Las ruinas de un 'reinado': Currito, donde el Rey emérito celebró su 'última cena', destrozado

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Vista general de las zonas ajardinadas de la entrada del restaurante.
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Vista general de las zonas ajardinadas de la entrada del restaurante.

La maleza y la suciedad invaden las zonas verdes del complejo.
El Comedor de Eventos.
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El Comedor de Eventos.

Los ladrones han arrancado todos los aparatos de aire acondicionado y el tendido eléctrico en busca de cobre.
Detalle de una de las neveras del restaurante.
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Detalle de una de las neveras del restaurante.

A pesar de los robos, las neveras y las bodegas siguen teniendo existencias.
Una mesa del Comedor de Eventos.
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Una mesa del Comedor de Eventos.

Las mesas siguen hoy tal y como las dejaron sus últimos empleados.
Cocinas anexas al Comedor de Eventos.
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Cocinas anexas al Comedor de Eventos.

Los ladrones se han cebado con los equipos de cocina arrancando todas las piezas que puedan resultar valiosas.
Vista general de un despacho sobre el Salón Marinero.
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Vista general de un despacho sobre el Salón Marinero.

Las zonas dedicadas a administración y despachos conservan intactos las pertenencias y los documentos de sus últimos dueños.
Detalle de la cocina anexa al Salón Marinero.
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Detalle de la cocina anexa al Salón Marinero.

Un mes en el calendario, octubre de 2014, y una nota en el tablón que anuncia una reunión para informar del cierre al equipo.
En el interior del comedor aún quedan botellas y copas sobre las mesas.
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En el interior del comedor aún quedan botellas y copas sobre las mesas.

Vista general del Comedor Marinero.
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Vista general del Comedor Marinero.

En la parte inferior se podía disfrutar de comidas y cenas, mientras que en la superior se encontraba la zona de gerencia y administración.
Estado actual de uno de los despachos de dirección.
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Estado actual de uno de los despachos de dirección.

Cocina anexa al Comedor Marinero.
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Cocina anexa al Comedor Marinero.

Las lámparas de esta cocina permanecen encendidas aunque el restaurante lleve un año cerrado al público.
Detalle de un santo y una botella que aún se pueden encontrar en una de las encimeras de la cocina.
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Detalle de un santo y una botella que aún se pueden encontrar en una de las encimeras de la cocina.

El interior de la cocina junto al Comedor Marinero.
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El interior de la cocina junto al Comedor Marinero.

El rey Juan Carlos en las escaleras del restaurante El Currito.
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El rey Juan Carlos en las escaleras del restaurante El Currito.

Los padres de la Constitución y gran parte de los exministros de Adolfo Suárez y Felipe González.
Vista general de la escalera en la que se tomó la famosa foto del rey Juan Carlos en su última cena como monarca.
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Vista general de la escalera en la que se tomó la famosa foto del rey Juan Carlos en su última cena como monarca.

En junio del año pasado, don Juan Carlos se fotografiaba aquí junto a los protagonistas de la Transición.
Expositor de género en las zonas verdes del restaurante.
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Expositor de género en las zonas verdes del restaurante.

Cajas eléctricas desmontadas por los ladrones del tendido.
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Cajas eléctricas desmontadas por los ladrones del tendido.

Dos días antes de que su hijo fuera coronado, Don Juan Carlos -aún Rey- fue homenajeado en el restaurante Currito, situado en la madrileña Casa de Campo, por los políticos más relevantes de la Transición. Desfilaron por uno de los establecimientos más señeros de la cocina vasca los padres de la Constitución que aún quedan vivos: exministros, empresarios y amigos de toda la vida del hoy monarca emérito. 

La cena sirvió para visualizar el fin de una época. Pocos meses después volvió a cargarse de simbolismo con el cierre del restaurante, que no pudo soportar la falta de clientes, un mal que ha castigado a la práctica totalidad de los locales de aquel fallido paseo de la restauración. El 29 de octubre del año pasado, Currito, que fuera símbolo de toda una época, bajó la persiana para siempre y las instalaciones viven hoy sus horas más bajas. 

Cual Titanic hundido, el restaurante vive congelado en el tiempo. Las cuberterías siguen perfectamente colocadas en los comedores, las bodegas están llenas de botellas pero los ladrones han arrancado buena parte del tendido eléctrico en busca de cobre. Al cruzar una puerta de cristal destrozada, la elegancia de sus comedores y su decoración chocan de lleno con el absoluto abandono que padece el establecimiento.

Sus cocinas, que han preparado al punto los mejores chuletones, huelen hoy a aceite usado y humedad. Los equipos han sufrido un severo expolio, y la basura y los escombros se amontonan a lo largo y ancho del edificio. Un mal que no sólo afectó y 'mató' a Currito: el paseo de la restauración en su totalidad está afectado por los robos, los ocupas y la dejadez del consistorio madrileño.

Hoy, un año después del cierre precipitado, Currito parece un fantasma en cuyas tripas aún quedan cavas con botellas de vino barato y mesas puestas entre los escombros y que un fotógrafo de El Confidencial ha podido explorar por primera vez desde que el establecimiento puso fin a su ya olvidado 'reinado'. 

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