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¿Es posible vivir sin dormir?
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¿Es posible vivir sin dormir?

¿Podemos oler y sentir cuando soñamos? ¿Cuánto dura un sueño? ¿Es posible vivir sin dormir? Interrogantes como éstos, que carecen aún de conclusiones científicas, son los

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¿Es posible vivir sin dormir?

¿Podemos oler y sentir cuando soñamos? ¿Cuánto dura un sueño? ¿Es posible vivir sin dormir? Interrogantes como éstos, que carecen aún de conclusiones científicas, son los que plantea y explora desde este jueves una singular exposición, Sleeping and Dreaming.

Aunque todavía no somos capaces de dar "respuestas definitivas" a la pregunta de por qué dormimos y ésta continúa siendo una cuestión "misteriosa", en palabras de Ken Arnold, responsable de programas de la Wellcome Collection, esta galería londinense tratará de resolver algunos de los rompecabezas que orbitan alrededor de este mundo evocador.

Invertimos nada menos que un tercio de nuestra vida en dormir, un hecho que ha suscitado a lo largo de los años gran curiosidad científica, como queda plasmado en los 250 artilugios varios, entre cuadros, máquinas o esculturas, que se contemplan en la muestra.

"¿Es concebible vivir sin dormir?" es el gran interrogante que nos hacemos al llegar a Dead Tired, una de las secciones en las que se divide la exposición en la que se detallan algunas de las consecuencias de la privación del sueño. Secuelas que en el caso del DJ Peter Tripp fueron casi devastadoras. Este estadounidense batió un récord en 1959 al mantenerse despierto durante ocho días consecutivos. Su salud, sin embargo, se resintió de forma notable tras ese maratón insomne: su comportamiento se volvió incoherente y comenzó a sufrir alucinaciones.

Esos síntomas no desalentaron a su compatriota Randy Gardner, quien superó la hazaña al aguantar en 1964 once días sin dormir y cuyo experimento se puede presenciar en imágenes en Sleeping and Dreaming. Un mundo sin dormir, otra de las secciones, ilustrada con experimentos llevados a cabo en los años 30 y 40 del pasado siglo, estudia la forma en que la iluminación artificial y las rutinas laborales han conseguido alterar nuestro ciclo de sueño.

En este recorrido por el evocador -y a veces perturbador- mundo del dormir y el soñar, la interacción con el público es uno de los objetivos claros de los comisarios de la muestra: el espectador puede tocar, oír y presenciar los artilugios, grabaciones, imágenes y experimentos que alberga la Wellcome Collection.

El sueño de McCartney en 'Yesterday'

En el laboratorio del sueño, uno puede maniobrar con simulacros de encefalogramas y observar en una pantalla de ordenador el proceso del REM (Rapid Eye Movement), experimentos que prueban cómo el cerebro humano se encuentra activo mientras dormimos. Fue un sueño precisamente lo que inspiró al beatle Paul McCartney al componer Yesterday, uno de los grandes clásicos del cuarteto de Liverpool, que se puede escuchar en la muestra.

Y en este recorrido por el fascinante mundo del sueño se hace un hueco, también, su lado más truculento: la pesadilla. Este lado turbio e inquietante de los sueños inspiró al suizo Henry Fuseli a convertirse en el primer artista que plasmó en un cuadro una experiencia personal opresiva. Y otro sueño-pesadilla, en este caso el que tuvo el violinista Guiseppe Tartini (1692-1770), llevó al músico a componer en 1730 una aclamada sonata tras escuchar en sueños cómo el mismo diablo interpretaba una obra maestra.

Tartini invirtió años en crear su Devil's Trill, aunque el músico siempre lamentó que esta laureada sonata, técnicamente complejísima, no llegaba a la maestría con la que Satanás la supo interpretar mientras él dormía.

Si bien es una muestra completa, sí se quedan algunos matices en el tintero, como reconoce uno de sus comisarios, James Peto, quien admite que "no hay nada en la exhibición que guarde un vínculo directo con la siesta", una práctica que considera "muy sensata y saludable".

"No me sorprendería que se diera un movimiento en Europa hacia la siesta. Creo que existe -señaló Peto- una cierta evidencia científica que indica que se trata de una práctica sensata". En cualquier caso, el espectador queda invitado a soñar hasta el 10 de marzo del 2008.

¿Podemos oler y sentir cuando soñamos? ¿Cuánto dura un sueño? ¿Es posible vivir sin dormir? Interrogantes como éstos, que carecen aún de conclusiones científicas, son los que plantea y explora desde este jueves una singular exposición, Sleeping and Dreaming.

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