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El CSI del Barça se esconde en un aula de tres investigadores de Vigo
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ASESORAN LAS ROTACIONES DEL BARCELONA, LYON, SPARTAK…

El CSI del Barça se esconde en un aula de tres investigadores de Vigo

Son tres profesores de la Universidad de Vigo. Sus informes son tan absolutamente confidenciales que ni siquiera permiten al periodista acceder a uno de hace dos,

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El CSI del Barça se esconde en un aula de tres investigadores de Vigo

Son tres profesores de la Universidad de Vigo. Sus informes son tan absolutamente confidenciales que ni siquiera permiten al periodista acceder a uno de hace dos, tres, cuatro años. “No. Esos informes contienen cosas que no pueden hacerse públicas”, se disculpa Carlos Lago. Junto a los también profesores Luis Casais y Eduardo Domínguez, Lago trabaja en el equipo de investigación Hi20 de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte del campus vigués, desde donde, además de impartir clases, asesoran con sus estudios a varios entrenadores de la elite europea.

“Cuando Guardiola dijo el otro día [justificando el destierro de Piqué a la grada frente al Leverkusen] que los entrenadores manejan mucha información que ni los periodistas ni los espectadores poseen, se refería al trabajo que hacemos nosotros”, dice Casais.

¿Y cuál es ese trabajo? Todo parte de un sistema telemétrico de ocho cámaras y un programa informático llamado Amisco que registra desde todos los ángulos cualquier circunstancia que se produzca sobre el terreno de juego. Incluso permite el seguimiento de cada jugador registrando en tiempo real la velocidad exacta a la que se mueve. Esa información se indexa a modo de recreación virtual y, en la Universidad de Vigo, estos tres profesores la procesan, realizan un minucioso análisis científico de la misma y elaboran informes para los clubes.

Lago, Casais y Domínguez han trabajado, además de para el Barça, con el Olimpique de Lyon, el Lille, el Spartak de Moscú, el Español, el Deportivo… Y en sus informes está el secreto, por ejemplo, de la resistencia colosal, casi inhumana, de algunos futbolistas como Cristiano Ronaldo, Messi o Puyol. No es el doping, que dirían los franceses. Es la ‘autorregulación’, basada en los exhaustivos estudios realizados por estos científicos sobre cada futbolista.

“Hemos comprobado que el factor fundamental es aislar y estudiar las distancias recorridas a la máxima intensidad, pero se analizan innumerables factores. Podemos estimar así cuál será el rendimiento real de cada jugador antes de que se inicie un partido. Predecir qué le puede suceder. Eso permite a los entrenadores, por ejemplo, planificar las rotaciones antes de que el jugador llegue a su límite de fatiga. Luego los entrenadores hacen siempre lo que quieren”, relata Casais.

También permite este programa aconsejar a los jugadores qué movimientos o situaciones deben evitar para prevenir una lesión que les amenaza, o una recaída; en qué zonas del campo regular más o menos el esfuerzo, qué recorridos y velocidades no sobrepasar dependiendo del informe previo sobre su estado físico, el minuto de juego y el resultado… Simplificando, antes del inicio del partido el jugador recibe tanta información que actúa en cada momento con mucha más premeditación de la aparente, como un robot minuciosamente preparado.

El primer entrenador español que abrazó estos métodos fue Rafa Benítez. Y los exportó al Liverpool. También Miguel Ángel Lotina, cuya carrera siempre ha acompañado el profesor Domínguez como preparador físico en Español, Deportivo y Osasuna. Pero los profesores Carlos Lago y Luis Casais tampoco son ratas de laboratorio. Los domingos, se calzan los chandals respectivos de preparador físico y entrenador del Pontevedra, en Segunda B. Por mucha ciencia que invada el fútbol, el olor a hierba húmeda del campo nunca será sustituible.

Son tres profesores de la Universidad de Vigo. Sus informes son tan absolutamente confidenciales que ni siquiera permiten al periodista acceder a uno de hace dos, tres, cuatro años. “No. Esos informes contienen cosas que no pueden hacerse públicas”, se disculpa Carlos Lago. Junto a los también profesores Luis Casais y Eduardo Domínguez, Lago trabaja en el equipo de investigación Hi20 de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte del campus vigués, desde donde, además de impartir clases, asesoran con sus estudios a varios entrenadores de la elite europea.