Manuel de los Santos, el golfista de una sola pierna que volvió a la vida gracias a Will Smith

La vida de Manuel de los Santos se ha convertido en toda una historia de superación. Nacido para convertirse en una estrella del béisbol, deporte nacional de su país natal, República Dominicana, un accidente de tráfico le hizo perder una de sus piernas y ver frustrado su sueño. En plena recuperación, y sin ganas de vivir, una película le hizo despertar de su letargo y convertirse en un jugador de golf que ha sorprendido al resto de profesionales.

De los Santos tenía todas las cualidades para convertirse en uno de los mejores jugadores de béisbol de todos los tiempos. Prometedora estrella en su país, varios equipos de la Major League norteamericana le empezaron a tentar. Se le empezó a comparar con Sammy Sosa, gran estrella del deporte dominicano, y su futuro era más que esperanzador, pero entonces llegó la tragedia a su vida, y su ilusión se cortó de raíz.

Contaba sólo con 17 años cuando un todoterreno arrolló la motocicleta del joven De los Santos. El impacto fue tan brutal que le hizo perder una pierna. Hundido tras su tragedia personal, el joven decidió mudarse a Francia tras haber perdido algo más que la esperanza deportiva: "Pasé un año entero sin querer vivir". Pero el apoyo de su mujer y una película le devolvieron la ilusión.

Elena Salazar, una española que trabajaba en Francia, no se separó un sólo segundo del joven dominicano, y en uno de sus intentos por animar a De los Santos, decidió alquilar una película, 'La leyenda de Bagger Vance'. Dirigida por Robert Redford, el film trata sobre un excombatiente de la Primera Guerra Mundial (Matt Damon) que tras darse al alcohol se convierte en un gran jugador del golf gracias a la ayuda de un misterioso caddie (Will Smith).

Ni silla de ruedas ni prótesis, solo equilibrio

"Al ver en la película los movimientos del golfista, Elena y yo pensamos que el golf podría ser mi deporte. También el argumento del film me dio el empujón necesario para decidirme por ello", aseguró De los Santos. Un día después, el joven dominicano decidió comprarse un juego de palos de golf y empezar a practicar en un campo parisino. Varias personas alucinaron con los primeros golpes del jugador.

 

Su decisión estaba clara: quería sentirse uno más e intentar destacar gracias a su esfuerzo y sacrificio. "No quería llevar silla de ruedas, quería valerme por mí mismo. Eso me hizo renunciar a deportes como el baloncesto, esgrima o tenis. Decidí quitarme la prótesis porque me molestaba. Empezé a jugar al golf sólo con la pierna derecha, por lo que trabajé el equilibrio inspirándome en las artes marciales", indicó.

Para De los Santos, lo más complicado llegó en los golpeos dentro de los búnkers, una suerte que cambió por completo sus hábitos para jugar al golf: "Me vi obligado a arreglármelas con un solo pie. Debía hundirlo en la arena para mantenerme bien sujeto, pero no me siento raro. Será porque me crié en la playa y siempre me encantó la arena", subraya el jugador dominicano.

Ya ha jugado torneos con profesionales

El golf se convirtió en su tabla de salvación, en un salvoconducto para volver a competir al más alto nivel. Siempre tuvo claro que no quería jugar en 'handigolf', la modalidad para discapacitados, y que quería competir en el circuito profesional. Su excepcional swing y su gran inteligencia en el golpeo le permitió escalar posiciones entre los amateurs como la espuma, llevándole incluso a disputar torneos junto a los profesionales.

El propio Sergio García se quedó maravillado al ver el espectacular estilo de De los Santos: "La pega más fuerte que algunos de los profesionales del Circuito europeo, es impresionante cómo golpea", indica el golfista español. Actualmente, es capaz de alcanzar una distancia de más de 270 metros con el driver, y ostenta un 3 de hándicap, un logro magnífico para De los Santos.

"He aprendido a mantener el equilibrio con una sola pierna gracias a las artes marciales. Sin disciplina y sin trabajo jamás hubiera conseguido lo que he logrado a día de hoy. Entreno más de seis horas diarias, todos los días de la semana. Pero la lección más importante que he aprendido es que por más duro que sea una revés en tu vida siempre debes mantener con vida sus sueños", asegura. Ahora, su ilusión no es otra que jugar un Masters de Augusta.