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Los complejos vitamínicos no sirven para nada y pueden ser perjudiciales
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SEGÚN UN DISCUTIDO ESTUDIO

Los complejos vitamínicos no sirven para nada y pueden ser perjudiciales

Nuestra dieta, cada vez más, está compuesta por numerosos componentes químicos que ingerimos directa o indirectamente: pastillas vitamínicas, conservantes o productos añadidos a los alimentos forman

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Los complejos vitamínicos no sirven para nada y pueden ser perjudiciales

Nuestra dieta, cada vez más, está compuesta por numerosos componentes químicos que ingerimos directa o indirectamente: pastillas vitamínicas, conservantes o productos añadidos a los alimentos forman parte habitual de la comida que compramos hoy en día. Además, no es rara la persona que toma ciertos medicamentos con frecuencia: analgésicos para el dolor de cabeza, protectores estomacales o pastillas para dormir. Este tipo de compuestos suelen hallarse en cualquier casa, y a menudo el adulto los toma con regularidad. Estamos acostumbrados a incluir productos que no son naturales en nuestros hábitos cotidianos, y confiamos en ellos como un complemento médico que contribuye a mejorar nuestra salud.

Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista científica Biology Letters ha demostrado que tal vez nuestra fe en las pastillas no debe ser tan ciega.

Ratones, topillos y humanos

El estudio fue simple pero efectivo: se dió a una serie de topillos una gran dosis de vitaminas C y E y, en comparación con aquellos que habían tomado una dieta normal, este grupo de animales vio sensiblemente reducida la duración de su vida. El resultado sorprende porque los antioxidantes y las vitaminas son frecuentemente recomendados para frenar el envejecimiento celular. Además, otras investigaciones realizadas previamente con ratones habían ratificado la creencia general: las vidas de estos roedores sí se vieron prolongadas cuando se les proporcionaron vitaminas E y C. Los topillos, sin embargo, han obtenido el resultado opuesto. Las vitaminas y los antioxidantes son recomendados para frenar el envejecimiento celular

El profesor Colin Selman, de la Universidad de Glasgow, no oculta su sorpresa ante las inesperadas conclusiones: “Cuando empezamos la investigación esperábamos que la longitud de la vida de los topillos aumentase con los suplementos vitamínicos, como sucedió con los ratones con los que habíamos experimentado previamente, así que nos sorprendimos al ver que no era ése el caso”.

Desacuerdo en la comunidad científica

Esta vuelta de tuerca en la investigación de los efectos de las vitaminas puede, si se confirma, tener grandes consecuencias, ya que los británicos gastan hasta 175 millones de libras en pastillas y compuestos de antioxidantes y vitaminas con el fin de combatir las enfermedades. Pero nada está claro aún, y la comunidad científica no llega a un acuerdo: algunos investigadores consideran que las vitaminas siguen siendo beneficiosas y otros las han catalogado como perjudiciales.

A este respecto, el profesor Selman señala que muchas investigaciones sugieren que, en el mejor de los casos, los compuestos vitamínicos no producen ningún beneficio y que, poniéndonos en lo peor, pueden tener efectos nocivos. Como confirma el experto, “las pastillas de vitamina E se han ligado al cáncer de próstata”.

Por su parte, el profesor John Speakman, de la Universidad de Aberdeen, considera que en este punto no es muy prudente extrapolar los resultados de esta escasa cantidad de datos en roedores a los humanos, con los que no se han podido hacer este tipo de pruebas. Sin embargo, no duda en declarar que las recientes investigaciones “sí invitan a tener precaución en el uso de altas dosis de vitaminas antioxidantes”. Es preferible obtener las vitaminas a través de una dieta sana y variada

Sin embargo, y como sucede en este tipo de investigaciones que aún no son concluyentes, no siempre llueve a gusto de todos. El director ejecutivo de la Health Food Manufacturers’ Association, Graham Keen, ha comentado que “la industria de los suplementos vitamínicos y minerales tiene un recorrido excepcional en lo referente a seguridad y eficacia, tanto en Reino Unido como a nivel internacional”.

Nuestra dieta, cada vez más, está compuesta por numerosos componentes químicos que ingerimos directa o indirectamente: pastillas vitamínicas, conservantes o productos añadidos a los alimentos forman parte habitual de la comida que compramos hoy en día. Además, no es rara la persona que toma ciertos medicamentos con frecuencia: analgésicos para el dolor de cabeza, protectores estomacales o pastillas para dormir. Este tipo de compuestos suelen hallarse en cualquier casa, y a menudo el adulto los toma con regularidad. Estamos acostumbrados a incluir productos que no son naturales en nuestros hábitos cotidianos, y confiamos en ellos como un complemento médico que contribuye a mejorar nuestra salud.