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Melquiades: "Un año diciéndole al brazo que se mueva y ahora que me recupero me dejan fuera"
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LA FEDERACIÓN NO SE ABLANDA ANTE UN CASO EXCEPCIONAL Y LO APARTA DEL MUNDIAL

Melquiades: "Un año diciéndole al brazo que se mueva y ahora que me recupero me dejan fuera"

Melquiades Álvarez (Alcalá de Guadaíra, Sevilla 1988) ha recuperado la ilusión por su pasión, la natación. Después de más de un año de lucha vuelve “a

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Melquiades: "Un año diciéndole al brazo que se mueva y ahora que me recupero me dejan fuera"

Melquiades Álvarez (Alcalá de Guadaíra, Sevilla 1988) ha recuperado la ilusión por su pasión, la natación. Después de más de un año de lucha vuelve “a ver la luz al final de túnel”. El síndrome Parsonage-Turner ha sido la mayor pesadilla de su vida. El nadador reconoce a El Confidencial que cuando se enteró, en septiembre de 2011, se le cayó “el mundo encima”. El pasado 12 de abril fue una fecha clave en su carrera deportiva. El Gran Premio Ciutat de Barcelona fue el escenario de su reaparición. Con unos esfuerzos grandísimos, Melquiades finalizó los 200 metros braza con un tiempo de 2:11,85, una marca por debajo de la mínima exigida para acudir al Mundial de natación que se celebrará en agosto en Barcelona. Pese a este resultado, la Federación ya le ha comunicado que no está seleccionado para acudir a la cita mundial alegando que ha hecho esta mínima fuera de tiempo. ‘Melki’ ha tratado de explicarles que esto “es un caso excepcional”, pero la decisión está tomada: “He hecho todo lo posible para ir al Mundial, pero no me dejan”.

Desde que era un niño, su vida es la piscina y en concreto la braza. Melquiades Álvarez reconoce a este diario qué significa este deporte para él: “Para mí es un modo de vida, desde que tengo siete años he enfocado mi vida hacia ella. Es una forma de conseguir satisfacción personal. No te sabría explicar con palabras. Es algo a lo que he dedicado toda mi vida  y es lo que mejor sé hacer. El día a día es muy duro y hay que trabajar mucho y hay que dar mucho para conseguir muy poco. Por eso es tan complicado este deporte, como todos los individuales. En este último año he pasado lo que he pasado pero he conseguido salir adelante”, asegura.

Y es que desde septiembre de 2009, Melquiades sufre el síndrome Parsonage-Turner, una enfermedad neurológica de las consideradas ‘raras’ y que le ha provocado una parálisis en su brazo derecho, desde la mano a algunas zonas de la espalda. El andaluz relata cómo se sintió cuando se enteró de lo que tenía: “Se te cae el mundo encima. Justo cuando te lo dicen la palabra, no sabes ni lo que es y  cuando empiezas a buscar información... es como que te toque la lotería pero la mala. No es una enfermedad, que sea un cáncer, pero a mí con 24 años me quedó una parálisis a nivel motor en el brazo y es duro que de la noche y a la mañana estés en la élite, luchando por los Juegos Olímpicos, y todo se te derrumbe por una enfermedad”.

Aunque ya ha avanzado mucho en la recuperación, Melquiades sigue con la rehabilitación, la doctora tiene que evaluar el estado de su brazo: “Todavía tengo secuelas en el derecho. Los médicos dicen que físicamente valgo  pero mi brazo no es el que era, y dicen que no lo volverá a ser, pero hay que adaptarse. Yo tuve una pérdida de movilidad,  sobre todo, en la parte de atrás de la espalda, no podía hacer los movimientos bien. Podía subirlo y bajarlo pero había cosas que no podía hacer. Le daba la orden para que se moviera pero no se movía. Ahora no tengo bien las sensaciones en el brazo, no muevo los dos brazos igual y tengo que estar pendiente de lo que hago con el brazo. Es como acabar de nacer y enseñar de nuevo al brazo a hacer las cosas. La rehabilitación es importante porque es una parálisis pero no es definitiva. No hay ni medicación ni nada, es fuerza de voluntad y tiempo”, asegura.

La Federación le ha dado la espalda 

Melquiades ha pasado por muchos momentos en su carrera deportivo, pero reconoce que ha habido varios momentos que lo han marcado para bien y para mal: “El momento más duro ha sido cuando me dijeron que tenía esta enfermedad, porque antes sí he tenido cosas pero cuando pasan cosas así gordas lo valoras todos mucho más y lo que antes parecían problemas ahora te parecen tonterías. El más bonito fueron los Juegos Olímpicos de Pekín, pero el más especial fue el pasado 12 de abril cuando, sin pronóstico ninguno de recuperación, he conseguido volver a levantarme. Tengo medallas y records de Europa, pero para mí, lo que más vale es lo que hice en Barcelona. Es lo más importante y lo que más valor le tengo que dar”.

Para Melquiades, la Federación Española de Natación no ha estado de su lado en todo esta pesadilla que ha vivido y de la que todavía se está recuperando: “El año pasado cuando se pusieron las cosas muy mal,  conseguí reunir al presidente de la española, de la catalana y al de mi club. Les dije ‘¿qué tenéis en contra de mí?’. No entiendo que yo pida una ayuda y ni se me permita ir al CAR a hacer rehabilitación. Allí, el presidente se comprometió a dividir los gastos entre cuatro pero que al final no ha sido así, pagaron a las malas, pero 10 de las 70 o 80 sesiones que he tenido, que a ellos les cuesta la mitad que a mí, yo he tenido que gastarme un dineral en pruebas para averiguar qué era lo que tenía en mi brazo, todo de mi bolsillo y del de mi club. Cuando caí lesionado era uno de los fijos para Londres. Tienen que cuidar mucho más a los deportistas,  valorar o que tienen que yo creo que no lo valoran”.

La ausencia de Melquiades en el Mundial es una decisión de la Federación, el nadador cuenta la explicación que le dieron: “Hay unas listas que ya se cerraron y no pueden hacer nada para incluirme. Si me admiten fuera de plazo,  tienen que hacer más excepciones. Yo les digo que mi caso es diferente a todos ellos, pero nada, es chocarse contra un muro y dicen que estas cosas les valen para aprender de los errores. Lo único que les he pedido es que, ya que no me han llamado en un año y medio, ni me han echado una mano para nada, que a partir de ahora me tengan en cuenta”. Pese a la dolorosa decisión, Melquiades trata de mostrarse optimista y feliz por lo logrado: “El objetivo es recargar las pilas, recargarme porque esta enfermedad a nivel físico no me ha agotado del todo pero a nivel mental es muy duro. Un año diciéndole al brazo que se mueva y nada y pasan los meses y nada. Y luego, poco a poco, ves la luz al final del túnel y te vas animando. Ahora que he conseguido la mínima me puedo dar satisfecho por lo conseguido. Creo que puedo estar orgulloso de esta temporada y darla por cerrada”.

Objetivo: campeonato de Europa 

A Melqiuades no le frena esta decisión de la Federación y ya piensa en su próximo objetivo: “Competir el año que viene en el Campeonato de Europa de corta (25 metros). He pedido al seleccionador que no me pidan ir al campeonato de España, que es en agosto, a hacer una minina y dicen que lo tienen que mirar a ver. El campeonato de corta es en diciembre de este año. La mínima que tengo es de sobra mínima, ahora hay que ver que ellos la quieran dar por válida o no. Si querían que hiciera la mínima en agosto, que se hubieran sentado conmigo en enero y que me hubieran dicho que mi objetivo era en agosto, no en junio. Para mí hacer una marca ahora es muy duro y el problema es que aquí en España estoy sólo. Para hacer 2.11 necesitas ayuda, un competidor de tu nivel y aquí no tenemos eso, en otras pruebas si pero yo hago 2.11 y el segundo 2.17- 2.19”.

Melquiades reconoce que todo ha sido muy duro para tratar de llegar a la cita mundialista: “Tenía la ilusión de participar en el Mundial. Llevo en Barcelona cinco años y tenía mucha ilusión de vivir un campeonato en casa. Todos los días paso por la piscina de Montjuic cuando voy a los entrenamientos y cada vez que pasaba, pensaba que tenía que estar ahí. He hecho todo lo posible pero no me dejan. No depende de mí ni puedo seguir martirizándome, pero lo he pasado mal. Tengo que mirar para adelante y no vale de nada seguir arrepintiéndome, si me arrepiento y abandono es lo que ellos quieren”.

Con este optimismo, Melquiades afronta el futuro, un futuro que esperanzador para la natación: “Ahora toca seguir y espero que haya un antes y un después en esto y en la natación se valoren las cosas. A ver si consigo que las cosas cambien por mí caso. No se puede tratar a los nadadores como se nos están tratando, como si fuéramos objetos. Que somos personas también, y nos pasan cosas”, concluyó. 

Melquiades Álvarez (Alcalá de Guadaíra, Sevilla 1988) ha recuperado la ilusión por su pasión, la natación. Después de más de un año de lucha vuelve “a ver la luz al final de túnel”. El síndrome Parsonage-Turner ha sido la mayor pesadilla de su vida. El nadador reconoce a El Confidencial que cuando se enteró, en septiembre de 2011, se le cayó “el mundo encima”. El pasado 12 de abril fue una fecha clave en su carrera deportiva. El Gran Premio Ciutat de Barcelona fue el escenario de su reaparición. Con unos esfuerzos grandísimos, Melquiades finalizó los 200 metros braza con un tiempo de 2:11,85, una marca por debajo de la mínima exigida para acudir al Mundial de natación que se celebrará en agosto en Barcelona. Pese a este resultado, la Federación ya le ha comunicado que no está seleccionado para acudir a la cita mundial alegando que ha hecho esta mínima fuera de tiempo. ‘Melki’ ha tratado de explicarles que esto “es un caso excepcional”, pero la decisión está tomada: “He hecho todo lo posible para ir al Mundial, pero no me dejan”.