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Cómo las estrellas televisivas acallaron a los premios Nobel
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SECULARIZACIÓN Y HEDONISMO EN EL SIGLO XX

Cómo las estrellas televisivas acallaron a los premios Nobel

¿Qué tipo de personaje es más relevante para la sociedad contemporánea, un científico premio Nobel o una estrella televisiva? Según sostiene el sociólogo de la Universidad

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Cómo las estrellas televisivas acallaron a los premios Nobel

¿Qué tipo de personaje es más relevante para la sociedad contemporánea, un científico premio Nobel o una estrella televisiva? Según sostiene el sociólogo de la Universidad de Carolina del Norte Patrick Nolan, las celebrities son las que han ganado el pulso por el reconocimiento social, al menos durante todo el siglo pasado. Esta es la conclusión del estudio Dead Men Do Tell Tales: The Apotheosis of Celebrities in 20th Century America, publicado en la revista Sociation Today, en el que analiza la relevancia de los personajes públicos utilizando como referencia los “obituarios de gente notable” aparecidos en el diario The New York Times a lo largo del siglo XX.

Este original barómetro cultural empleado por Nolan demuestra que la espectaculizaración de la cultura no es un fenómeno surgido en la década de los 60, al amparo de los mass media, como habían teorizado los filósofos sesentayochistas, con el ensayo de Guy Debord, La Sociedad del espectáculo, como referente, sino que se originó a principios del siglo XX. Si bien, es cierto que la fascinación por las celebrities se intensificó gracias a la televisión y el auge del papel couché. A medida que se incrementó el nivel de vida la preocupación por las cuestiones transcendentales descendió

El problema del creciente interés público hacia los Justin Bieber, Paris Hilton o Victoria Beckham se basa en que es directamente proporcional al desinterés por las figuras de grandes científicos, empresarios, filósofos, inventores y religiosos. “Los obituarios documentan la creciente secularización y el hedonismo de la cultura estadounidense en una época de desarrollo económico y mejora del nivel de vida. Un contexto en el que la preocupación de los públicos fue alejándose cada vez más de las cuestiones más trascendentales”, explica Nolan. Una tendencia que en los últimos años se estaría incrementando exponencialmente debido a la implantación de las tecnologías de la información y comunicación.

Empresarios y religiosos, en la cola del ranking

El completo repaso a los obituarios del prestigioso New York Times, considerado como el diario por excelencia de Estados Unidos, muestra la evolución de la relevancia social de estos personajes y sirve incluso para establecer un ranking por categorías. Los artistas y deportistas protagonizaban uno de cada siete obituarios a principios de 1900. Un cuarto de siglo después ya ocupaban el quinto puesto del ranking, en 1950 alcanzaron el tercero y llegaron a posicionarse en el primer puesto desde 1975 en adelante. En este último período, casi uno de cada tres obituarios se dedicó a la figura de un artista o deportista.Las tecnologías han contribuido a la espectacularización de la cultura

En el lado opuesto del ranking se encuentran las figuras religiosas (obispos y otros eclesiásticos). Las reseñas post mortem sobre estos personajes tuvieron un ligero repunte en el período comprendido entre 1925 y 1950, pero en el año 2000 ni uno solo de los “obituarios de notables” del periódico estuvo dedicado a ellos. Una tendencia similar a la de grandes empresarios y hombres de negocios, cuyo número de obituarios que se redujo a la mitad entre 1900 y 2000.

Desarrollo industrial y secularización

Este investigador, autor de Human Societies, un manual de macrosociología de referencia en las facultades del ramo, reconoce que el fordismo ha jugado un papel muy importante en este fenómeno. “El desarrollo tecnológico ha propiciado tal punto de productividad que ahora existe un excedente, es decir, que se cubren las necesidades básicas de alimentación, alojamiento y vestido y todavía queda dinero y tiempo para gastar, principalmente en ocio y entretenimiento. Es por ello, que ha sido el desarrollo económico el que ha potenciado realmente este situación”, concluye el sociólogo.

Para Nolan esta situación es la peor de las distopías, representando así la antítesis del relato de muchos escritores de ciencia ficción que en el siglo XIX vaticinaban un futuro en el que las máquinas trabajaría solas, lo que dejaría tiempo libre a la gente para incrementar sus conocimientos a través de la literatura y la filosofía. Sin embargo, dice el sociólogo, “no funcionamos de esta manera. Es más fácil dejarse llevar por las pasiones, la pereza y los placeres vacuos como la glotonería. La obesidad es un problema del siglo XX, anteriormente la gente luchaba por conseguir la comida, mientras que ahora se habla de prohibir las bebidas isotónicas y la comida basura en los comedores escolares”, lamenta.

¿Qué tipo de personaje es más relevante para la sociedad contemporánea, un científico premio Nobel o una estrella televisiva? Según sostiene el sociólogo de la Universidad de Carolina del Norte Patrick Nolan, las celebrities son las que han ganado el pulso por el reconocimiento social, al menos durante todo el siglo pasado. Esta es la conclusión del estudio Dead Men Do Tell Tales: The Apotheosis of Celebrities in 20th Century America, publicado en la revista Sociation Today, en el que analiza la relevancia de los personajes públicos utilizando como referencia los “obituarios de gente notable” aparecidos en el diario The New York Times a lo largo del siglo XX.