Valencia o cómo despedirse de los grandes eventos deportivos poco a poco

El deporte no vive buenos momentos en la ciudad de Valencia. Después de unos años en los que hablar de eventos deportivos de alta envergadura obligaba a citar a la capital del Turia, los problemas económicos de la ciudad han provocado que gran parte de los elementos de primer nivel deportivo estén viviendo una situación crítica: el último caso, el que iba a ser el próximo gran estadio del Valencia.

Competiciones, equipos e instalaciones han visto cómo los problemas económicos han provocado que su financiación se haya visto reducida en unos casos e incluso retirada en otros, lo que ha provocado una verdadera debacle. En poco menos de dos años, la crisis que asola el territorio español y, en especial Valencia, ha provocado que la ciudad vea cómo pierde ciertos símbolos representativos del deporte.

La paralización del acuerdo por la construcción del Nuevo Mestalla ha sido un duro golpe para el Valencia. El conjunto 'ché' había llegado a un acuerdo con Bankia para acabar con su deuda y reanudar las obras de su estadio. Sin embargo, el incumplimiento de una serie de acuerdos provocó que la entidad no lleve a cabo la operación, lo que ha supuesto un nuevo palo para la ciudad.

Valencia se queda sin un estadio que tenía previsto optar a la posibilidad de albergar la final de la Liga de Campeones en unas temporadas. Su imagen, de un armazón a la intemperie abandonado a su buena suerte, es un buen reflejo de lo que ocurre en la ciudad. Lo que iba a ser una de las joyas de la corona de Valencia, se ha convertido en un nuevo proyecto deportivo abocado al abandono.

Fórmula 1, vela, baloncesto...

Sin duda, uno de los eventos deportivos con más pedigrí que ha abandonado la ciudad es la Fórmula 1. El Gran Premio de Europa se ha disputado aquí desde 2008 hasta 2012 y ya se ha confirmado que no se llevará a cabo la próxima temporada. De hecho, las negociaciones pasan por intentar que Montmeló y este circuito urbano se turnen para el GP de España, algo a lo que el circuito catalán no está dispuesto.

Además, otro de los duros golpes ha sido la Copa América de vela. Tras organizar este evento en 2007 y 2010, Valencia ha perdido todos los lazos con la competición, y la imposibilidad de organizar el campeonato ante la falta de recursos económicos. Las impresionantes instalaciones para las embarcaciones, con un coste de más de 500 millones de euros, están en desuso y sin capacidad para darles una utilidad real.

El Ros Casares, campeón de la Euroliga en 2012, desapareció después de trece temporadas exitosas y como consecuencia de la falta de patrocinio. Algo similar ocurrió con el Balonmano Mar Sagunto, el cub más laureado de la historia del balonmano femenino, que por culpa de los problemas económicos no pudo hacer frente a los pagos de sus jugadores durante varios meses.

Con el paso de los años, Valencia ha ido perdiendo buena parte de sus baluartes deportivos. Honrosas excepciones como el Valencia CF, el Levante o el Valencia Basket siguen demostrando su gran nivel, pero la ciudad se ha quedado sin muchos de sus productos estrella. El Nuevo Mestalla ha sido el colofón a la pérdida de la identidad deportiva de la ciudad.