Valverde, un bronce empañado por la polémica

España era una de las grandes candidatas a enfundarse el jersey ‘arco iris’, y es que el equipo presentado por José Luis de Santos en el Mundial de Valkenburg (Holanda) era quizá el mejor de los presentes sobre el circuito de la Amstel Gold Race. Quizá sea por eso que la medalla de bronce conquistada por Alejandro Valverde nos haya sabido a poco. El murciano parecía tener mucha más fuerza de la que pudimos ver, pero no se atrevió, o no le dejaron, lanzarse a tumba abierta a por Philippe Gilbert, a la postre nuevo campeón del mundo, ante el miedo de llevarse con él rivales tan peligrosos como Boasson Hagen, Kolobnev o Degenkolb. Al final, una presea que en otros tiempos hubiera sabido a gloria y que ahora nos deja con un regusto amargo. Puede que nos estemos malacostumbrando…

Pero quizá lo peor de esta medalla haya sido el desenlace final, una vez cruzada la línea de meta. Óscar Freire, triple campeón del mundo,  declaró a la conclusión de la prueba que “creo que Valverde tenía que haber estado conmigo. Yo iba bien, pero solo. Cuando se decide una cosa hay que hacerla”. Rajada en toda regla del corredor cántabro, que deja bien a las claras lo que se venía anunciando los días previos al Mundial, que España tenía demasiados ‘gallos’. Y es que no todo el mundo puede contar con figuras de la talla de Contador, Valverde, Freire o ‘Purito’, por ejemplo. El liderazgo de la selección se antojaba complicado, y así fue.

Varios de los pupilos dirigidos por De Santos habían declarado a lo largo de la semana que el circuito se ajustaba a sus características. El caso es que el desarrollo de la prueba se llevó a las mil maravillas, endureciendo la carrera, metiendo gente en las escapadas… Pero a la hora de la verdad se plantea la duda de si rematamos bien la faena. Obviamente no. Freire opina que Valverde tuvo que estar a su lado y el murciano que “podría haber ganado de no haberse quedado a esperar”. Hay una expresión española que define a la perfección esta situación ‘el uno por el otro, y la casa sin barrer’.

Sea como fuere, por mala dirección o por desobediencia de los corredores, el caso es que la coyuntura fue perfectamente aprovechada por el experimentado Gilbert. El belga atacó en la subida al Cauberg y reventó la carrera. Por detrás no hubo entendimiento y el corredor del BMC se dirigió hacia un nuevo triunfo en su prolífica carrera. Boasson Hagen y Valverde completaron el podio. El español alcanza su cuarta medalla en una cita mundialista, igualando con históricos corredores como Raymond Poulidor y Greg Lemond y con el propio Freire.

Las declaraciones del cántabro y la contestación de Valverde darán que hablar, al igual que las directrices o la capacidad de mando del seleccionador, pero algo sí queda claro, que España continúa cosechando éxitos deportivos al más alto nivel. Vigésimo metal para nuestro país en los mundiales en ruta, la séptima en los últimos diez años, lo cual habla bien a las claras del potencial del ciclismo español.