su compañero Richie Porte no le pareció suficiente, realizó, sin levantarse del sillín, un cambio de ritmo digno del mismísimo Miguel Indurain para poner pies en polvorosa y dirigirse hacia un nuevo triunfo y de esta forma dar un puñetazo sobre la mesa. Contador, que era el único que hasta entonces había podido seguir a los corredores del Sky, se retiró de la pelea. El ritmo del líder era mucho para él, le iba a sacar de punto y podía decir adiós a todas sus opciones en esta centenaria edición de la ronda francesa.

Poco a poco, Froome se dirigía hacia la gloria. Daba caza a un valiente Nairo Quintana para posteriormente dejarle atrás y adjudicarse uno de esos triunfos de postín. Y es que ya no sólo por lo que significa ganar en el Mont Ventoux, sino por el golpe psicológico que ha asestado a todos sus rivales. Ahora es cuando nos acordamos de aquellas palabras de Alejandro Valverde tras la contrarreloj individual en la que decía "sabemos que está Froome y que luego estamos los demás", en clara alusión a la absoluta superioridad del británico. Si el viernes se atisbaba un hilo de esperanza, el actual maillot amarillo se encargó de cortarlo a la primera oportunidad que tuvo.

La pregunta vuelve a ser la misma que hace unos días: ¿se ha acabado el Tour? Siendo como es el deporte, nunca se debe dar nada por zanjado, pero lo realizado ayer sobre el 'monte pelado' es un síntoma inequívoco de que esta carrera sólo la puede perder el jefe de filas del Sky. Ninguno de sus rivales, incluido un batallador Contador, parecen con las fuerzas suficientes como para derrocar al, por ahora, rey de las carreteras francesas. Aún resta una semana de carrera y mucho y muy duro terreno por delante como para dar vuelta a las tornas, pero mucho tendrán que mejorar los aspirantes para poner contra las cuerdas a un hombre que ha demostrado que incluso sin equipo (ayer en ocasiones sí lo tuvo) es capaz de asumir la responsabilidad y dirigirse hacia su primer triunfo en los Campos Elíseos de París.