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¿Todos los jóvenes son vagos? El caso del estudiante británico que acumula 11 empleos
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¿Todos los jóvenes son vagos? El caso del estudiante británico que acumula 11 empleos

Si hay algún joven europeo que pueda presentarse como la antítesis de la generación NI-NI, ese es el joven británico de 21 años y natural de

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¿Todos los jóvenes son vagos? El caso del estudiante británico que acumula 11 empleos

Si hay algún joven europeo que pueda presentarse como la antítesis de la generación NI-NI, ese es el joven británico de 21 años y natural de Nottingham David Day. A pesar de su juventud no sabe lo que significa el ocio, pues trabaja 60 horas a la semana y cuenta con 11 empleos diferentes. Cinco de ellos son remunerados, mientras que los otros seis son trabajos de voluntariado y de ayuda a la comunidad.

Si el concepto ‘tiempo libre’ no forma parte del vocabulario cotidiano de Day, el de fracaso escolar tampoco. Y es que a pesar de sus once trabajos todavía no ha descuidado ni un ápice sus estudios. Como asalariado, Day trabaja unas 40 horas a la semana, en empleos de pocas horas y en días alternos, como dependiente de una tienda de ropa, vigilante de un comedor escolar, personal de información en eventos deportivos y monitor de actividades extraescolares. Unos empleos que le reportan más de 300 euros a la semana, según confirmó el propio joven al diario británico Daily Mail.

David Day se ha convertido sin quererlo en el espejo al que se miran ahora el millón de jóvenes que engrosan las cifras del paro en el Reino Unido. No conforme con sus titánicas jornadas laborales, Day todavía reserva parte de sus energías para trabajar como voluntario en un centro cultural con niños pequeños, dar clases de bádminton y fútbol, y colaborar con la organización caritativa St. John Ambulance.

Un ejemplo ético para el resto de jóvenes

“Habitualmente pierdo la cuenta de las horas que trabajo por semana, por lo que ya no me molesto en contarlas”, explicaba el joven multiempleado al rotativo británico. “Me paso el día saltando de un empleo a otro, pero estoy acostumbrado a ello y no me resulta difícil poder organizarme para llegar a todo”, añade Day, que no quiere ni oír hablar de sentarse en el sofá enfrente de la televisión, aunque solo sea para desconectar un rato: “Prefiero aprovechar mi tiempo ayudando a los demás o trabajando”, sentencia categórico.Existe una percepción generalizada de que los jóvenes solo piensan en sí mismos, pero creo que representan una parte minoritaria

Para Day, el dinero tampoco es lo más importante en la vida. “No voy a negar que ganar dinero no sea importante, pero el salario no se encuentra dentro de mis mayores preocupaciones. Para mí, lo más importante es poder ayudar a la gente porque disfruto haciéndolo, igual que me gusta el deporte y por eso soy entrenador”. Tanto es así, que con once años ya tenía claro el camino por el que iba a encaminar su vida y se apuntó a su primer voluntariado.

Viendo la facilidad de esto joven británico para encontrar empleos, no sería raro que surgiesen los clásicos estereotipo sobre los jóvenes, como que son unos vagos, unos hedonistas que solo piensan en pasárselo bien, o que el que no trabaja es porque no quiere. Sin embargo, Day no está de acuerdo con estas críticas. “Existe una percepción generalizada de que los jóvenes solo piensan en sí mismos, pero creo que representan una parte minoritaria, la mayoría de la gente de mi edad está dispuesta a ayudar a los demás”. Si bien, reconoce que le gustaría que hubiese más voluntarios y que la gente probase este tipo de experiencias “para que vean lo bien que se sienten después”.

¿Los jóvenes reciben un trato laboral injusto?

George Cowcher, presidente de la cámara de comercio de Nottinham, donde reside este joven, reconocía en las mismas páginas del Daily Mail que “los jóvenes suelen tener mala prensa y estar relacionados con estereotipos negativos, lo que puede generarles una cierta desventaja a ojos de un empleador potencial”. Para Cowcher, David Day es el ejemplo de que existen jóvenes talentosos, creativos y cumplidores, por lo que “representa un activo inmejorable para cualquier empresa”.

Uno de los empleadores de Day, el empresario Leslie Rhodes, describió al joven como “alguien que nunca se pone enfermo, que hace todo lo que se le pida sin oponer resistencia y que le cae bien a todo el mundo”. Una percepción similar a la de Graham Atkin, presidente del club de bádminton donde Day da clases: “Es un modelo a seguir para los niños a los que entrena”. Day se ha convertido así a sus 21 años no solo en un ejemplo generacional, sino en una nueva razón para derribar los estereotipos y las generalizaciones negativas sobre los jóvenes que, desde la llegada de la crisis, se están acrecentando cada vez más.

Si hay algún joven europeo que pueda presentarse como la antítesis de la generación NI-NI, ese es el joven británico de 21 años y natural de Nottingham David Day. A pesar de su juventud no sabe lo que significa el ocio, pues trabaja 60 horas a la semana y cuenta con 11 empleos diferentes. Cinco de ellos son remunerados, mientras que los otros seis son trabajos de voluntariado y de ayuda a la comunidad.