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Una rehabilitación milagrosa que acaba de nuevo en el hospital
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BARBERÁ REGRESABA A LOS CIRCUITOS TRAS ROMPERSE TIBIA Y PERONÉ Y SE VUELVE A LESIONAR

Una rehabilitación milagrosa que acaba de nuevo en el hospital

Veintiséis días, sólo 26. Ése es el brevísimo tiempo que el piloto español de Ducati, Héctor Barberá, tardaba en regresar a los circuitos tras la grave

Foto: Una rehabilitación milagrosa que acaba de nuevo en el hospital
Una rehabilitación milagrosa que acaba de nuevo en el hospital

Veintiséis días, sólo 26. Ése es el brevísimo tiempo que el piloto español de Ducati, Héctor Barberá, tardaba en regresar a los circuitos tras la grave lesión que se produjo entrenando el pasado 21 de julio. Una fractura de tibia y peroné en su pierna izquierda que no le impidió en la tarde de ayer subirse nuevamente a la moto para afrontar los entrenamientos libres del GP de Indianápolis. Suponía todo un récord. El mismísimo Valentino Rossi había necesitado de 41 días para volver a la competición tras sufrir la misma lesión que el valenciano. ¿Los pilotos son de otra pasta? Con recuperaciones de este calado, Barberá demuestra que sí, que algo especial tiene los pilotos, ya sean de motos o coches, que a la mínima vuelven a la carga con sus máquinas para disfrutar de esa adrenalina que destila la velocidad.

Pero no fue un récord con final feliz. Cuando el piloto de Ducati afrontaba los últimos diez minutos de los primeros libres, una caída hizo temer lo peor. La bandera roja hacía acto de presencia en el circuito norteamericano y las asistencias saltaban al asfalto para atender al de Dos Aguas. Todo el mundo pensaba en las condiciones en las que se había subido el español a la moto. Su debilitada pierna izquierda era lo más preocupante para todos, aunque realmente el piloto se quejaba más de un dolor costal.

Era indudable, de todo pasaba por la cabeza de Barberá en el momento en que se procedía a su evacuación a un hospital cercano para evaluar la gravedad de las lesiones. Una operación prácticamente perfecta a cargo del doctor Mir y horas y horas de tratamiento junto a su fisioterapeuta, Jordi Reig, tiradas a la basura por una nueva caída nada más regresar a la actividad. Pero no iban a ser la tibia y el peroné los tristes protagonistas de la jornada, afortunadamente, ya que un par de horas más tarde lo que se confirmaba era una fractura (aunque con microfisuras) de las vértebras dorsales 5, 6 y 8. Del mal (se temía un susto superior), el menos. "Lo que no mata, hace más fuerte", señaló el propio piloto en el hospital.

Veintiséis días, sólo 26. Ése es el brevísimo tiempo que el piloto español de Ducati, Héctor Barberá, tardaba en regresar a los circuitos tras la grave lesión que se produjo entrenando el pasado 21 de julio. Una fractura de tibia y peroné en su pierna izquierda que no le impidió en la tarde de ayer subirse nuevamente a la moto para afrontar los entrenamientos libres del GP de Indianápolis. Suponía todo un récord. El mismísimo Valentino Rossi había necesitado de 41 días para volver a la competición tras sufrir la misma lesión que el valenciano. ¿Los pilotos son de otra pasta? Con recuperaciones de este calado, Barberá demuestra que sí, que algo especial tiene los pilotos, ya sean de motos o coches, que a la mínima vuelven a la carga con sus máquinas para disfrutar de esa adrenalina que destila la velocidad.