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Cuando una expresión desafortunada puede acabar con tu carrera política
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¿CONDUCIRÁ LA "VIOLACIÓN LEGÍTIMA" A LA DIMISIÓN DE TODD AKIN?

Cuando una expresión desafortunada puede acabar con tu carrera política

“Voy a continuar en la carrera por el Senado. Hay un amplio sector de la población que me apoya”. La contundente manifestación realizada el pasado martes

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Cuando una expresión desafortunada puede acabar con tu carrera política

“Voy a continuar en la carrera por el Senado. Hay un amplio sector de la población que me apoya”. La contundente manifestación realizada el pasado martes en el programa de radio de Mike Huckabee del congresista de Misuri Todd Akin (quien aseguró el domingo que "en una violación legítima el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo") a pocos ha gustado. Y probablemente, al que menos, al candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Mitt Romney, que calificó la intervención de Akin como “ofensiva y equivocada”, y que sugirió en público su abandono de la carrera electoral al señalar que “sus compañeros de Misuri lo han exhortado a hacerse a un lado, y debería seguir su consejo”.

Algo que, por una vez, ha puesto de acuerdo a Romney con su competidor, el demócrata Barack Obama. Akin ha hecho oídos sordos a las peticiones de Romney, aunque ayer mismo dejase la puerta abierta a la dimisión al recordar en la ABC que "no se puede saber todo lo que va a pasar". No sorprendería que en breve cediese a las presiones de su partido. El día anterior, Akin había dejado pasar el final del plazo para renunciar a su candidatura, seguro de haberse comportado “de manera ética” mientras recordaba que “las reacciones han sido exageradas". Hay mucho más en juego para Romney de lo que parece, ya que el puesto de senador de Akin, vital para recuperar la mayoría en la Cámara y que hasta ahora se daba por ganado, corre el peligro de perderse en manos de su competidora Claire McCaskill.

Todo comenzó el pasado domingo cuando, en el programa Jaco Report de la Fox, Akin aseguró: “Por lo que entiendo de los médicos, es muy raro que una violación legítima produzca un embarazo. El cuerpo femenino tiene mecanismos para cerrarse del todo en esos casos”. Una afirmación que ha ocupado la primera plana de los grandes medios estadounidenses durante los últimos días y ha sido censurada por asociaciones de defensa de los derechos de la mujer y gran parte de la política americana, incluido un enorme sector del Partido Republicano. Aunque Luis Arroyo, asesor electoral y autor de El poder político en escena (MBA), señala que “legitimate puede traducirse no sólo como legítimo, sino también como auténtico”, recuerda que “la polémica se generó en Estados Unidos donde no había ninguna posibilidad de malinterpretación”.

Tanto Akin cono Paul Ryan mantienen ideas cercanas al partido demócrataArroyo añade que Akin “se ha metido en un lío, y además, cuando lo ha intentado solucionar, ha sido incluso peor”. El congresista pidió perdón el pasado lunes, publicó un vídeo en el que matizaba su intervención y señaló que con el término que empleó se refería a las violaciones “con violencia”, es decir, la categoría más restrictiva de este tipo de crímenes, lo que tampoco pasó desapercibido. A pesar del desliz, el político nacido en Nueva York sigue encabezando las encuestas por delante de McCaskill, a pesar de haber cometido uno de los errores de comunicación más sonados en una campaña presidencial que se recuerdan, según señalan los expertos, y que ha sido rápidamente utilizado en su contra por sus adversarios políticos.

¿Beneficioso para todos?

Ismael Crespo, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Murcia, no considera que las declaraciones vayan a cambiar nada a largo plazo: “La mayor parte del público ya está decidido y los votos perdidos. En todo caso, irán a la abstención. En ese sentido, los demócratas tienen un filón mayor en el tema de los impuestos de Mitt Romney y sus problemas con la Hacienda americana, que además atañen al propio candidato”. Además, recuerda que “detrás de las presidenciales americanas hay elecciones por estados, de congresistas y de senadores, donde se produce una lucha encarnizada por cada espacio y estas salidas de tono son muy instrumentalizadas”.

Los demócratas han utilizado rápidamente las declaraciones de Akin para atacarlo. Luis Arroyo señala que contribuye de manera positiva a la reelección de Obama, ya que el presidente “ha planteado una campaña de contraste desde el primer momento, en la que se ha basado en las diferencias entre lo que significa su modelo y el de Romney, por lo que es lógico que aproveche al máximo este tipo de meteduras de pata”. Ismael Crespo añade que “es muy positivo para Obama, puesto que le ayuda a resolver dos problemas que tenía: por un lado, recuperar el centro que había perdido a partir de ciertos guiños a la izquierda, y por otro, movilizar a lo que podríamos considerar como esa izquierda que busca otro modelo alternativo”.

Este tipo de polémicas son una manera de difundir el debate políticoSin embargo, Crespo señala que el acercamiendo de Romney a planteamientos más radicales también puede serle de ayuda, justo ahora que se acaba de publicar su programa antiaborto, uno de los más restrictivos que se recuerdan, ya que de esa manera recuperaría el favor de un Tea Party decepcionado con otras decisiones. “El giro que Romney estaba dando hacia ciertas ideas de centro provocaría las mismas consecuencias que si en España un candidato del PP se manifestase a favor del aborto libre: que se perdería al sector más duro, es decir, el Tea Party no votaría”.

En ese sentido puede leerse la reciente incorporación a la campaña de Paul Ryan, cercano al movimiento ultraconservador, como candidato a la vicepresidencia. Crespo señala que “es una manera de decir al Tea Party ‘aquí tenéis a vuestro candidato’”. Sin embargo, Luis Arroyo no se muestra de acuerdo: “Me sorprende que expertos que manejan miles de datos utilicen a alguien como Ryan, un personaje desconocido, sin experiencia internacional, que sale marcando músculos en la prensa rosa y que para muchos tiene más carisma que Romney”. Para el autor de El poder político en escena, no tiene sentido “acercarse a un electorado que ya tienes” y que “ataca el Medicare cuando aún tiene que ganar Florida, un estado formado por jubilados”. La aparición de Ryan apenas se ha dejado notar, por ahora, en las encuestas de intención de voto.

Una campaña sucia

El pasado viernes se publicaba en The Washington Post un artículo que se titulaba Sí, esta campaña es negativa y sucia, y eso es bueno, en la que Jamelle Bouie defendía que la dureza de los términos empleados en la campaña son un signo de que “ambos partidos conocen bien las consecuencias que puede tener su éxito o fracaso”. Luis Arroyo considera que el artículo da en el clavo y mantiene que, al contrario de lo que ciertas voces críticas afirman, no tiene por qué ser perjudicial que una campaña se base en los aspectos negativos, ya que esto puede contribuir a la difusión del debate político. “Cuando todos los lapsus de los candidatos van en la misma dirección, comienzas a sospechar de lo que hay detrás de cada programa. La población, por lo general, no sigue las informaciones de los medios, que se centran más en las estrategias y la ‘carrera de caballos’, es decir, la distancia que separa a ambos candidatos. A través de este tipo de polémicas, se llega al público que sólo ve la televisión, y que comprende rápidamente los planteamientos de cada opción”. Crespo considera que esto es sólo el principio, y que “veremos episodios semejantes por los nucleamientos de voto ultraconservador del Partido Republicano”.

Las acusaciones serán cada vez más frecuentes según se acerquen las eleccionesLa diferencia respecto a otras elecciones, recuerda Arroyo, es que la diferencia en intención de voto entre ambos candidatos es muy estrecha. “Se ha roto la cortesía habitual que había existido anteriormente, como en 2008 con John McCain y Barack Obama, unas elecciones en las que la diferencia era amplísima desde el principio. Al encontrarse más pegados en intención de voto, la campaña va a analizar cada frase, cada gesto, para hacer sangre”. A diferencia de otros expertos, Arroyo no cree que las redes sociales hayan enconado el debate, sino que “son una herramienta más, son los grandes medios los que siguen marcando la diferencia”.

Consecuencias a largo plazo

No parece que, salvo la posible pérdida de un senador que puede ocasionar el desliz de Akin, el episodio vaya a tener mayores consecuencias. “Aún se está demasiado lejos de las elecciones para que algo así tenga efecto, no puede afectar de la misma manera que si hubiese ocurrido unas semanas antes”, señala Crespo, que añade que “la película empezará en octubre”. Arroyo se muestra de acuerdo en que esto no ha hecho más que empezar, y que faltan muchos capítulos por presenciar. “Vamos a ver cada vez más zancadillas continuas y meteduras de pata de este tipo, salvo en el caso de que Obama y los demócratas consigan una mayor diferencia. Y aun así, los ataques del Partido Republicano seguirán. La cosa se va a poner aún más sucia”.

“Voy a continuar en la carrera por el Senado. Hay un amplio sector de la población que me apoya”. La contundente manifestación realizada el pasado martes en el programa de radio de Mike Huckabee del congresista de Misuri Todd Akin (quien aseguró el domingo que "en una violación legítima el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo") a pocos ha gustado. Y probablemente, al que menos, al candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Mitt Romney, que calificó la intervención de Akin como “ofensiva y equivocada”, y que sugirió en público su abandono de la carrera electoral al señalar que “sus compañeros de Misuri lo han exhortado a hacerse a un lado, y debería seguir su consejo”.